Son muchas y muy variadas las propuestas que llegan a la industria del videojuego a día de hoy. Sin embargo, no es demasiado común ver juegos en los que la música sea uno de los elementos principales, en los que el apartado sonoro sirva, no como condimento al título, sino como elemento central sobre el que se articulen el resto de aspectos. Recientemente he podido jugar Crypt of the Necrodancer, un videojuego que se basa en el ritmo para guiar nuestros movimientos a través de un roguelike; y el resultado me pareció tan bueno que cuando oí acerca de AereA, un RPG en el que la música toma un papel fundamental, no pude evitar emocionarme.
Desarrollado por Triangle Studios, un pequeño estudio holandés, AereA se presenta como un juego de rol en el que tanto la historia como buena parte del apartado jugable vienen dominados por la música. La idea suena realmente emocionante en el papel pero, ¿cómo se ha llevado a la práctica? ¿Habrá resultado en conjunto una melodía armoniosa o las diferentes notas se pisarán unas a otras? ¡Acompañadnos en nuestro análisis de AereA para descubrirlo!
Como ya os adelantábamos en la introducción, AereA es un juego en el que la música no es banda sonora solo, sino hilo conductor de toda la obra, comenzando por la historia. A lo largo de nuestra aventura por el mundo de Aezir tendremos que luchar para recuperar los nueve Instrumentos Primordiales que el Maestro Guido ha perdido. La búsqueda de cada uno de estos instrumentos nos lleva a una zona diferente hasta que, finalmente, damos con el enemigo que posee nuestro ansiado tesoro musical. Esta es una baza que AereA aprovecha a la perfección ya que en cada una de las zonas, el boss final tiene una temática diferente acorde al instrumento que posee, haciendo de cada uno de estos enemigos únicos a la par que se nos deleita con una variedad musical espectacular.
A nivel narrativo, AereA es una obra poco ambiciosa pero que cumple sobradamente con lo que propone. La historia se desarrolla de una forma correcta, introduciéndonos bien las diferentes misiones y guiándonos por los distintos objetivos a completar por el mundo de Aezir. Está claro que es un apartado muy poco ambicioso, ya que las sorpresas brillan por su ausencia y realmente no supone ningún soplo de aire fresco al género, pero todo lo que busca lo logra, dejando así una sensación nada mala.
La idea de que la música sea lo que dicta el resto de apartados en un RPG es una idea estupenda que consigue emocionarnos en el papel, pero lo más importante es cómo se ha llevado a la práctica y, sobre todo, si realmente resulta divertido. Y, por desgracia, la respuesta es que en AereA no. El apartado jugable del título de Triangle Studios se queda muy por detrás de lo que prometen sus ideas a priori, y lo peor es que la importancia de la música no es en absoluto culpable, sino que los fallos están en el RPG como tal.
AereA es, en primer lugar, un juego extremadamente fácil que no ofrece demasiado reto. Tanto es así que, a pesar de existir varias clases de personajes, con cualquiera de ellas podremos hacernos fuertes rápidamente y acabar con casi cualquier enemigo (excepto bosses) de un solo golpe, haciendo que las diferencias entre clases queden reducidas a pequeños detalles que no afectan al núcleo de la jugabilidad. Además, a pesar de que los jefes aguantan más golpes y tanto a nivel visual como sonoro son realmente únicos, en el apartado jugable se disuelven; no tendremos que hacer demasiados ajustes para acabar con ellos y, básicamente, la misma estrategia de combate nos servirá para completar el juego, eliminando así la posibilidad de que AereA nos suponga un reto en algún momento.
En cuanto al combate como tal, nos encontramos con algunos fallos de diseño en los controles que, unidos a una línea de visión algo confusa, hará que nos encontremos fallando ataques de forma continua, cosa que resulta frustrante aunque el juego sea, en su mayoría, terriblemente fácil. A todo esto se suman otros detalles que arruinan la experiencia de AereA; por un lado tenemos la imposibilidad de ver claramente una pequeña descripción de los ítems que conseguimos y que nos ayude a descifrar para qué se usan o en qué nos benefician exactamente cuando los tenemos activos. Por otro lado, está el hecho de que cuando volvemos a una zona que ya hemos completado o cuando morimos y hacemos respawn, toda esta zona vuelve a su estado inicial; los enemigos reaparecen, los caminos se cierran y los puzles vuelven a estar sin resolver, obligándonos a realizar este trabajo otra vez y resultando terriblemente tedioso. Creedme, morir en una pelea con cierto boss tras una larga zona de exploración (cosa que me ha pasado) es terriblemente frustrante.
Y por si esto fuera poco, a pesar de que la narrativa no sea mala, las misiones que se nos dan son repetitivas y muy planas. Casi la totalidad de estas consisten en hacer de recaderos o verdugos. "Vete aquí y recoge esto. Después vete a este otro lugar y mata a tal enemigo", y así de continuo durante la totalidad de AereA. De esta forma, la jugabilidad propia de un mal RPG hace que se empañen las propuestas tan prometedoras de la obra de Triangle Studios.
Aunque AereA fracasa terriblemente en el apartado jugable, el mundo de Aezir sigue resultando un lugar que merece la pena visitar simplemente por el apartado artístico que, en este caso, es el que salva los muebles a la obra de Triangle Studios. El colorido e inspirado apartado visual llega con referencias a instrumentos musicales por doquier y lo cierto es que en conjunto logra resultar espectacularmente bonito.
Pero, sin duda, la joya de la corona es la banda sonora. AereA es un juego que se toma la música muy en serio y eso se refleja en el apartado sonoro del título. Los temas que componen la banda sonora son increíblemente adecuados a cada situación, variados y, sobre todo, bonitos. Es una delicia explorar Aezir disfrutando de los diferentes efectos de sonido que nos asaltan a cada paso y que llegan gobernados por una banda sonora que, siendo justos, roza la perfección.
Sin embargo, a pesar de que el juego es, desde el punto de vista estético, una auténtica maravilla, técnicamente deja bastante que desear. La versión que hemos podido probar es la de PlayStation 4 y, aunque el rendimiento es generalmente bueno, sí que hay unas cuantas mecánicas jugables que tienen importantes bugs que nos pueden obligar a reiniciar una zona (y como explicábamos más arriba es reiniciar literalmente, desde cero). En cuanto a su duración, nos encontramos una obra que no es especialmente larga para ser un RPG, y que a nosotros nos ha durado unas 9 horas jugando sin demasiada prisa.
En resumen, AereA es una obra muy peculiar, no solo por sus propuestas sino por sus resultados. Jugablemente no es nada divertido y, a pesar de que posee un cooperativo local que puede hacerlo algo más divertido, lo repetitivo de las misiones, la baja dificultad, la poca importancia de las clases y algunos errores de diseño hacen de la experiencia jugable algo bastante pobre y frustrante. Pero, sorprendentemente, el título cuenta con un apartado artístico que logra salvar los muebles y hacer de nuestro viaje por Aezir una experiencia que incluso podemos llegar a disfrutar.
Un buen diseño a nivel artístico de escenarios y enemigos acompañan a una banda sonora prácticamente perfecta y un desarrollo de la narrativa simple pero correcto para hacer de AereA una obra difícil de recomendar pero que, para muchos, bien podría merecer la pena. La decisión última recae sobre vosotros, los jugones, pero si lleváis la mentalidad correcta (no os esperéis un RPG al uso) es posible que AereA no os deje un mal sabor de boca, y teniendo en cuenta su apartado jugable, eso ya es mucho decir.
