Pixar lanza el primer teaster de Toy Story 5 con fecha y no habrá que esperar mucho: ¿se acabó la era de los juguetes?

Han pasado casi treinta años desde que Toy Story revolucionó el cine de animación y nos enseñó que incluso los juguetes podían tener alma. Pero en 2026, Pixar parece dispuesta a ir un paso más allá: a preguntarse si esos mismos juguetes todavía tienen un lugar en un mundo que ya no los necesita. El nuevo teaser de Toy Story 5, presentado hoy mismo en X por sorpresa, ha confirmado su estreno mundial para junio de 2026, y lo ha hecho con un tono que muchos no esperaban: melancólico, reflexivo y con un trasfondo más realista que nunca.

El vídeo, de tan solo cincuenta segundos, apenas deja ver unos pocos fragmentos de la trama, pero lo suficiente para entender que la nueva película explorará un conflicto profundamente actual: la sustitución del juego físico por el digital. En las primeras escenas, vemos a Jessie, Buzz, Rex y Perdigón, entre otros observando desde la distancia cómo su nueva dueña, una niña de unos seis años, recibe en una caja una tablet que parece ocupar el lugar de todos ellos.

El enemigo silencioso de los menores

Lejos de los villanos clásicos o de las tramas de rescate que definieron las entregas anteriores, Toy Story 5 parece apostar por un antagonista más simbólico: la tecnología misma. En el teaser, los juguetes se ven aterrorizados por enfrentarse a una tablet que la niña utiliza como su nueva compañera de juegos. Lo que podría parecer una premisa simple, encierra un mensaje más profundo: la forma en que los dispositivos digitales están desplazando la imaginación tradicional y alterando la relación emocional entre padres, hijos y su tiempo compartido.

La narrativa apunta a un dilema generacional. Ya no se trata solo de juguetes que temen ser reemplazados, sino de una reflexión sobre lo que significa crecer en un mundo donde la atención, la creatividad y el juego han sido reconfigurados por pantallas interactivas. Pixar, una vez más, parece mirar más allá de la nostalgia y explorar las heridas que deja el progreso, con esa mezcla de ternura y tragedia que solo la compañía es capaz de equilibrar.

Pixar parece consciente del peso emocional de volver a esta saga. Después de Toy Story 4, que cerraba de manera íntima el viaje de Woody, muchos pensaban que la historia no debía continuar. Sin embargo, el estudio parece haber encontrado una nueva forma de hacerla relevante, no repitiendo fórmulas, sino enfrentando a sus personajes con una realidad inevitable: los niños de hoy ya no juegan como antes.