¿A quién no le gustan los gatos? Bueno, lógicamente hay gente que no les gustan estos animales felinos (se nota que hay gustos para todo, desde luego...). Pero en mi caso, por si no se me había notado ya, me considero bastante fan de estos amigos peludos, al igual que de los perros. Pero en el caso de hoy, voy a hablar sobre una curiosidad muy interesante relacionada con los gatos, concretamente.
Y es que los perros son animales que el ser humano lleva domesticando desde hace muchísimos años y ya son fieles compañeros, y es por ello que se han hecho muchos estudios sobre ellos y son animales bien conocidos por los humanos. Pero los gatos, aunque también se han domesticado muchos, no se han estudiado tanto y en muchos aspectos siguen siendo un misterio. Pero una de las cosas más sorprendentes que se descubrieron es que pueden 'hablar' con los humanos.
Los gatos no pueden articular palabras ni usarlas para hablar en el sentido más estricto de la palabra, como sí pueden hacerlo varios pájaros como loros y cuervos. Sin embargo, sí que han desarrollado la capacidad de comunicarse con los humanos, y más concretamente con sus dueños. Lo curioso de todo es que es algo que desafía a su propio instinto, y por eso es tan fascinante.
Todos conocemos los característicos maullidos de los gatos. Sin embargo, es raro que entre ellos se comuniquen maullando. Para ellos, es más importante la comunicación corporal, feromonas y otros sonidos como gruñidos, pero no el maullido como tal. Esto es algo que suelen hacer más con los humanos de cara a, efectivamente, comunicarse con nosotros.
Parece ser una habilidad que se ha ido desarrollando con el pasar de los años y ahora cada gato incluso tiene un compendio de sonidos diferentes relacionados con sus maullidos que utilizan para comunicarse con los humanos, especialmente con sus dueños. Lo más curioso es que cada gato desarrolla este repertorio de sonidos sólo cuando vive con un humano, y además, el repertorio de sonidos de cada gato es único, dependiendo de diversos factores.
Efectivamente, el repertorio de maullidos de cada gato es único, y se desarrolla en función del dueño. Por ejemplo, algunos gatos maúllan de forma más rápida y entrecortada si tienen hambre, mientras que otros usan maullidos largos. Con el tiempo, son los dueños los que aprenden a entender a sus gatos y qué es exactamente lo que les está diciendo con cada maullido.
Sin embargo, parece que sí hay algunos maullidos comunes entre gatos. Un estudio realizado por Susan Schötz, experta en fonética de la Universidad de Lund en Suecia, demostraba que los gatos tendían hacer maullidos más graves si estaban molestos, y más agudos cuando estaban emocionados o querían algo.
Otros estudios, por si fuese poco, demuestran que incluso intentan imitar el tono de voz de sus dueños para comunicarse de forma más efectiva con ellos. Se habla de que pueden modular su voz para parecerse ligeramente más a la de sus dueños.
Aunque el perro no haya desarrollado esa capacidad de comunicación con sus ladridos, hay una diferencia entre ellos y es que los perros sí que pueden entender palabras concretas del vocabulario humano. Eso, sin embargo, no se ha demostrado que ocurra con los gatos. Sí que pueden aprender a reconocer sonidos específicos, y por ello pueden aprender órdenes, pero es más complicado que con un perro, que suelen cazar las órdenes al vuelo.
Además, los perros han sido criados desde hace milenios para ser obedientes y reaccionar inmediatamente a lo que decimos. En el caso de los gatos, según un estudio de Atsuko Saito lanzado en el año 2013, son más selectivos. Es decir, sí que escuchan a sus dueños y saben reconocer su voz, pero hacen caso en caso de que quieran, haciendo gala una vez más de su fuerte independencia en comparación a la del perro.
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