Bajo la misma premisa y algunas ideas renovadas vuelve a la carga Realmforge Studios con la tercera entrega de Dungeons, sucesor espiritual del mítico Dungeons Keeper, donde la mezcla de géneros entre estrategia y gestión de recursos se entremezcla de una forma muy divertida bajo una narración y un doblaje de lo mejorcito en el mundo de los videojuegos.
Vuelve la eterna lucha entre el bien y el mal, las hordas bajo el mandato del señor del maligno se encuentran preparadas para salir a la conquista de la superficie, pero la desidia se ha apoderado fuertemente del diabólico gestor quien falto de motivación decide encerrarse ante el desconcierto de sus seguidores. ¿Conseguirá Dungeons 3 mejorar a sus predecesores?
La línea argumental en la que se enmarca esta tercera entrega sigue bajo el mismo marco sucesorio al de los pasados capítulos. Encarnar el papel del Señor del Mal y gestionar el inframundo no es tarea fácil para una sola persona, o ser, o demonio o lo que quiera que sea esa mano gigantesca que mueve los hilos de sus esbirros. Como ya hemos comentado en la introducción en esta ocasión el Señor del Mal presa del aburrimiento decide encerrarse en sus aposentos dejando toda la responsabilidad del mal en Thalya, una hechicera Elfa que se debate entre el bien y el mal.
Nuestra protagonista nunca pudo esconder sus fuertes instintos demoníacos por lo que su padre decide encerrarla y aislarla del resto del mundo para que el bien se apodere de ella. Algo que rápidamente pasará a la historia cuando nos hagamos con el control de Thalya sacando sus peores instintos destrozando a todo ser vivo que se cruza en su camino.
Dungeons 3 sigue la misma mecánica vista en sus predecesores que tanto ha gustado a los aficionados a la estrategia por su originalidad y desparpajo. Por un lado, nos encontramos ante un simulador de mazmorras al más puro estilo Dungeons Keeper mientras que, por otro tendremos las batallas estratégicas en tiempo real para derrotar las oleadas del bien y conseguir que el reino de las tinieblas se apodere de todos los rincones del mundo.
Centrándonos en el apartado de gestión de mazmorras, deberemos tramitar todos los recursos disponibles a nuestro alcance para conseguir el ejército más poderoso jamás creado. Se trata de una de las partes más importantes del título que deberemos tratar con sumo cuidado pues una mala praxis en nuestro mandato nos llevará a una derrota sin precedentes. De tal forma tendremos una gran variedad de opciones a nuestro alcance para poner a trabajar a nuestros nimios. En este sentido tendremos tres recursos principales que serán la base para montar nuestro ejército, extraer oro, extraer mana, y obtener maldad (la base de todo ejercito del mal).
El oro será imprescindible para realizar construcciones y comprar nuevas habilidades, mejorar a nuestros protagonistas y lo no menos importante que será pagar los sueldos de nuestros empleados. De no hacerlo, estos simpáticos nimios y orcos se pondrá en huelga y no querrán realizar las tareas que les asignemos, lo mismo ocurrirá si no los tenemos bien alimentados esos pavos lucen bastante jugosos y saben mejor. Del mismo modo nuestros empleados precisarán un lugar de descanso y otro de ocio donde degustar su rica cerveza después de un largo día de trabajo.
En cuanto al maná será preciso extraerlo, al igual que el oro, de los ricos minerales del subsuelo muy importante tener una buena gestión del mismo pues los hechizos no podrán lanzarse sino acumulamos una buena cantidad del mismo. En cuanto a la maldad se irá obteniendo conforme conquistemos diversos lugares del mapeado, esté servirá como moneda para mejorar las habilidades y hechizos de nuestros batallones.
Por otro lado, no debemos olvidar colocar trampas anti enemigos que no dudarán en asaltarnos cada vez que lo crean necesario, para ello tendremos a nuestra disposición una gran variedad de trampas disponibles para que a nadie se le ocurra entrar en nuestra fortaleza del mal. Al margen de todo esto deberemos gestionar correctamente nuestras cajas de herramientas y granjas de pavos si queremos que nuestro equipo esté satisfecho en todo momento.
El segundo modo de juego que nos presenta Dungeons 3 es la estrategia a la vieja usanza, deberemos crear un buen batallón para hacer frente a las fuerzas del mal. En este sentido desde la gestión de la mazmorra tendremos la posibilidad de crear un ejército bastante compacto de criaturas del mal entre las que destacan pequeños guerrilleros, grandes orcos, dragones, serpientes sanadoras y hasta un ejército de no muertos.
Cada nueva misión tendrá un enfoque diferente y deberemos elegir sabiamente aquellos aliados que mandaremos a la batalla. Una vez en el mapeado deberemos ir conquistando pequeñas aldeas, obtener nuevos pergaminos para nuevos hechizos, detener cargamentos de comidas, despertar un ejército de no muertos del cementerio y hasta alguna misión nocturna para hacer frente al ejército del bien. Nos encontramos ante batallas con una dificultad bastante bien ajustada para principiantes, aunque el modo injusto será todo un reto para aquellos que busquen un mayor desafío.
Dungeons 3 cuenta con una buena base lista para dotar al jugador de muchas horas de diversión, el juego engancha desde el primer momento y eso es algo que nos ha encantado. Para aquellos que no hayan jugado a las anteriores entregas será casi obligatorio realizar el tutorial perfectamente creado para poder dar nuestros primeros pasos, pese a que todo está muy bien explicado en ocasiones puede resultar un poco engorroso el tema de la gestión de recursos. Además, y por primera vez en la serie Dungeons, contaremos con niveles generados aleatoriamente donde ninguna partida será igual que la anterior, un modo aleatorio que sin duda será todo un reto u desde luego un acierto que dota de mayor variedad al juego.
Una vez superado el tutorial será el momento de dar paso a la acción con un modo campaña bastante bien pensado con una historia que pese a ser muy típica entretiene, en parte, gracias a su maravilloso narrador y sus constantes peleas con nuestra diabólica elfa protagonista. Tendremos una gran cantidad de misiones bastante originales y superar la campaña puede llevarnos, según nuestra habilidad, entre quince y veinte horas. Pero no queda aquí la cosa pues tendremos a nuestra disposición un modo batalla para entrenar en partidas generadas a nuestro antojo.
En cuanto al modo online nos ha gustado la posibilidad de poder realizar el modo campaña en modo cooperativo junto a algún amigo que posea el juego. Así mismo podremos enfrentarnos a otros compañeros en batallas en línea de entre dos y cuatro jugadores que pueden resultar muy entretenidas.
Respecto al apartado visual, Dungeons 3 sigue luciendo realmente bien y ha sabido mejorar respecto a su segunda entrega lanzada hace ya dos años. El título luce realmente bien sobre todo en los escenarios exteriores donde todo está cuidado al más mínimo detalle. Los 60fps y 1080p son estables en todo momento sin tirones cuando hay muchos elementos por pantalla, el juego está perfectamente optimizado.
Por otro lado, nos encontramos ante el apartado sonoro donde una vez más el referente será el cachondo narrador que nos acompañará en todo momento. Como en la anterior entrega, nos regalará los oídos con ciertas referencias a películas, juegos y libros famosos en el género que sin duda nos harán esbozar una sonrisa en más de una ocasión, aunque en ciertas ocasiones puede hacer un tanto repetitivo. En cuanto a la banda sonora también casa perfectamente durante las batallas y la gestión de la mazmorra hasta el punto que cuando dejemos de jugar tendremos en la cabeza algunas de las melodías que amenizan la gestión.
Dungeons vuelve con una tercera entrega bajo la misma fórmula que su predecesor, pese a contar con pocas novedades en cuanto su estructura, el título desarrollado por Realmforge Studios y distribuido por Kalypso Media con una buena gestión por parte de Meridiem Games en nuestro país nos regalará horas y horas de diversión. Uno de esos juegos en los que las horas pasarán cual minutos generando mazmorras subterráneas únicas con trampas y estructuras a nuestro antojo.
