Ocurre en muy contadas ocasiones pero, de vez en cuando, ve la luz un videojuego que te hace replantearte todo lo que sabes hasta ahora de la industria y de cómo esta funciona. Puede que se trate de un título que elimina los cánones tradicionales en su narración y consigue sorprenderte de una forma totalmente inesperada. Puede también darse el caso de que mezcle varios tipos de jugabilidad que en un principio creerías que son incompatibles o puede que, directamente, plantee una completamente nueva, nunca vista hasta el momento. Hay ocasiones en las que estudios indie sorprenden al mundo ofreciendo una calidad técnica de triple A.
Lo que no es habitual, no obstante, es que aparezca un juego que haga todo lo anterior y especialmente que lo haga tan bien como lo hace A Way Out. En las siguientes líneas nos embarcaremos en el análisis de una aventura que se alza como una de las mayores sorpresas de este 2018.
NOTA: Con la compra de una copia de A Way Out podréis invitar a un amigo para jugar toda la aventura al completo en cooperativo online. En el momento de la redacción de este análisis todavía no está disponible la función del "pase de amigo", por lo que el título ha sido analizado en cooperativo local.
Restrictiva, sí, pero eso no la hace menos especial. Desde que el título fue anunciado en el E3 del año pasado, lo que más caló entre el público fue que jugar cooperativo no era una opción en A Way Out, sino una necesidad. Esto, evidentemente, hace que si no tienes a nadie con quien jugar es probable que descartes automáticamente su adquisición, pero, si no es así, prepárate porque te embarcarás en una experiencia que te hará ver de otra forma los videojuegos cooperativos.
Al tratarse de algo obligatorio, A Way Out ha sido diseñado desde un comienzo con la idea del cooperativo en mente. Esto significa que a lo largo de la aventura nos encontraremos con situaciones que jamás hemos visto en un videojuego, pues en muchas de ellas necesitaremos a dos jugadores humanos para progresar. Ejemplos hay muchos, desde el clásico tú conduces y yo disparo hasta un jugador tener que vigilar que no vienen los guardias por el pasillo mirando a través de los barrotes de la celda mientras el otro hace algo en su interior. Habrá ocasiones en las que los dos personajes se separarán y, por ejemplo, uno tendrá que iluminarle en camino al otro con una linterna para que éste (que se encuentra completamente a oscuras) pueda avanzar y encontrar la salida. Lejos de hacerse monótono, conforme avanza el juego Hazelight Studios hace un verdadero alarde de creatividad y utiliza esta novedosa doble perspectiva para crear situaciones cada vez más curiosas.
No estamos ante un juego que narra la misma historia pero permite controlar a dos personajes a la vez. No, hablamos de un título que narra dos historias distintas que, por motivos que descubriréis si lo jugáis, terminan convergiendo en una sola. Esto significa que un jugador se enfrentará a un desafío mientras que el otro está haciendo algo completamente distinto, aunque la mayor parte del tiempo ambos jugadores estarán muy próximos el uno del otro. A Way Out cambia por completo las reglas del cooperativo, permitiendo que, por ejemplo, Leo se encuentre inmerso en una cinemática mientras que el jugador que controla a Vincent tenga total control sobre el personaje y pueda moverse libremente.
Parte de lo que hace interesante la historia que nos presenta este A Way Out es que cambiará dependiendo de qué jugador seleccionemos al empezar. La pantalla se partirá en dos (aunque se juntará cuando Leo y Vincent estén cerca) y cada una de las mitades contará la aventura desde la perspectiva del personaje en cuestión que hayamos seleccionado al inicio del juego.
El mundo de A Way Out va más allá de simplemente avanzar y resolver puzles. Al igual que ocurría en Brothers: A Tale of Two Sons, nos encontraremos por el camino multitud de NPCs con los que podremos interactuar. Si bien es cierto que estos no nos aportarán realmente nada útil para nuestra aventura, sí que es interesante ver cómo cada uno de los dos personajes reaccionan. Leo es mucho más irascible e impulsivo, por lo que hay ocasiones en las que esto nos ayudará a conseguir lo que queremos, mientras que en otras deberemos interactuar con Vincent para lograrlo, pues él es más tranquilo y pausado. Esto es importante, por ejemplo, en un momento concreto del juego en el que tendremos que llevar a cabo una interrogación. Si bien es cierto que podemos resolver la situación a golpes, también podemos utilizar el carisma de Vincent para hacerle hablar sin ponerle un solo dedo encima. Entender cómo se comporta cada uno de los personajes y cómo interactúa con el entorno será clave para disfrutar al máximo de la experiencia que es A Way Out.
No es la primera ocasión en la que el pilar principal del juego es el desarrollo de la relación entre la pareja protagonista, incluso si se trata de dos personajes tan distintos entre sí como lo son Leo y Vincent. Ya ocurrió en The Last of Us con Joel y Ellie, así como en NieR Atomata con 2B y 9S, por nombrar algunos ejemplos. A diferencia de lo visto hasta ahora, no obstante, las discusiones entre los protagonistas se trasladarán también al sofá, pues hablar con nuestro compañero en la vida real será muy importante.
A Way Out cuenta con decisiones. Al llegar a ciertas situaciones, uno de los personajes propondrá hacer una cosa mientras que el otro propondrá otra, por lo que deberemos hablar con nuestro compañero para decidir cual de las dos opciones es mejor y tomar una decisión.
Es imposible ilustrar esto poniendo ejemplos de situaciones que vemos en el título sin caer en los temidos spoilers por lo que a continuación hablaremos de una situación hipotética que NO ocurre en el juego. Imaginad que hay un momento de la historia en la que necesitamos dinero y por tanto nuestros protagonistas deciden robar un banco. Leo propondría entrar a la fuerza y coser a tiros a todo el que se ponga delante en nuestro camino hasta la caja fuerte mientras que Vincent sería partidario de encontrar una forma de hacernos con el botín sin hacer saltar la alarma. Propuestas estas dos opciones, aparecería en pantalla “método de Leo” y “método de Vincent” y ambos jugadores tendrán que ponerse de acuerdo para decidir cuál de las dos opciones es la más conveniente.
Esto no sólo lleva la experiencia de juego más allá de la pantalla, así como redefine el significado de los juegos cooperativos, sino que además le añade un componente de rejugabilidad al título, pues (además de repetir la aventura usando en esta ocasión al otro personaje) podemos volver a jugarlo para ver el otro camino. Hay que dejar claro que el juego no se ramifica, es decir, tanto el camino A como el camino B llevan al mismo lugar. Se trata, por tanto, de una historia bastante lineal, aunque nuestras decisiones en el tramo final del juego nos llevarán a varios finales.
Al principio del juego, cuando estamos en la prisión, nuestro objetivo primordial será escapar de ella, pero es justo cuando esto ocurre cuando el trasfondo del juego comienza a desarrollarse y empezamos a conocer más a nuestros protagonistas. Antes de empezar a jugar, en el menú de selección del personaje, nos los presentan con un breve resumen de su temperamento, cómo es su vida familiar y su historial delictivo. Tanto Leo como Vincent terminan en prisión por un motivo, y son sus vidas más allá de los muros de la prisión lo que realmente le da el cuerpo a la historia de A Way Out.
Ninguno de los dos es un recluso cualquiera y ambos tienen la convicción de que no deberían estar tras esos barrotes, además de una fuerte razón por la que deben escapar. Conforme avancemos en la historia los propios protagonistas comenzarán a confiar cada vez más el uno en el otro, por lo que irán poco a poco desgranando detalles de su pasado. Por lo tanto, conforme los propios personajes se vayan conociendo, también lo harán los jugadores.
Hemos dicho que Leo y Vincent pueden interactuar con el entorno que les rodea, pero no hemos especificado cómo. Es cierto que hablar con NPCs puede aportarnos información y hace que el mundo de A Way Out se sienta lleno de vida, pero los escenarios estarán también repletos de minijuegos a los que podremos retar al compañero con el que jugamos. Desde una partida de 4 en raya que ya vimos en un vídeo promocional compartido por Electronic Arts hasta una partida de dardos, pasando por un minijuego que consiste en lanzar herraduras. También encontraremos una máquina arcade antigua para jugar a un juego de volleyball de estética muy parecida al clásico PONG.
También podremos jugar al béisbol, siendo la función de un jugador lanzar la pelota y otro batear. Puede parecer una tontería, pero es una experiencia increíble gritar “¡va!” y que tu compañero consiga hacer un homerun.
Aquí he expuesto algunos ejemplos, pero hay literalmente decenas de ellos a lo largo de la aventura, a cada cual más ingenioso que el anterior. Conforme avanzamos en el juego podremos continuar por donde nos hayamos quedado, empezar la historia de nuevo o bien acceder a un menú en el que encontraremos la historia fraccionada en capítulos, por lo que podremos seleccionar el que queramos y rejugar un minijuego en concreto si así lo deseamos. Esto también nos servirá para poder conseguir los logros o trofeos sin tener que volver a jugar toda la historia desde el principio.
La única pega que se puede sacar de esto es que no haya una sección especial a la que se pueda acceder desde el menú principal donde estén todos estos minijuegos, pues para volver a jugar deberemos recordar en qué momento del juego se encontraban. Una solución a esto habría sido un nivel especial que desbloquearíamos al completar la historia donde estarían recogidos todos los minijuegos en un mismo escenario.
Otro punto negativo es que los minijuegos no tienen impacto alguno en la progresión de la historia. Podrían haber hecho que batir el récord en el minijuego de las flexiones en el patio de la cárcel nos facilitara luego algunas partes de la historia que hacen evidente uso de fuerza física o, por poner otro ejemplo, que lograr el récord de puntuación en los dardos mejorara nuestra puntería a la hora de apuntar con armas. Aun así, se trata de un añadido muy interesante, especialmente teniendo en cuenta que el juego es exclusivamente cooperativo.
Josef Fares, director creativo y guionista del título, dijo en una entrevista que una escena concreta del juego que apenas llega a los 5 minutos de duración le llevó a Hazelight Studios más de 3 meses de trabajo para hacerla funcionar. Se trata de un momento clave de la historia y en ella encontramos mecánicas jugables que no volvemos a ver en todo lo que resta del juego. Fares dijo también que muchas veces cuando vemos algo nuevo y distinto en un juego, especialmente si lleva una cantidad considerable de trabajo detrás, lo más probable es que lo volvamos a ver de nuevo reutilizado en otra parte de la aventura, pues es un recurso muy utilizado por los estudios para hacer el desarrollo más eficiente. No obstante, lo que normalmente ocurre es que eso que cuando lo hemos visto varias veces, pierde completamente la magia y se vuelve aburrido y monótono.
Esto no ocurre en A Way Out. En aquella entrevista Fares compartió un ejemplo, pero a lo largo del juego hay decenas de ellos. En muy pocas ocasiones a lo largo del juego veremos dos veces una misma animación.
En cuanto a escenarios también veremos una gran variedad de entornos. Como es de esperar, nuestra aventura comenzará en el interior de una prisión, aunque más adelante nos veremos rodeados por los árboles de un frondoso bosque, recorriendo las lujosas habitaciones de una deslumbrante mansión, en una zona de pasto seco, pescando en un río, en una granja a las afueras…
Si encontramos una multitud de entornos, también podemos decir lo mismo de las mecánicas jugables. Todas ellas harán un gran uso del obligado cooperativo y el abanico es enorme: caminar, situaciones de sigilo, escenas de acción que convierten el título en un frenético shooter en tercera persona, salto en paracaídas, conducción de vehículos como coches, motos, lanchas… el listado es extenso.
Aquí encontramos una de las grandes pegas que se le puede poner a A Way Out, y es que ninguno de los impedimentos que aparecerán en nuestro camino a lo largo de la aventura supone realmente una amenaza. ¿Por qué? Porque la penalización por morir es tan sólo regresar unos cuantos metros atrás como si nada hubiera ocurrido. Existen momentos a lo largo del juego que se habrían beneficiado enormemente de contar un componente extra de tensión. La dificultad de juego, por tanto, también es muy sencilla.
Esta decisión es entendible en un juego como Brothers: A Tale of Two Sons, donde lo primordial es que el jugador disfrute del viaje, pero en un título como A Way Out, mucho más adulto y cuya trama gira en torno a la huida de una prisión, no contar con una penalización por morir o ser descubierto por la policía no es perdonable.
Os llevará entre 5 y 7 horas completar A Way Out, esto último si rebuscamos en cada rincón y exprimimos el título al máximo. Se trata de una duración algo corta, aunque hay que recordar que el juego sale a la venta por menos de 30€. Además, la experiencia cambia por completo dependiendo de cuál de los dos personajes elijamos, por lo que podemos repetir la historia, pero jugando con Vincent si ya escogimos a Leo o viceversa. Como guinda en el pastel, con la compra de una copia del juego, recibiremos un código para que un amigo pueda jugar con nosotros la aventura completa sin que éste tenga que hacerse con el título.
Habría estado bien que el juego incorporara algún tipo de coleccionable que nos incitase a explorar a fondo el mundo de A Way Out, aunque fueran por ejemplo hojas de periódico que nos contaran cómo está siendo nuestra búsqueda por parte de la policía. Otra opción serían objetos que vinieran acompañados de una pequeña descripción que nos relatara el pasado de alguno de los dos personajes. Las opciones son muchas, y desde Hazelight Studios han decidido que era mejor que el juego no contara con coleccionables de ningún tipo.
Hazelight Studios ha creado una obra que, aunque está firmada como un trabajo independiente, tiene el nivel gráfico y jugable de un triple A. A Way Out es una aventura que no olvidaremos incluso mucho tiempo después de haber visto los créditos. Los creadores de Brothers: A Tale of Two Sons lo han vuelto a hacer y han diseñado el juego alrededor de unas mecánicas jugables tan innovadoras como revolucionarias. Su mundo se siente vivo y tanto Leo como Vincent son unos protagonistas que demuestran sobradamente estar a la altura de las expectativas. Si a todo esto le sumas que su precio oficial de salida es de 29,99€ y que con tan solo una copia del juego podemos jugar online con un amigo, A Way Out es una experiencia que sin duda recomendamos vivir.