El 'whitewashing' es una técnica repudiante que consiste en hacer que actores blancos interpreten a personajes que tradicionalmente son de otras razas. Esto se suele hacer sobre todo en Hollywood, industria cinematográfica en la que un sector de los productores quieren vender sus proyectos de forma comercial, y lo hacen a través de este 'blanqueamiento' deleznable que poco a poco va desapareciendo. Aún así, tenemos varios casos sonados de largometrajes que utilizaron el 'whitewashing' a la vez que intentaban ocultarlo zanjando la polémica de forma abrupta.
Seguramente haya mil películas más en las que haya personajes de múltiples razas siendo interpretados por actores blancos, aunque aquí os dejamos algunas de las producciones más vergonzosas en este sentido.
Gal Gadot es una de las actrices de moda; esta mujer de origen isreaelí ha protagonizado Wonder Woman y su secuela obteniendo un enorme éxito, pero desde que se conoció que daría vida a Cleopatra en una nueva película, las críticas le llovieron rápidamente: le acusaron de blanquear al personaje históricamente egipcio, aunque ella se defendió en su momento recordando que la monarca era realmente macedonia.
Casualidades de la vida, otra película ambientada en Egipto aparece en este listado: Álex Proyas creyó conveniente que un reparto blanco eminentemente norteamericano diera vida a un plantel de personajes repleto de egipcios. Quizás muchos pasaron por algo dicho cambiazo, aunque otros tantos no dudaron en criticar desde el primer momento el tráiler de una de las producciones de acción más vergonzosas de los últimos años. Un espectáculo que vive del exceso más desastroso.
Todo está mal en esta adaptación en carne y hueso del mítico anime, empezando por la elección de un actor norteamericano (Justin Chatwin) con la única intención de atraer a aquellos espectadores que no se sienten cómodos viendo una película con intérpretes asiáticos. Por suerte, la crítica la vapuleó por este y otros muchos motivos, y también pasó muy desapercibida en las salas pese a ser una de las grandes apuestas de 20th Century Fox en aquella época.
Mel Gibson dirigió y puso en la piel de Jesucristo a Jim Caviezel; obviamente el origen del personaje bíblico era muy diferente al del actor norteamericano, y aunque este largometraje recibió muy buenas críticas, conforme el 'whitewashing' ha comenzado a ser denunciado, La pasión de Cristo aparece en cualquier debate que se precie por ser uno de los casos que más desapercibido ha pasado.
La adaptación estadounidense de este manga japonés levantó una enorme polvareda después de que USA Today anunciase que el casting priorizó a actores blancos en lugar de actores asiáticoestadounidenses. Un claro caso de 'whitewashing' que provocó que Netflix se olvidase por completo de preparar una secuela pese a que se convirtió en una de sus películas más vistas.
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