Corea del Norte es una dictadura por mucho que su líder intente vendernos lo contrario. Nadie sabe lo que pasa realmente dentro del país, el totalitarismo es absoluto y sus ciudadanos viven desconectados del mundo que les rodea. Un buen ejemplo de ello es la historia que nos llega sobre una persona que pasó de contrabando copias ilegales de El juego del calamar: el desenlace, dramático, porque ha sido condenado a muerte por el régimen de Kim Jong-un.
La agencia de noticias RFA, con sede en Estados Unidos, ha asegurado que "un estudiante que compró una unidad de contrabando de la serie recibió una sentencia de muerte; mientras que otros 6 que vieron la serie fueron sentenciados a 5 años de trabajos forzados. Maestros y administradores escolares fueron despedidos y se enfrentan al destierro para trabajar en minas remotas".
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