Nos vamos acercando peligrosamente al final de "Bruja Escarlata y Visión". Y, aunque en la serie ya se empieza a notar ese olor a fin de fiesta marvelita -o sea, mucha acción y emoción-, después de siete capítulos lo que nos gustaría es quedarnos a vivir un poco más dentro de Westview. Por eso, el séptimo capítulo nos regala unos últimos coletazos de esa tranquila vida de barrio previa al desenlace.
El episodio de la semana pasada terminaba con un potente final, fórmula que ya viene a ser costumbre en la serie. Wanda sufría un ataque de ira, atacaba a su hermano Pietro impostor y expandía aún más su realidad ficticia absorbiendo todo lo que la rodeaba: campos, edificios, la base de operaciones de S.W.O.R.D. con todo su equipo, a Darcy Lewis... Además, surgía el interrogante sobre el origen de toda la historia de la serie, pues nos enteramos de que ni la propia Wanda sabía muy bien qué ocurría o cómo funcionaba el hechizo.
Dolor y culpa posmodernas
Con tales precedentes, el séptimo episodio de "Bruja Escarlata y Visión", titulado "Cae la cuarta pared", tenía por misión resolver las dudas que llevábamos arrastrando desde hacía dos semanas. Y esta vez sí, cumple con su cometido. El episodio comienza centrado en el personaje de la propia Wanda que, arrepentida por su actitud, decide autocastigarse. Y lo hace siguiendo un patrón muy reconocible por cualquier fan de la televisión contemporánea. Los homenajes a las sitcoms han llegado al s.XXI y con ellos el humor más irreverente. En una clara imitación a Claire Dunphy de "Modern Family", el personaje de Elisabeth Olsen afronta su culpabilidad por todo lo ocurrido y se confina en casa para poner en orden su alocada cabeza.
Lo hace con entrevistas a cámara, reflexiones divertidas sobre sentimientos que no lo son tanto y, en general, con esa actitud posmoderna y despreocupada tan características de las sitcoms actuales. Si hay algo con lo que no puedes lidiar, como los extraños cambios en el mobiliario, solo queda aceptarlo y seguir hacia adelante. Filosofía a la que, pase lo que les pase durante el episodio, se unen el resto de personajes de Westview: Tommy, Billy, Agnes, Darcy y, sobre todo, Visión. El personaje de Paul Bettany se enfrenta por primera vez a un pasado que desconoce y aprende a entender al fin el profundo dolor que siente su mujer.
Sin embargo, estos mismos sentimientos también están muy presentes en "Bruja Escarlata y Visión" en la parte externa al HEX. La máxima exponente de ello es Mónica Rambeau, una de las supervivientes del ataque de Wanda. Sabe que la llave de todo es la Bruja y que ella es capaz de hacerla entrar en razón. Así, durante ESE momento en el episodio, lo que la impulsa para seguir y poder terminar su misión es precisamente el dolor. Pero esta vez lo hace de una forma mucho más canónica y "humana". Afronta por primera vez la muerte de su madre y los acontecimientos que han ido ocurriendo en torno a ella. Y gracias a ello se nos presenta, al fin, a esa Mónica Rumbeau que tantas ganas teníamos de ver y que llega como una verdadera bocanada de aire fresco para el UCM. La ilusión de ver un nuevo superhéroe es enorme.
Como un reloj
En realidad, este séptimo episodio quizá no llegue a la brillantez de algunos de su predecesores, pero no es culpa del capítulo en sí. Su función no es contar algo nuevo (salvo los momentos de Mónica y Agnes), sino que debe ser el preparativo que deje vía libre a la recta final de"Bruja Escarlata y Visión". Y, anclado en ello, conduce todas sus tramas de forma magistral. Cada pequeña historia parece ser independiente y no guardar demasiado misterio, pero según nos acercamos al final todo confluye, o al menos se hace evidente que lo hará en los próximos episodios.
El tono ligero y desenfadado de estas mencionadas sitcoms ayuda enormemente a hacerlo. Todo es tan agradable y funciona tan bien para el espectador que consigue generar interés hasta en las aventuritas de Visión y Darcy en el circo y la furgoneta, e incluso en el brick de leche de Wanda. Es la esencia de cotidianeidad de Westview que tanto vimos en los primeros episodios. Eso sí, ver que llega a su fin es muy agridulce.
Mención aparte merecen, por supuesto, los últimos minutos del metraje. Desde hace ya varias semanas todo apuntaba a que el auténtico villano detrás de "Bruja Escarlata y Visión"iba a ser Mephisto, uno de los antagonistas más interesantes de los cómics de Marvel. El personaje de Agnes como Agatha Harkness estaba ahí, pero su conversación con Visión en la fiesta de Halloween nos hizo descartarla. Qué engañados estábamos y qué prodigioso final de capítulo nos regala. Ovación cerrada.
Conclusión
El séptimo episodio de "Bruja Escarlata y Visión" es el preparativo perfecto para su desenlace. Pone punto y final a la temática sitcom de forma magistral permitiendo que sus personajes al fin afronten su situación (externa e interna) y deja el terreno libre a la clásica conclusión made inMarvel. Los instantes de extrema ligereza, tan agradecidos, pueden llegar a jugar en su contra por falta de contenido, pero los momentazos de Mónica y Agnes lo compensan con creces. Gran capítulo que se sitúa en un notable muy alto.
El séptimo episodio de "Bruja Escarlata y Visión" es el preparativo perfecto para su desenlace. Pone punto y final a la temática sitcom de forma magistral permitiendo que sus personajes al fin afronten su situación (externa e interna) y deja el terreno libre a la clásica conclusión made in Marvel. Los instantes de extrema ligereza, tan agradecidos, pueden llegar a jugar en su contra, pero los momentazos de Mónica y Agnes lo compensan con creces. Gran capítulo que se sitúa en un notable muy alto.
Tono de sitcom actual muy logrado
Gran construcción de las tramas
Elisabeth Olsen, camaleónica una vez más
Final memorable
Salvo en los momentos de Agnes y Mónica, falta punch