La relación entre Final Fantasy y el cine nunca ha sido fructífera. Mientras que este año nos llega un nuevo videojuego de la saga principal, éste no llegará solo puesto que está acompañado de un importante proyecto transmedia que incluye el lanzamiento de una película creada con la última tecnología en animación digital. Por ello, es hora de hacer un pequeño repaso a esa corta relación que ha mantenido la franquicia con el celuloide (o más bien dicho, con los programas de animación), unión que ha dado lugar a películas de calidad cuestionable pero que siempre han supuesto un cuidado técnico que pocas cintas de animación han logrado.
120 millones de dólares. Esa escalofriante cifra no fue el resultado obtenido en beneficios o recaudación, sino la cantidad en pérdidas que hicieron que Square Pictures entrase en bancarrota. Dirigida por Hironobu Sakaguchi y Motonori Sakakibara, se trató de la película que impidió el desarrollo de un universo cinematográfico que podría haber sido fructífero debido al número de historias que se pueden contar.
''Final Fantasy: La Fuerza Interior'' tenía un gran problema: si lo que se pretendía era encontrar la base de espectadores en los jugadores de la franquicia, no lo lograron debido a un guion o historia que se alejaron de cualquier entrega realizada hasta entonces, para adentrarse en un universo totalmente nuevo que lo que más tenía de Final Fantasy era el nombre. Obviamente se aprovecharon algunos elementos de la franquicia como determinados enemigos, o incluso la estética de los protagonistas, pero el guion era “demasiado americano”, mezcla de otras historias ya contadas y con unos personajes que no conectaron pese a querer ser una película transcendental en muchas ocasiones.
Con ello no queremos negar su condición de película adelantada a su tiempo: tecnológicamente sigue siendo bastante espectacular, ya que algunas batallas representadas en la cinta siguen luciendo mejor que algunas películas bastante recientes del género. Además, se intentó entrar en un género para adultos que había sido poco explorado hasta entonces: no era una cinta de animación para niños. Y ese fue otro problema: la animación, por desgracia, queda relegada a las tardes de cine que pasan los niños con sus padres, y gastar más de 130 millones de dólares en una película para un público poco explorado era un riesgo: ¿resultado? Pérdidas, como hemos dicho, de 120 millones de dólares puesto que se recaudó poco más de 80. Y los gastos en publicidad fueron enormes.
De todas formas, es una película que nunca roza lo pésimo: clichés aparte, es recomendable para pasar una tarde de fin de semana delante del televisor, y dejarnos perder en ese universo distópico planeado. No es la película de Final Fantasy que esperaban los fans, pero si es una buena película.
Y aquí tenemos el ejemplo totalmente diferente en el enfoque de una película basada en Final Fantasy: esta película basada en la historia narrada en Final Fantasy VII, nos cuenta un argumento centrado en lo que sucedería después de los hechos acontecidos en el videojuego. Por tanto, aquí tenemos una estrategia de llamamiento a los millones de fans que lloraron y disfrutaron con Final Fantasy VII, y al menos en el plano de calidad, la cosa funcionó muy bien.
De nuevo destacamos la animación 3D, que de nuevo vuelve a ser la protagonista gracias a una técnica que pocas empresas del sector han utilizado. Todo se vuelve bastante realista y aunque no esconde el toque manga característico de los personajes, la película aún a día de hoy luce bastante correcta. Con Kingsglaive: Final Fantasy XV veremos de nuevo un salto cualitativo en este ámbito. Otro aspecto técnico a destacar es su banda sonora, elemento que más recordaréis tras un visionado completo a la película y que nos lleva a ese videojuego tan recordado por muchos de nosotros.
Sus personajes, como no podía ser de otra forma, derivan de Final Fantasy VII, por lo que los aficionados del videojuego pudieron disfrutar de una continuación de calidad de su videojuego favorito.
Pero el problema que tiene ahora la película es que no logró ser un éxito convencional debido a su condición de “producto hecho para fans”. Por ello fue que no se lanzó de forma tradicional en cines, sino que se apostó por un lanzamiento doméstico en DVD y UMD (formato que estaba naciendo por entonces y que no logró triunfar). En Japón fue un éxito: vendieron más de un millón de copias hasta enero de 2006 y entró en el ranking de películas más vendidas de ese año. La versión inglesa vendió otro millón de unidades en sus primeras cinco semanas a la venta, logrando 15 millones de dólares en ingresos (que no beneficios). Y luego llegaron las ventas en Blu-ray, que lograron sumar más beneficios a Square. Por ello es una estrategia parecida la que van a tener con Kingsglaive: Final Fantasy XV.
Y el último caso de cine basado en Final Fantasy es la película que está aún por llegar. Cinta ya estrenada de manera limitada en 44 cines japoneses y con unos datos de taquilla bastante acordes para tal lanzamiento. Además, las críticas que nos han llegado desde aquellas tierras la ponen bastante bien, afirmando que es una buena puerta de entrada a la historia de Final Fantasy XV, videojuego que si todo va bien llegaría el 30 de septiembre de este año.
La historia será una precuela a lo que contará el videojuego, por lo que es casi obligatorio visualizar la película antes que jugar. Eso sí, no pasará nada, según comentan sus creadores, si el orden de conocer la historia cambia, ya que al ser una precuela la historia no se corta, sino que algunas causas o consecuencias se conocerían después.
Lo que sorprende de la película, nuevamente, es la técnica de representación y animación de la que hace uso. El fotorrealismo está más presente que nunca y los que han creado la película se frotan las manos para arrancar algún premio técnico de esta categoría en festivales internacionales. Los personajes rezuman vitalidad y la falta de expresividad que encontrábamos en las dos anteriores películas en algunos casos parece dar paso a una expresividad inaudita.
Poco más conocemos de una película que podremos ver el mes de septiembre con una edición física que estará a la venta en Blu-ray, parece ser que exclusiva de GAME, o con un disco que vendrá incluido en la versión deluxe del videojuego.
Warcraft lo ha hecho en parte: ayudándose de las mejoras en la animación 3D experimentadas en los últimos años, ha conjugado de manera sorprendente una historia que ha gustado a los fans, escenas de acción real y secuencias realizadas mediante ordenador y efectos especiales. Quizás sea hora de dar el paso con la franquicia Final Fantasy.
No estamos ante una franquicia que peque de poca profundidad, sino que la historia presentada en cada entrega tiene un universo tan rico que podría dar a numerosas películas centradas en personajes ya conocidos o en otros nuevos que permitan expandir aún más las posibilidades. Square Enix debe pensar qué hacer con su saga más conocida en cuanto a adaptaciones cinematográficas, y la tecnología está al alcance de sus manos.
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