Mi relación con King of Meat ha sido larga y reveladora. Primero lo probé brevemente en el Summer Game Fest, donde me dejó con muy buen sabor de boca. Meses después tuve la oportunidad de hacer una preview más extensa que confirmó mis sospechas: aquí había algo especial. Pero ha sido ahora, tras dos semanas intensas con la versión final del juego, cuando puedo afirmar sin dudarlo que Glowmade y Amazon Games tienen entre manos uno de los cooperativos más adictivos y entretenidos que he jugado en años.
Y es que King of Meat tiene ese algo que hace que te digas "venga, una mazmorra más" y de repente sean las tres de la madrugada y sigas enganchado. Es el tipo de juego que te atrapa tanto si quieres meterte sesiones maratonianas como si simplemente quieres juntarte con tus colegas una noche y decir "venga, vamos a echarnos unos dungeons". Esa versatilidad es su mayor virtud, y lo que puede convertirlo en un clásico del cooperativo si todo sale bien.
Un apartado audiovisual que roza la excelencia
Hablemos claro: el apartado de animación de King of Meat es soberbio. No tiene absolutamente nada que envidiar a producciones de Adult Swim, y las cinemáticas que intercala el juego bien podrían valer para hacer una serie de animación propia. El estilo cartoon con ese toque satírico y descarado funciona de maravilla, con transiciones fluidas y una dirección artística que rezuma personalidad por cada poro.
Las animaciones de combate, las expresiones faciales de los personajes, los efectos de las trampas... todo está trabajado con un mimo que se nota. Cuando un personaje sale volando por los aires tras activar una trampa, la física ragdoll y las animaciones hacen que cada muerte sea una pequeña obra de comedia física. Es cine, pero del que te hace reír a carcajadas.
Doblaje al castellano de auténtico lujo
Y si la animación brilla, el trabajo de los actores de doblaje al castellano es sencillamente espectacular. No es el típico doblaje funcional al que nos tienen acostumbrados muchos juegos; aquí hay actuaciones con carisma, timing cómico y personalidad. Los NPCs de Plaza Manodura cobran vida gracias a interpretaciones que entienden perfectamente el tono del juego.
Los diálogos tienen gracia, las réplicas están bien escritas y los actores las defienden con una naturalidad envidiable. Merece la pena pararse a escuchar cada conversación, porque hay auténticas joyas escondidas en los textos y las interpretaciones les hacen justicia. Es de esos trabajos de localización que elevan la experiencia completa del juego.
La progresión funciona, aunque a veces te pide paciencia
Mira, el sistema de progresión está bien pensado. Juegas dungeons, subes de nivel, desbloqueas cositas nuevas y siempre tienes esa sensación de ir avanzando. No es que te regalen nada, pero tampoco se pasan de tacaños. El equilibrio está ahí.
Ahora bien, no te voy a mentir: hay ratos en los que se hace un poco pesado. Sobre todo cuando te toca repetir las mismas mazmorras varias veces para conseguir ese objeto concreto que necesitas. No es algo que pase constantemente, pero cuando ocurre te entra ese "ufff, otra vez aquí" que todos conocemos. Aún así, no es nada que te vaya a hacer tirar el mando por la ventana.
Variedad de escenarios: suficiente pero mejorable
El juego ofrece una variedad de escenarios decente que cumple su cometido durante las primeras horas. Dungeons con temáticas diferentes, trampas variadas, enemigos con comportamientos distintos... todo funciona bien para mantener el interés. El problema es que, a largo plazo, podrían hacerse algo cortos si te metes sesiones muy largas de forma consecutiva.
Pero claro, aquí es donde entra en juego la verdadera baza del título: el creador de dungeons. Si la comunidad se engancha y empieza a publicar creaciones, la ampliación del contenido puede ser absolutamente brutal. Estamos hablando de potencialmente cientos o miles de mazmorras únicas creadas por jugadores, cada una con su propia personalidad y desafíos. La pregunta del millón es si King of Meat logrará construir esa base de jugadores necesaria para que el creador de niveles despegue de verdad. Solo el tiempo lo dirá.
Técnicamente va fino, aunque la cámara tiene sus manías
En el apartado técnico tengo poco que reprochar, la verdad. El juego va fluido incluso cuando tienes a cuatro jugadores pegando leches con enemigos por todos lados. Los tiempos de carga no son eternos y el motor que ha montado Glowmade hace bien su trabajo. Se nota que han pulido bastante el asunto.
Lo único que me ha tocado las narices en más de una ocasión es la dichosa cámara. Sobre todo en salas pequeñas donde está todo el mundo apretujado dándose de hostias. Hay momentos puntuales en los que pierdes de vista a tu personaje o simplemente el ángulo no te ayuda nada para esquivar ataques. No es que sea un drama ni pase todo el rato, pero cuando sucede te das cuenta y te fastidia un poco. Espero que le metan mano en algún parche futuro porque es lo único que chirría en un apartado técnico que, por lo demás, va como la seda.
El cooperativo que engancha de verdad
Y ahora lo importante: ¿el cooperativo funciona? La respuesta es un rotundo sí. King of Meat es divertido, entretenido y tremendamente adictivo cuando lo juegas con amigos. Hay algo mágico en coordinarse con tu equipo para superar una mazmorra especialmente jodida, o en reírte cuando alguien cae en una trampa que todos visteis venir menos él.
El juego tiene ese factor de "una más y lo dejamos" que caracteriza a los grandes cooperativos. Puedes tomártelo con calma y jugar de forma casual una noche con colegas, o meterte sesiones más largas intentando completar todos los desafíos. Esa versatilidad es oro puro en un género donde muchos juegos solo funcionan en un registro u otro.
Conclusiones
Tras dos semanas intensas con King of Meat, puedo decir que Glowmade ha clavado lo esencial: un cooperativo divertido, adictivo y con una base sólida para crecer. El apartado audiovisual es soberbio, con animaciones que rozan niveles de Adult Swim y un doblaje al castellano de auténtico lujo. El combate es accesible pero satisfactorio, y el creador de dungeons tiene potencial para convertir esto en un fenómeno si la comunidad responde.
No es perfecto. La progresión puede hacerse algo tediosa en momentos puntuales, la variedad de escenarios base podría quedarse corta a largo plazo, y la cámara tiene sus líos ocasionales. Pero son pequeños peros en una experiencia que, en su conjunto, funciona de maravilla.
King of Meat es ese juego que necesitas tener en tu biblioteca si te gusta el cooperativo, punto. Ya sea para sesiones maratonianas o para echarte unas risas con los colegas, cumple en ambos frentes. Con Jonny Hopper al frente, el ADN de LittleBigPlanet está presente, y si logran construir una comunidad sólida de creadores, estaremos ante uno de esos juegos que se quedan años en nuestras consolas.
Glowmade ha clavado lo esencial: un cooperativo divertido, adictivo y con una base sólida para crecer. El apartado audiovisual es soberbio, con animaciones que rozan niveles de Adult Swim y un doblaje al castellano de auténtico lujo. El combate es accesible pero satisfactorio, y el creador de dungeons tiene potencial para convertir esto en un fenómeno si la comunidad responde.
Apartado gráfico
Apartado artístico
Apartado jugable
Apartado sonoro
Adictivo y entretenido
Animación y cinemáticas de alto nivel
Doblaje al castellano de auténtico lujo
Creador de dungeons intuitivo con potencial bruta
Cooperativo divertidísimo tanto casual como competitivo
Rendimiento técnico fluido
Progresión se hace pesada en algunos tramos
La cámara te juega malas pasadas en salas pequeñas
La variedad de escenarios base puede quedarse corta
Ingeniero de Telecomunicaciones. amante de SEGA y todo lo que tenga que ver con Sonic. Nintendero por bandera y Game Pass en el corazón. Muy fan de Halo y las sagas Gears of War o Forza. Siempre con mi Steam Deck en la mochila...