Análisis Thronebreaker: The Witcher Tales
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Análisis Thronebreaker: The Witcher Tales

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Desde que el mundo es mundo, los ejércitos que recorren un país matan, roban, queman y violan, no necesariamente en ese orden. Esta frase tan cruda es una clara representación del mundo nacido de la mente de Andrzej Sapkowski, un mundo donde nada es blanco o negro, sino que todo se perfila con una escala de grises donde lo malo y lo bueno se diluyen pasando a discernir entre las consecuencias de unas acciones que nunca tienen el resultado esperado.

Ninguna decisión es fácil

Los reinos del Norte son una tierra dura, agresiva con el ser humano y la guerra es el pan de cada día. A la crudeza de una guerra sin fin, debemos añadir la existencia de criaturas procedentes del mismísimo averno, que asolan la tierra y aterrorizan a los campesinos. En este contexto nace la saga de Geralt de Rivia, un brujo, hombres alterados genéticamente y adiestrados en el arte de la espada para ser el némesis de los monstruos, en esta historia, uno de los principales detalles es que, aunque Geralt sea protagonista en primera instancia, el mundo fluye y se revuelve a su alrededor, haciendo que muchas veces tenga que asistir a hechos que no puede controlar, es en este juego entre reyes y líderes de ejércitos que se sitúa Thronebreaker: The Witcher Tales, una historia que se concibió como una expansión de Gwent, el juego de cartas de la saga, y acabó suponiendo un juego en exclusiva tras la enorme cantidad de ideas que tenía el estudio al respecto.

La historia se centra en la reina Meve, gobernante de Lyria y Rivia en los tiempos en los que el imperio de Nilfgaard hace su primera entrada en escena, declarando la guerra a los reinos del Norte. Todo esto se sitúa en un plano argumental lejano de los anteriores videojuegos y mucho más cercano a los libros, un territorio al que hasta ahora CD Projekt RED no se había atrevido a adentrarse.

Las decisiones que tendremos que tomar son constantes y siempre tendremos pros y contras que probablemente acaben haciendo que tengamos que seguir nuestros propios valores morales para elegir. Haciendo que el usuario en muchos casos tenga que valorar si una mayor moral de las tropas puede ser más importante que recursos en algunos casos o el uso de vidas para obtener recursos es lícito. Si bien muchas de las decisiones tienen recompensa o penalización directa y un resultado mostrado en pantalla, hay otras que van a tener una carga moral más importante y resultados inciertos.

Un RPG de la vieja escuela con combate por cartas

En Thronebreaker: The Witcher Tales nos encontramos ante un RPG de la vieja escuela, con un sistema de combate por cartas que bebe del mini juego original de The Witcher 3: Wild Hunt pero con una evolución tremenda que le otorga profundidad y complejidad. Un sistema de combate que se adhiere a la perfección a la historia, haciendo que las contiendas se resuelvan a la perfección usando el sistema de Gwent, pero con modificaciones y un apartado visual muy bien acabado.

El sistema de combate por cartas sigue una progresión muy cuidada y hay varios tipos de combates diferenciados, con una rapidez por combate justa para no cansar, y una dificultad suficiente para no aburrir. Los combates varían según el enemigo, añadiendo desafíos a conseguir para ganar, o convirtiéndose en rompecabezas con un objetivo a conseguir con una baraja determinada. Numerosas situaciones que deberemos resolver como mejor podamos.

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Menú de gestión de nuestras tropas, que serán nuestro mazo de cartas

Las cartas no son lo único

Al sistema de combate por cartas hay que sumar un sistema de gestión de nuestro campamento en el cual tendremos diferentes áreas que mejorar para así obtener mejoras que pueden traducirse en jugosos recursos, ventajas y mejoras para el mazo de cartas, que se traduce como nuestro ejército, por lo que, a mejor campamento, mejores unidades (cartas) podremos disponer, siempre dentro de un límite.

Por otra parte, disponemos de numerosos recursos dispersos por el mapa, así como eventos, enemigos y secretos que deberemos descubrir por nosotros mismos. Una gran cantidad de contenido y de mapa explorable para añadir recursos a nuestras arcas y obtener cartas exclusivamente coleccionables mediante fragmentos que obtenemos conforme vayamos explorando la zona. Thronebreaker: The Witcher Tales es un juego que se hace ameno de explorar y que en ningún momento se muestra aburrido ni cargante.

Aunque no debemos engañarnos, todo el tema de coleccionables, recursos y secretos acabará ligado al tema de las cartas, nuestro objetivo es tener un gran ejército que nos permita vencer a nuestros enemigos y ese es el objetivo de todas las mecánicas jugables dentro del juego. Nuestro mazo será nuestro compañero y deberemos tenerlo en cuenta en todo momento, debiendo actualizarlo siempre que consigamos desbloquear nuevas unidades o consigamos cartas poco comunes por los coleccionables.

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El campamento, lugar en el que podremos mejorar las estructuras y gestionar nuestro mazo

Arriesgar ante una fórmula asentada

Una de las características que más debemos de apreciar de este juego es precisamente la voluntad de arriesgar por parte de CD Projekt RED. Ante una fórmula exitosa como ha sido The Witcher, han decidido hacer un juego totalmente distinto a la fórmula original y que, a su vez, encaja perfectamente en el mundo de Andrzej Sapkowski, tanto a nivel narrativo, como jugable y artístico. El apartado artístico engloba a la obra con un estilo muy similar a las cinemáticas tipo cómic de The Witcher y, en casos puede resultarnos familiar a Darkest Dungeon. Está claro que este estilo le viene muy bien a una historia dentro de un marco medieval oscuro, ayudando mucho a la inmersión y a tener de primer momento la idea de estar ante un mundo tétrico e inclemente con aquellos que logran sobrevivir en él.

La banda sonora, sin embargo, no ha innovado mucho la fórmula original, recuperando gran cantidad de las melodías de The Witcher 3: Wild Hunt, y otras melodías nuevas o con pequeños retoques con respecto a las originales. Esto es algo de lo que cualquier jugador de la anterior entrega reconocerá desde los mismos compases del juego. No es un punto negativo, pues la banda sonora hecha en gran parte por Percival haciendo uso de la música folclórica polaca, es una obra magistral que deja los sentimientos a flor de piel, pero podemos decir que contrasta en gran medida con la diferencia artística pero un sonido extremadamente similar a The Witcher 3: Wild Hunt.

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Mapa del juego, con perspectiva isométrica y muchos detalles

Una decisión inteligente

El hecho de que Thronebreaker sea una obra a medio camino entre The Witcher 3: Wild Hunt y Gwent, es algo muy bien estudiado, tanto que incluso podemos acceder a Gwent desde el juego como si de un multijugador se tratara. Un juego así puede servir de aliciente para aquellos jugadores que no saben si embarcarse o no en un juego de cartas, pueden ir familiarizándose en el terreno con este juego. Un juego así puede ayudar mucho a CD Projekt RED a reclutar jugadores para su futuro juego de cartas, haciendo Thronebreaker: The Witcher Tales como un nexo entre ambos juegos.

A su vez, el hecho de que su sistema de gestión y su sistema de decisiones, narración...etc sea tan ligero e intuitivo, hace que muchos jugadores puedan acceder a esta aventura. Estamos hablando de un juego con unos pilares jugables y narrativos muy bien marcados y un poco de cada cosa, para que podamos acceder fácilmente a todos sus aspectos, resultando un juego mucho más accesible para aquellos que gustan de jugar de forma esporádica, muchos de los cuales pueden encontrar luego a Gwent como una alternativa más enfocada en las cartas, o viceversa. Ciertamente la estrategia del estudio con este juego está muy bien pensada aun pareciendo a priori más un riesgo que un acierto.

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Los combates serán muy espectaculares y vistosos

Conclusiones

Thronebreaker: The Witcher Tales es un juego simple en su portada, pero profundo en sus entrañas, una historia narrada a fuego lento en la que podemos ver como la guerra con Nilfgaard avanza y afecta a los reinos del Norte. Sus mecánicas jugables, hacen que el juego sea agradable de explorar y satisfactorio sin la necesidad de cargarnos con excesivos elementos. Aquí las cosas son claras, lo que nos interesa es una buena historia y un juego de cartas profundo que nos sirva de iniciación a Gwent y cumple con sus funciones de forma satisfactoria, dejándonos un nuevo capítulo en el universo del brujo y más puntos de vista que el del propio Geralt.

Es en Thronebreaker donde podemos darnos cuenta de que Los Reinos del Norte no son simplemente un patio de recreo, sino una tierra que avanza, se moldea y crece ya por si misma y no alrededor del famoso Geralt de Rivia, sino más bien todo lo contrario.

Redactado por:

Ingeniero del Software. Apasionado de los videojuegos desde muy pequeñito. Me encanta la ciencia ficción y la fantasía. Sueño con poder ser desarrollador de videojuegos algún día.