Mostrarse negacionista ante el uso de la nostalgia en cualquier medio de entretenimiento es casi tan desacertado como abrazar el pastiche referencial de turno. Recuperar obras del pasado siempre ha estado mal visto, pero la realidad es mucho más compleja que la simple defensa de lo que uno considera como “propio”. Revisitar antiguas obras puede servir para sacar matices que pasaron desapercibidos en un primer momento, para mostrar la intencionalidad del autor desde otro prisma, o simplemente para acercar el material a nuevas audiencias. "Fruits Basket" tacha todas esas premisas de la lista, y lo hace sin caer en el conformismo tan habitual en los remakes.
Casi dos décadas después de su primera adaptación, TMS Entertainment recuperaba el universo de Natsuki Takaya con dos objetivos principales; Por un lado completar la traslación del material original que quedó en el limbo por falta de tiempo y de recursos, y por otro corregir aquellas libertades creativas tomadas por Studio Deen a la hora de amoldarse al manga. Si a estos factores le sumábamos la nostalgia propia de una de las obras más queridas y populares de los últimos años, no resultaba sorprendente que se hablara del regreso de Tohru en los términos en los que se hacía. Ahora bien, todo esto ponía mucho -muchísimo peso- sobre los hombros del nuevo equipo.
La presión se había dejado notar en la promoción del anime, más discreta y contenida que en otro tipo de series. El paralelismo entre planos y las referencias buscadas se convertía en lo más comentado de la producción, y no era para menos. "Fruits Basket" debuta comenzando su historia desde el principio, y lo hace sin grandes sobresaltos. ¿Es mala noticia? En este caso no. La nostalgia se convierte en un factor indispensable para atrapar a los fans originales de la obra, y para que el boca-a-boca haga de las suyas de cara a futuros episodios. Puede que escudarse en el trabajo de otros resulte a simple vista cobarde, pero ¿para qué cambiar lo que ya funciona?
La idea de TMS no pasa por darle un sentido nuevo a "Fruits Basket", o por reinterpretar a sus personajes. Corregir implica mantener cierta base para maquillar las flaquezas, y eso es precisamente lo que hace el primer episodio de la serie; Un compendio de escenas y planos sacados casi palmo por palmo del anime de principios de los 2000, con un arte y unos valores de producción adaptados a los nuevos tiempos. Yoshihide Ibata factura un trabajo de respeto para con el material original que cobra todavía más valor si tenemos en cuenta el cambio completo tanto de estudio como de equipo de producción que se ha producido entre una adaptación y otra.
La propia Takaya da un paso hacia atrás, abandonando su posición como creadora, para pasar a un puesto más simbólico desde el que supervisar la serie. Un detalle que en cualquier otra producción podría suponer el desastre absoluto, pero que aquí apenas deja rastro. Y es que TMS parece haber ido más allá de la réplica visual, comprendiendo y absorbiendo toda la esencia y el espíritu del material original. Razón por la cual la nostalgia acompaña a unas sensaciones de quietud y paz muy similares a las que ofrecía el primer anime. Desde el ritmo -sosegado pero grácil- hasta la fotografía –cálida y acogedora-, todo recuerda la serie de hace dos décadas.
Y lo mismo sucede con la historia. El primer episodio sirve para presentar a Tohru Honda, entender a vuelapluma su forma de pensar y ver el mundo, y conocer a los tres primeros miembros de la familia Souma; Yuki, Kyou, y Shigure. Se mantiene el dramatismo naíf del manga, y se aprovecha el cariz más cómico de los personajes para buscar situaciones agradables tanto para con la protagonista como para con los espectadores. Esto, que parece sencillo, esconde detrás un trabajo de esquematización titánico del que TMS sale con las ideas sorprendentemente claras. Y es que en tan solo un par de escenas logra delimitar con firmeza las personalidades de todos los miembros del elenco, y perfilar además las dinámicas que estos mantendrán con la protagonista.
¿Se podría haber esperado algo más? Realmente no. Recuperar "Fruits Basket" implicaba mantener ciertos elementos sin modificar, y el trabajo en este caso de TMS está más enfocado en enfatizar que en crear nada nuevo. Es todavía pronto para prever si realmente lograrán estar a la altura del anime original, pero por el momento la base construida apunta a un baño de nostalgia del que pocos serán capaces de escapar. Y es que reencontrarse con estos personajes resulta tan mágico como cabría esperar.
La mitología heredada de la zodiaco chino, y el misterio que rodea a los Souma no ha hecho más que comenzar a cocinarse bajo un escenario Slice of Life que promete enamorar tanto los recién llegados como a aquellos que llevaban años esperando este reencuentro. "Fruits Basket" ha vuelto para quedarse.
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