Ahora cuando me ponga a hablar de juegos poco convencionales ya tengo otro nombre más para la lista: Exanima. Desarrollado por Bare Mettle Entertainment, es el preludio de un proyecto a mayor escala del mismo estudio llamado Sui Generis, financiado en Kickstarter hace más de dos años. Exanima se ha desarrollado entre medias para servir como segunda fuente de financiación, tal como indica el estudio. A los que apoyaron el proyecto esto no les ha sentado muy bien, pero al menos tienen la oportunidad de probar la misma fórmula del juego que aún se está gestando gracias a la beta de Exanima.
Es un Dungeon Crawler RogueLike con una historia narrada 20 años antes que los acontecimientos de Sui Generis, desarrollados en el Underworld, una red de laberintos, mazmorras y pasadizos cuya existencia quedó en el olvido. Se posiciona como un juego de rol basado en las físicas, donde cada detalle cuenta, cada pieza de armadura es determinante y se puede apreciar tanto visual como físicamente. Depende del equipo que llevemos, los reflejos, golpes y animaciones serán diferentes, al igual que las armas: cada una es diferente y sus estadísticas afecta incluso al equilibro del personaje. Todo esto da forma a un sistema de combate fuera de lo convencional, donde tendremos que entrenar durante horas e incluso días para poder aventurarnos en el Underworld y plantearnos derribar a un enemigo.
Además del modo aventura tenemos el modo Arena, que nos servirá para practicar contra la IA. Esto es una de las cosas que no solemos utilizar mucho en los juegos cuando lo incluyen, ya que muchos jugadores preferimos pasar directamente a la acción. Sin embargo en Exanima es prácticamente imposible pasar del primer pasillo de mazmorras sin haber invertido unas cuantas horas en el modo Arena. Podremos elegir el tipo de arma y personalizar a nuestro guerrero, algo no muy útil sabiendo de primeras lo poco que vamos a durar. Cada arma es diferente y hace falta mucho entrenamiento para llegar a manejar cada una como para usarla contra un enemigo. Conforme derrotemos enemigos en la Arena, los siguientes serán más difíciles de derrotar, con más piezas de armadura y con armas diferentes, para poder practicar todas las situaciones posibles.
El modo principal nos deja a nuestra suerte en una oscura mazmorra, iluminada únicamente por una antorcha tirada en el suelo, sin ninguna introducción a la historia ni indicio de quiénes somos o qué hacemos allí. Lo único que nos queda es descubrirlo por nosotros mismos empezando a explorar y ver con qué nos encontramos. Y desde luego, si nos metemos directamente a una partida sin practicar primero en la Arena, lo que si que nos vamos a encontrar es con la muerte en menos de un minuto al cruzarnos con el primer enemigo. No sabremos nada de la historia en ningún momento además de la proporcionada por los desarrolladores, quienes indican que todo ocurre 20 años antes de Sui Generis. Sólo tendremos algunos indicios en los libros y pergaminos que se encuentran escondidos por los laberintos del Underworld.
La jugabilidad en este modo se basa principalmente en la exploración y los combates. No hay ninguna pista que indique qué hacer o por donde ir, hay que descubrirlo conforme vamos explorando. El juego tiene un nivel de detallismo tremendo, y necesitaremos prestar atención a cada rincón de las habitaciones para descubrir una llave debajo de cajas apiladas o cofres con equipamiento. Esta libertad de interacción con el entorno, además de para desvelar secretos, nos servirá para dificultar el movimiento del enemigo en combate poniendo cajas o maderas por el camino o incluso un cubo en la cabeza, ya que puede tropezar y darnos una clara ventaja. Porque eso sí, tropezaremos hasta con nuestra propia sombra, y eso frente a un enemigo significa la muerte instantánea.
En cuanto al personaje, tiene una mínima personalización física al principio de la partida, donde además de nombre y algunos rasgos físicos podremos equiparle con los objetos más cutres del juego, y no existe progresión absoluta si nos referimos a habilidades o atributos. En Exanima el único que progresa es el propio jugador al aprender el funcionamiento del combate, y lograrlo da una satisfacción real.
Sin duda lo que más da de hablar en Exanima y que lo hace realmente excepcional es el sistema de combates. A primera vista cualquiera que lo ve piensa que es un encuentro entre dos personas con un pedo increíble o una reencarnación de Octodad con unos tequilas de más, pero cuando empiezas a practicar y a aprender a base de ensayo y error, la percepción que se tiene sobre el juego cambia por completo.
Es un estilo de combate basado en las físicas y muy realista, donde cada detalle influye. Cada golpe tiene su animación y un impacto mayor o menor dependiendo de la velocidad del mismo, el peso del arma, balance, etc. que influye en el equilibrio del personaje. Cada arma es diferente y usarlas cambia totalmente el estilo de combate, por ello que sea tan importante la práctica en el modo Arena. Es una de las razones principales que provocará desinterés a los que buscan acción y diversión inmediata, ya que en Exanima tienes que aprender si quieres sobrevivir en las mazmorras.
El cursor del ratón determina en qué dirección se mueve el personaje al utilizar las teclas WASD, y es aquí donde se complica al darte cuenta que también es el ratón el que debemos de mover para atacar. Pulsando el ratón automáticamente moverá el arma de un lado a otro, que sería el ataque base, pero cuando hay que utilizar un ataque en barrido moviendo el ratón de un hombro al otro del personaje, el control de su movimiento se vuelve una auténtica locura.
Da igual que tengamos la mejor armadura del juego o el arma más poderosa si luego no sabemos utilizarla. Es por ello que la mayor parte del tiempo nos dedicaremos a escondernos de los enemigos y a evitar los combates por miedo a lo que pueda ocurrir, aunque en ocasiones no nos quedará más remedio que lanzarnos a por ellos porque, o bien bloquean el acceso a una sala o tendremos que buscar si los cuerpos esconden llaves para sacarnos de los diferentes niveles del Underworld.
En esencia se resume en esquivar y moverse con precaución, controlando y observando al enemigo para decidir en qué momento atacar, cruzando los dedos para que no sea tu último combate.
El comportamiento de los enemigos, que en su mayoría son no muertos, también es algo excepcional porque son totalmente impredecibles. Los desarrolladores han querido mostrar que cada uno tiene su personalidad debido al comportamiento que presentan. Podemos pasar al lado de ellos sin que nos ataquen, aunque nos hayan percibido, o ir a por nosotros según nos acerquemos. Otros se agruparán si ven que estamos atacando a otro o simplemente se quedaran mirando. En este juego la mayor parte del tiempo intentaremos pasar desapercibidos y no entrar en combate, ya que cada combate puede ser el último, por muy equipado que estemos.
En general son neutrales y solo atacarán si hacemos algún movimiento agresivo o nos chocamos con ellos. Lo que diferencia a estos enemigos con los de otros juegos es que, al tener personalidad, tendrán la capacidad de recordarnos y actuar en consecuencia cada vez que nos los crucemos. Si los encerramos en alguna sala o escapamos una vez iniciado el combate, nos atacarán sin dudarlo si nos encuentran. Por suerte, solo pueden empujar puertas medio abiertas y la forma más común de escapar de ellos será cerrando puertas tras nosotros o encerrándoles en salas sin salida. Según afirman los desarrolladores, planean implementar la posibilidad de tenerles como aliados, pero aún queda tiempo para que esa característica vea la luz.
El ambiente está muy logrado con la pobre iluminación del juego, obligándonos a permanecer junto a nuestra antorcha permanentemente. Incluso con ella estaremos temiendo qué nos espera a la vuelta de la esquina. Cada puerta no deja de aumentar la ansiedad debido al corto rango de visibilidad y toda la aventura estamos constantemente tensos y angustiados sobre si sobreviviremos al siguiente encuentro o si hemos dado el paso en la dirección equivocada.
Las animaciones son muy realistas, y que en combate sean diferentes dependiendo de la armadura y arma equipada es simplemente refrescante. Es verdad que hasta que nos hacemos al combate parece que los personajes están borrachos, pero los movimientos son totalmente fluidos, aunque en ocasiones parezca que están sentados en el aire o se van a caer de rodillas hacia delante.
Además, el juego cuenta con una interfaz muy bien diseñada en la que solo aparece la barra de vida y maná, además de una brújula, si es que la encontramos, y el inventario del personaje solo aparecerá si nosotros pulsamos el botón. Perfecta para poder estar atentos a cada detalle y movimiento a nuestro alrededor.
Algo que ayuda mucho a conseguir una completa inmersión en las mazmorras es el apartado sonoro, música sutil y oscura que nos pondrá en situación cada vez que abrimos una puerta o empezamos un combate. Es muy importante tener el volumen encendido para escuchar los pasos de los enemigos tras la puerta o el ruido de la cerradura al utilizar una llave.
En cuanto al idioma, está completamente en Inglés pero no es necesario en absoluto para el disfrute del juego ya que, además de las instrucciones del juego que encontramos entre los menús, no hay más texto además de los pergaminos y libros que proporcionarán algo de luz sobre la historia del juego.
Desde luego, Exanima no es para todo tipo de jugador, sobretodo por su estilo de combate. Si ya de por sí la muerte permanente echa atrás a un público muy amplio, este tipo de combate tan difícil y único empeora aún más su atractivo global, ya que muchos no llegarán a darle ni una oportunidad. Yo misma era escéptica y casi mando el juego a paseo hasta que logré hacerme con los controles del juego y así conseguir una partida de casi dos horas del tirón. Es ahí cuando me he enganchado a Exanima, por mucho que me sepa las salas de memoria casi y sepa donde se encuentran todos los secretos, sigo intentando llegar al final del laberinto con un entusiasmo cada vez mayor cuando pulso la opción de empezar una nueva partida.
Solo hace falta que te guste el género y un poco de paciencia para dominar los controles. Y ahí es donde reside la diversión, que el juego te entrena a ti y no a tu personaje. En ese punto se vuelve tan adictivo que dará igual las veces que mueras, vas a seguir intentándolo hasta superar cada nivel del Underworld. Aunque el juego se encuentre en Acceso Anticipado, los desarrolladores prometen que entre seis y nueve meses lo tendrán terminado, y hasta entonces podéis disfrutarlo en Steam a un precio de 14,99€.
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