HBO lleva varios años intentando dar con el spin-off de Juego de Tronos que le de más beneficios, y finalmente parece que lo ha encontrado: será La casa del dragón, una serie centrada en los Targaryen y basada en el libro Fuego y Sangre que publicó no hace mucho George R.R. Martin. Pero flipado te vas a quedar con la auténtica millonada que se gastó la cadena de pago en dar luz verde a la grabación del piloto del primer spin-off de Juego de Tronos que nunca se emitirá en televisión.
Juego de Tronos es mucho Juego de Tronos; para algunos, la mejor serie de la historia (para otros, yo incluido, un buen drama de fantasía que palideció en su tramo final). Por ello HBO quiere seguir explotando su gallina de los huevos de oro, aunque es consciente de la enorme presión que tiene: si no gusta un spin-off, será un fracaso. Si gusta, tendrá aún el listón más alto para próximos proyectos.
En Tinderbox, un nuevo libro que repasa la historia de HBO, el por aquel entonces presidente de entretenimiento de Warner Media, Bob Greeblatt, habla sin tapujos sobre el coste del primer y único episodio que tuvo este spin-off cancelado de Juego de Tronos:
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