Ataque a los Titanes (Shingeki no Kyojin)
Analizado en Capítulo 3x13
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Cientos de muertes, miles de futuros destruidos, el fin de una mentira miserable, un golpe de estado, la humanidad ha pasado por luces y sombras para poder ahora combatir cara a cara contra su verdadero enemigo. O ellos o los titanes. Esa es la diatriba que expone la recta final de la tercera temporada de "Ataque a los titanes". ¿Quién alcanzará la libertad?
Durante más de un siglo los enemigos gozaron de ventaja tanto estratégica como de combate, pero en menos de una década la situación se ha igualado. Con Erwin capitaneando las últimas esperanzas de los supervivientes, e Historia corrigendo los errores que su familia cometieron desde el levantamiento de los muros, ahora el final de la pesadilla es posible. La información sobre los titanes es abundante, y Eren parece dispuesto a tomar las riendas de su destino. Pero hablamos de Hajime Isayama.
Su universo nunca se ha caracterizado por el positivismo. Si bien el último episodio dejó un rastro de luz más que satisfactorio, la trama política y las conspiraciones solo anticipaban lo que ahora parece que será una auténtica carnicería. Y es que sí, el Cuerpo de Exploración tiene las herramientas para recuperar el terreno perdido, pero el enemigo sigue siendo más inteligente. Llegar hasta Shiganshina no sería la meta, sino solo el principio.
"Ataque a los titanes" regresa titubeante, como sus protagonistas. Tras un breve resumen de cortesía que precede al nuevo opening, Tetsuo Araki pone a la producción en vereda. Pero lo hace fuego lento. No fueron pocos los fans que se quejaron del cambio de rumbo que había sufrido el anime durante la última temporada, y el director no duda ahora en recoger todas esas quejas para devolver la adaptación al curso que tanta fama le había regalado en el pasado.
Ahora bien, el ritmo se toma un breve alto en el camino antes de aguantar la respiración. Lo hace asentando el tono casi medio año después de liberar su última carga. Eren está nervioso. Duda de nuevo de sí mismo, y eso sirve de pretexto para ponernos en situación. "¿Creerían en la posibilidad de ser dueños de su propio destino?". Su cabeza está llena de preguntas en torno a una idea clara: Esta misión lo decidirá todo. Justificará todos los sacrificios, o probará que nada a merecido la pena.
Mientras se acercan al Muro María cinco años después de haberlo perdido, en medio de esa oscuridad plena provista por una Luna Nueva, los soldados destilan unas emociones contenidas durante mucho tiempo. Es la calma que precede a la tempestad. Idónea para conocer no solo una debilidad más de los titanes nocturnos (la ausencia de luz), sino también para abrir en canal a los héroes. O quizás "Él héroe".
Por encima de Eren, de Mikasa, o de incluso Levi, el verdadero pilar emocional que sostiene al grupo es Armin. Su presencia en los últimos episodios había sido más bien escasa, pero ahora vuelve para demostrar todas sus virtudes. Casi desde el comienzo de "La ciudad del principio" se muestra como un amigo inestimable, y un líder inteligente. Araki va exprimiendo con delicadeza al personaje para desatascar el conflicto que todavía colea del año pasado.
"Tu soñabas y eso te hacía feliz. Yo no tenía nada". El papel de ese chico miedoso en la vida de Eren fue determinante para que este se diera cuenta de que vivían en una mentira. De que no tenían libertad. Y fue precisamente de ahí de dónde nació su leit motiv para seguir combatiendo. Mientras la mente lucha contra el cuerpo de la pareja, Mikasa va recordando poco a poco su infancia. Se acercan al inicio de todo.
Aunque el retorno a Shinganshina es material -el Cuerpo de Exploradores retorna a la zona donde se produjo la primera ofensiva de los titanes-, Wit Studio lleva ese viaje a lo simbólico. Recupera sensaciones de miedo, el misterio de un enemigo desconocido, y la valentía de unos personajes que optan por seguir hacia adelante ante la oscuridad que les persigue. "Ataque a los titanes" regresa a casa, y se siente más cómoda que nunca. Ya no hay de por medio traiciones ni personajes ajenos al núcleo del elenco. Se completa el círculo.
Ese ritmo pesado y fandangoso de los primeros compases del episodio comienza a despegar una vez se avistan los muros de la ciudad. El plan para tapar los dos agujeros -tanto el exterior como el interior- de cara a encerrar dentro de la ciudad a los titanes, precipita la explosión de acción contenida entre tanta tensión y suspense. Claro que no sería tan fácil ejecutar la empresa. El silencio pronto da paso al terror. Y es precisamente Armin el director de esa orquesta.
Erwin es consciente de lo valioso que es, y no duda en delegar en él la responsabilidad de encontrar al enemigo oculto en la ciudad. Su astucia y capacidad de observación dibujan a la versión más fuerte y carismática de Arlert de toda la serie. Pero sus habilidades tienen un límite. Armin pronto descubre que Berthold y Reiner no están tras los muros, sino dentro de los muros. A partir de ahí es trabajo de Levi iniciar el baño de sangre.
Comienza el espectáculo de Wit. No se puede decir que el estudio alcance el sakuga esta semana, pero sí demuestra seguir estando a leguas de distancia de la competencia. Y lo consigue con apenas tres escenas. La primera, la protagonizada por Levi y su movimiento veloz para matar -aparentemente- a Reiner nada más salir de su escondite. Ese acto desata la transformación del enemigo, y la de todos los que están alrededor de la ciudad. Ahí es donde el equipo libera su segunda perla; La aparición masiva de criaturas, y la exposición imponente del Titán Bestia.
Casi sin ahcerse notar, "Ataque a los titanes" retorna a la casilla de salida. Como si hubiera vuelto a casa tras absorber todos los aprendizajes del viaje del héroe. Sin embargo, parece que no son suficientes para corregir el problema inicial. El enemigo una vez más se demuestra más inteligente. Sí, es cierto que ya no es esa masa de peligro desconocida, pero sigue sorprendiendo. Y ya no solo eso. Además cuenta con un rival que todavía no ha demostrado todas sus capacidades. ¿Quién y qué es ese simio?
El conflicto al que se enfrenta la serie es similar al de su comienzo, y su desarrollo no esconde las referencias a los pilares que dieron forma a su trama. Lo que ahora cambia no son solo los espectadores- conocedores de lo engañoso y cruel de este universo- sino también sus protagonistas. Eren y el resto tienen una meta clara, y saben cómo alcanzarla. ¿Lo lograrán? Mientras lo intentan, el anime se reencuentra a sí mismo recuperando su mejor sabor.
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