Este pasado fin de semana he estado en Italia y me he quedado flipando con el precio que tienen los peajes: un trayecto de apenas 100 kilómetros entre La Spezia y Parma, casi 20 euros. Sin embargo, esto suele ser lo habitual en Europa, con países que utilizan un sistema de peaje con el objetivo de financiar las infraestructuras críticas.
España se enfrenta a un posible cambio radical en lo que a modelo de financiación de carreteras se refiere. En estos momentos, es uno de los pocos países europeos donde la mayoría de las autovías son gratuitas, pero una nueva propuesta presentada por SEOPAN (Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraestructuras) podría acabar con este beneficio.
Un cambio que afectaría prácticamente a todas las carreteras de alta capacidad, especialmente a un trayecto muy habitual en España: Madrid-Barcelona, una ruta de más de 600 kilómetros que puede costar bastante dinero si se aprueban estos nuevos peajes, dependiendo del vehículo en el que circules.
SEOPAN ha presentado un modelo de financiación que propone la implantación de peajes en la red de autovías con un objetivo muy claro: cubrir el déficit en el mantenimiento de las infraestructuras viarias, estimado en 11.494 millones de euros. ¿En qué consiste dicho modelo? Se aplicaría una tarifa por kilómetro recorrido que variaría en función del tipo de vehículo:
La distancia entre Madrid y Barcelona por autovía es de aproximadamente 627 kilómetros si viajamos vía Zaragoza y Lleida. Si aplicamos la propuesta de SEOPAN, el coste del peaje por trayecto sería:
Es decir, además del coste de combustible, conductores de turismos tendrían que abonar 18 euros adicionales por recorrer esta distancia; y camioneros o conductores de vehículos pesados casi 88 euros. Una medida que tendría un efecto notable en nuestros bolsillos, al mismo tiempo que podría revitalizar el uso de carreteras nacionales, que quedarían fuera de este sistema de peajes.
En estos momentos, todavía no se han concretado todos los detalles, pero puede que existan bonificaciones para vehículos eléctricos o híbridos con el objetivo de fomentar la movilidad sostenible. Sin embargo, estamos hablando de una propuesta de SEOPAN que está sobre la mesa y que todavía no se ha implantado. Es cierto que el alto coste de mantenimiento de nuestras carreteras invita a pensar en este modelo de financiación, pero el sector del transporte, a través de la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM), ya ha mostrado su desacuerdo con la medida. ¿Será suficiente para frenar el cambio? ¿O se acabará imponiendo el pago de un peaje por el uso de nuestras carreteras de alta capacidad?
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