Code Vein fue anunciado por Bandai Namco hace ya un par de veranos, y en este período de tiempo hemos visto cómo el título ha tenido algún que otro problema en su desarrollo. Un rendimiento débil en sus comienzos provocó inevitables retrasos, los cuales en última instancia han servido para que el título pueda desempeñarse de forma adecuada. Ahora, solo toca responder a la siguiente pregunta: ¿ha logrado Code Vein entrar en el mundo de los Souls-like de forma satisfactoria? Vamos a verlo.
Un Renacido repleto de posibilidades
En Code Vein encarnamos a unos personajes llamados 'Renacidos', quienes tras verse infectados por un parásito especial ganan el don de la inmortalidad, aunque ello no implica que no puedan morir. El mayor peligro, pues, consiste en verse convertidos en lo conocido como Perdidos, unos renacidos que han caído rendidos a la sed de sangre -el alimento que mantiene cuerdos a los Renacidos- y que ya no tienen conocimiento de su identidad ni control sobre sus acciones.
De este modo, antes de dar el salto a este mundo distópico tenemos la obligación de crear a nuestro propio Renacido, un apartado en el que Code Vein brilla de forma sobresaliente. Así pues, los jugadores encontrarán todo cuanto calme a sus gustos: muchos peinados, pieles, ojos, cicatrices, pinturas faciales, ropas básicas y demás. Destaca sobre todo la capacidad ofrecida para hacer nuestras delicias a lo 'Tokyo Ghoul', un anime al que muchos recordará cierta parte de la estética de Code Vein. Y es que, en la misma esencia, podremos por ejemplo modificar individualmente cada uno de los ojos de nuestro personaje, dando forma así un héroe o heroína atractivo/a o, por el contrario, contando con un personaje principal que suscite de todo menos buenas sensaciones.
Tras esto, en Code Vein nos encontramos con una infinidad de posibilidades jugables. Puede, efectivamente, que infinito sea un término excesivamente superlativo en esta ocasión, pero la realidad es que tenemos a nuestro alcance más de 15 estilos de juego distintos. Estos estilos reciben el nombre de Códigos de Sangre, y son los que determinan aspectos como nuestras atributos, armas a equipar y, sobre todo, nuestras habilidades. Y Es que si deseamos jugar Code Vein como poderosos paladines de gran defensa y vitalidad podemos hacerlo sin problemas. Si, sin embargo, nos vemos más atraídos por los magos, también podemos hacerlo, y dentro de estos mismos encontramos algunos con dones de apoyo, con 'sobredosis' de trampas, de distintos elementos y, en definitiva, una gran variedad que se aplica sobre toda clase básica que podamos visualizar en un RPG.
De igual forma podríamos remitirnos a las mencionadas armas y también los Velos de Sangre, que vendrían a ser nuestras armaduras pero además con la capacidad de realizar 'ataques de drenaje'. Esta ofensiva especial permite, a su vez, absorber 'Icor', lo que sería el equivalente del maná en el juego. Así pues, en Code Vein nos encontraremos con muchas armas y Velos de Sangre, las cuales favorecerán a un estilo de juego u otro. En nuestro caso, por ejemplo, optamos por apostar totalmente por la fuerza y la vitalidad, motivo por el que nos vimos equipados con dones -habilidades- que potenciaran dichos factores así como también con un tremendo espadón a dos manos y, lógicamente, un Velo de Sangre que sirviera a los especificados atributos. Habiendo probado también otras combinaciones, podemos confirmar que Code Vein nos permitirá acceder a su jugabilidad de formas vastamente distintas.
Una puerta de acceso al universo Souls-like
Si hay algo que define al fenómeno Souls-like, eso es indudablemente la gran dificultad que acompaña a todos los juegos que han bebido de este concepto hasta el momento -algunos grandes ejemplos son los propios Dark Souls, aunque también otros como Nioh o The Surge-. En este sentido, resulta sencillo concluir que Code Vein se trata muy posiblemente del título más accesible de todos estos, y eso es algo que puede tener consecuencias tan positivas como negativas.
Del lado positivo, lógicamente con Code Vein encontramos que muchos jugadores no habituales a los Souls-like pueden hallar aquí una primera opción muy valiosa para adentrarse al género. Esto se debe, en especial, a la continua presencia de una CPU que nos ayuda en combate y puede, incluso, llegar a revivirnos tras perecer. Como bien sabrán los asiduos a este estilo de juego, la mayor dificultad suele consistir en esquivar los poderosos ataques de los enemigos y, al mismo tiempo, tener que encontrar el hueco para hacer daño. En Code Vein, al contar con un acompañante de difícil ejecución -poseen mucha vitalidad-, siempre se dará uno de los siguientes dos casos: o entretenemos al enemigo para que le ataque la CPU -llegamos a eliminar a un jefe prácticamente haciendo solo esto- o atacamos al enemigo cuando la CPU le entretenga. Afortunadamente, aquellos que lo deseen podrán afrontar la aventura completamente en solitario, abandonando a los NPCs en la base -aunque perdiendo lo que supone un componente novedoso al género-.
Asimismo, la presencia de los diversos NCPs que pueden acompañarnos se ve muy bien complementada por el sistema de Códigos de Sangre que porta el juego. Es decir, en cierto punto habremos logrado desbloquear tantos estilos de juego que será posible incluso servir como un personaje de apoyo a la ofensiva de nuestro acompañante. Y es que mientras que algunos como Yakumo se dedicarán a ejercer ataques de manera continua sobre el enemigo, otros como Io usarán dones que reforzarán la defensa, la recuperación, el ataque etc., y estos ambos estilos podemos emularlos sin problema desde nuestra perspectiva de jugador. Gracias a esto, Code Vein permite casi desde el comienzo que los usuarios no se vean encasillados en una sola posibilidad.
Algo que también provoca que Code Vein sea más accesible que otros Souls-like es el hecho de que sus jefes, y enemigos en general, no sean tan complejos como los que podemos encontrar en otros videojuegos parecidos. Esto se debe a que la mayoría de ataques enemigos son bloqueables -también podemos hacer 'parry' o simplemente esquivar-, una mecánica que podemos extender bastante si usamos un estilo de juego centrado en la fuerza y la resistencia. Esta posibilidad es una que no hallamos de forma satisfactoria en otros Souls-like y que, consecuentemente, hace que no sea tan necesario el aprendizaje de los 'timings' de las ofensivas enemigas, pues como hemos señalado, pocos ataques requerirán de que estemos extremadamente atentos para evitar sufrir grandes daños.
Un último elemento que destacaríamos como factor esencial en la accesibilidad de Code Vein es la relativa facilidad para obtener Neblina, que vendría a ser la experiencia que intercambiamos para subir de nivel. En este sentido, nos resulta bastante sencillo obtener grandes cantidades de neblina mediante las que progresar. Además, hay que valorar el hecho de que en Code Vein no encontramos aspectos dividimos como fuerza, vitalidad, destreza y demás, por lo menos no de tal forma que debemos incrementarlos de manera individual. Simplemente hemos de hacer uso de la Neblina para subir nuestro nivel global, mientras que los apartados individuales se ven afectados por nuestro Código de Sangre, Dones y demás apartados de equipo.
¿Hay grandes complejidades entonces en Code Vein?
Lógicamente, no podemos decir que Code Vein sea un juego fácil, ni mucho menos, al fin y al cabo es un Souls-like. Este grado adicional de dificultad se encuentra sobre todo en el hecho de poder avanzar en solitario y, además, en algunos encuentros especiales que ocurren de manera esporádica por los mapas y que nos serán anunciados con un lúgubre cartel rojo en pantalla. Posteriormente, veremos cómo de manera constante aparecerán enemigos de una bruma roja que no pararán de atacarnos, y es en estos momentos en los que más objetos de recuperación llegaremos a utilizar -apenas contaremos con respiro, pues muchos aparecerán directamente enfrente de nosotros-.
Un punto del juego que también puede acabar siendo un desafío considerable lo encontramos en sus mapas. A pesar de que las zonas de acción de Code Vein comienzan de forma relativamente sencilla, no tardaremos en llegar a ubicaciones repletas de bifurcaciones y distintos niveles que nos requerirán de permanecer atentos. De hecho, en algunos momentos nos veremos obligados a hacer uso del objeto 'Luz Química' para marcar puntos que ya hayamos visitado, pues de lo contrario podemos encontrarnos dando vueltas de manera constante hasta hallar el saliente inexplorado o la escalera no utilizada. Esto se debe a que dentro de sus diferencias, un mismo mapa de Code Vein se muestra muy similar en todas sus partes, lo que hace que el efecto laberíntico pueda ser tan fascinante como frustrante.
Como último 'picante' que los amantes del desafío pueden encontrar en Code Vein, hemos de resaltar las 'Profundidades'. Estas zonas adicionales del juego podrán ser encontradas al explorar algunos lugares recónditos de los mapas principales, y nos permitirán habilitar nuevas localizaciones a modo de 'mazmorras' que podremos visitar para obtener nuevas e interesantes armas así como vestigios solo pertenecientes a estos mapas. Los vestigios, aclararemos, son las distintas partes que componen cada Código de Sangre, el cual en última instancia se trata de una composición de recuerdos perteneciente a un NPC -dichos vestigios nos permiten no solo desbloquear Códigos de Sangre sino también ganar acceso de forma individual a los Dones-. Por ende, contamos con bastantes razones para tener estos mapas como un objetivo a valorar en el juego.
Conclusiones
Code Vein, en general, consigue convertirse en una apuesta interesante en el concepto de Souls-like. Esto se debe, como hemos señalado, a que representa una gran opción para los jugadores poco experimentados, pero quizá aquellos con experiencias en obras tales que Bloodborne o Sekiro puedan ver su desafío como insuficiente. Asimismo, Bandai Namco logra dejar a un lado la mayor parte de problemas de rendimiento, aunque es innegable que en ocasiones se producen ciertas caídas de frame rate o dificultades en la carga de texturas. En cualquier caso, las ocasiones en la que esto sucede no son demasiadas y, además, se da en zonas que no llegan a impactar en nuestra jugabilidad.
Por ende, animamos a los que tienen 'miedo' a probar suerte con los Souls-like a disfrutar de Code Vein, pues contamos con suficientes herramientas -incluido un multijugador de apoyo- como para afrontar el desafío sin tener que sufrir de igual forma que con juegos como los mencionados Dark Souls. Asimismo, para los experimentados también puede ser una obra interesante, sobre todo si valoramos la posibilidad de no contar con NPC que nos acompañe, el diseño de sus mapas y todos los estilos de juego disponibles.
Code Vein logra convertirse en una posible puerta de acceso para el complicado mundo de los Souls-like. Bandai Namco da así con una apuesta atractiva, repleta de posibilidades en lo jugable y con unos entornos que en ocasiones pueden ser enormes laberintos. No obstante, aquellos en busca de un verdadero desafío deberán abandonar una de sus principales novedades.
Jugabilidad
Gráficos
Banda Sonora
Historia
Muchas posibilidades distintas para nuestro Renacido
Los mapas llegan a dar forma a increíbles laberintos
Narrativa que logra tocar a todos sus personajes con interés
'Profundidades' mediante las que expandir aún más la experiencia jugable
Una puerta de acceso al mundo de los Souls-like que, sin embargo...
Los más habilidosos deberán desactivar al acompañante, la gran novedad
Problemas, en ocasiones, de frame rate y carga de texturas
Duración: 40-50 horas, variable
Jugadores: 1 jugador o multijugador cooperativo en línea
Idiomas: Inglés, Japonés (subtítulos en castellano)
Encargado de la sección de anime de Areajugones con años de experiencia en el sector.
He trabajado sobre todo con Dragon Ball, One Piece, Ataque a los Titanes, Kimetsu no Yaiba y muchos otros grandes éxitos del anime.