Los años 90 fue una gran década para el mundo de los videojuegos. Fue lanzada la mítica Nintendo 64, la primera PlayStation, Sega Saturn... Pero no solo las consolas fueron las protagonistas de la época. Los videojuegos también dejaron tras de sí títulos increíbles, tan atemporales que muchos podrían incluso dar de qué hablar en la actualidad. El género de terror estaba a la orden del día, y se estaba afianzando un subgénero que llegaría para quedarse: el survival horror. Y Daymare: 1998 quiere que recordemos aquellos títulos.
Capcom fue la que se llevó un merecido protagonismo con los survival horror. En esa década llegó a publicar tres juegos de una saga que sigue estando en boca de todos hoy día: Resident Evil. De hecho, esa primera trilogía caló tan hondo en los corazones de muchos jugadores que hasta podemos hablar de remakes de los tres títulos, siendo el más reciente Resident Evil 3 Remake. Aunque el género siga perdurando hoy día, la esencia que tenían esos Resident Evil y otros grandes juegos como Silent Hill ya no es tan común ni frecuente, y es esa misma esencia la que Invader Studios (quienes estaban haciendo el remake no oficial de Resident Evil 2 hace años)ha querido contener en Daymare: 1998.
De la paz al apocalipsis en una noche
Invader Studios se ha inspirado en los survival horror de los 90, como decimos en los anteriores párrafos. Tanto es así que incluso la historia tiene ciertas similitudes con Resident Evil, o al menos su trasfondo. Daymare: 1998 tiene lugar en una tranquila ciudad ficticia llamada Keen Sight, situada en el estado de Idah, Estados Unidos. La historia comienza mostrando cómo un equipo de operaciones especiales llamado H.A.D.E.S. cuya misión es ir a unos laboratorios donde parece haber habido un escape de un gas químico que transforma a todo aquel que entre en contacto con dicha sustancia. Básicamente, se convierten en lo que todos distinguiríamos como un zombie.
El objetivo de H.A.D.E.S. es comprobar la supervivencia de los científicos de dicho laboratorio, el cual se ha puesto en cuarentena como medida de seguridad, a la par que sustraer dicha sustancia química. Es en el mismo laboratorio donde descubrimos que esta especie de gas se trataba de un arma química. Esta es la misión en el primer capítulo de Daymare: 1998, juego en el que hay un total de 5 capítulos. De hecho, pueden parecer pocos, pero la duración supera las 10 horas, pudiendo alcanzar las 15 horas. Tras terminar el primer capítulo ocurren unos sucesos que hacen que toda la ciudad se infecte.
Daymare: 1998 no tiene lugar en esos laboratorios; eso solo ocurre en el primer capítulo. Cada capítulo de la historia ocurre en diferentes localizaciones, tales como un hospital, las calles de Keen Sight, interiores de apartamentos, etc. De hecho, se mezclan diferentes historias ya que llegamos a controlar durante la historia hasta tres personajes distintos y, por ejemplo, el capítulo 4 ocurre en una localización que ya experimentamos con otro personaje en el capítulo 3. Estos personajes son Liev, Sam y Raven.
Trasfondo digno de los mejores survival horror
La parte narrativa de Daymare: 1998 tiene su parte positiva y su parte negativa. Lo malo es que, explícitamente hablando, deja algo que desear. Es un poco pobre y básica en comparación con los más clásicos survival horror. No obstante, esta parte negativa podría recaer más bien en la forma en la que está contada ya que, en realidad, el trasfondo es digno de los mejores survival horror. El trasfondo es esa parte de la historia que no te cuentan, el cómo se ha llegado a la situación que se acontece en el juego. De verdad que ese trasfondo es muy interesante pero, desgraciadamente, solo se puede leer en documentos que encuentras mientras exploras.
Este tipo de información a veces está contenida en documentos más o menos extensos que pueden ser archivos escritos o audios. Lo malo es que ese trasfondo es más interesante que lo que ocurre mientras jugamos y muchos jugadores no podrán apreciar esa parte tan buena de la historia de Daymare: 1998 porque no los encontrarán todos o bien porque puede causar cierta pereza en una buena parte de usuarios. De esta forma, recomendamos que le echéis un vistazo a estos documentos por dos razones: lo que ya hemos dicho (el potencial de ese trasfondo) y porque puede contener información muy útil sobre acciones que tengamos que realizar poco después.
Combate e inventario para los más nostálgicos
Centrándonos ya en la jugabilidad de Daymare: 1998, la parte más básica es que es un shooter. Contamos con hasta tres armas de fuego que pueden ser diferentes dependiendo del personaje que controlemos. En el caso de Liev llevamos un fusil semiautomático y una pistola. Con Sam portamos una pistola y una escopeta (luego podemos encontrar un revólver). Y con Raven llevamos también una pistola y una escopeta (más tarde podemos encontrar también una pistola pesada que recuerda a las Desert Eagle).
Todas las armas hacen diferente daño y deberemos pensar bien cuál vamos a usar dependiendo de la situación y de qué balas queramos agotar. Y es que, efectivamente, la munición escasea y es crucial apuntar bien y no desaprovechar balas. No obstante, bien es cierto que si te entretienes en explorar tan solo un poco no hay de qué preocuparse ya que, si no derrochas demasiadas balas, no se acabará la munición. Eso sí, hay que procurar distribuir bien el inventario para no dejar atrás esas valiosas balas... Y es que posiblemente sea el sistema de inventario de lo que más nos ha gustado, recordándonos de la mejor forma posible a los más clásicos survival horror.
Podemos acceder a varias pestañas dentro de un dispositivo que el personaje lleva en su brazo llamado D.I.D.. La primera de esas pestañas nos muestra, precisamente, el inventario. Tenemos lo que a priori parece un gran número de espacios para almacenar objetos, pero ahí también llevamos los cargadores para nuestras armas, las balas que no quepan ni en el cargador ni en el propio arma aparte y otros objetos de diferentes utilidades. Dentro de dicho inventario podemos usar los objetos o combinarlos, algo que ya se podía hacer en los más clásicos Resident Evil. Incluso hay dos formas de recargar el arma: mediante recarga rápida (tiramos el cargador usado al suelo) o lenta (nos guardamos el cargador en el inventario).
En el caso de la munición, las balas sueltas podemos combinarlas con un cargador vacío o medio lleno para terminar de llenarlo (de la misma forma podemos hacer con un arma que no esté completamente cargada. De hecho, si estamos en mitad de un combate y solo llevamos un cargador en el inventario, en cuanto gastemos las balas de la pistola, recarguemos una vez y volvamos a gastar la munición, tenemos que acceder al inventario y combinar las balas de sobra con el cargador y el arma. Esto no se puede hacer en medio del combate, ya que el tiempo no se para cuando accedemos al D.I.D..
La segunda pestaña muestra la salud del personaje y el estado del mismo. En Daymare: 1998 tenemos acceso a distintos objetos de curación o mejora de estado. Estas son inyecciones que podemos encontrar y que pueden curar al personaje, aumentar su salud máxima o su precisión (estas dos últimas de forma temporal). También podemos combinarlas para que una misma inyección sea más potente o tenga dos funciones (en caso de que combinar dos inyecciones diferentes). Además, podemos encontrar objetos cotidianos que mejoren nuestra salud u otra característica (como un refresco, por ejemplo) que al combinarse con un objeto llamado Aditivo H se crean estas inyecciones.
La tercera de esas cuatro pestañas del D.I.D. contiene el mapa de la localización en la que se encuentra el personaje. Aparecen marcadas las puertas y zonas seguras/de guardado (de las que hablamos unos párrafos más abajo), pero no las salas que no hemos descubierto. La cuarta pestaña almacena todos los documentos y archivos de audio que hemos encontrado para poder leerlos y escucharlos cuando queramos.
En cuanto a las posibilidades de movimiento en Daymare: 1998, no hay demasiado: disparar, cambiar de arma, encender o apagar la linterna, recargar, correr... También se puede esprintar y realizar golpes cuerpo a cuerpo para quitarnos de encima a algún zombi pesado, aunque eso no los matará. Desgraciadamente, podemos decir que los controles a veces pueden ser torpes. No suele haber problema a lo largo del juego, pero en ocasiones hay animaciones como los cambios de arma o para recargar que no se inician cuando se pulsa el botón ya que dicha animación se estaría pisando con otra anterior que aún no ha terminado de realizarse.
Keen Sight es un espectáculo, pero no los zombis
Posiblemente lo mejor del juego es lo espectacular que es en cuanto a ambientación. La oscuridad de las calles y las localizaciones de Keen Sight traen consigo una atmósfera magnífica que no tiene nada que envidiar a los mejores juegos de terror. Y, de hecho, Daymare: 1998 cuenta con un factor tremendo de terror psicológico, ya que no abusan en absoluto de sobresaltos y screamers. El hecho de poder ver únicamente lo que el jugador alumbra con su linterna (exceptuando algunos lugares donde hay luces encendidas y alumbran bastante) hace que el usuario permanezca en tensión constantemente.
De hecho, los capítulos son relativamente largos por dos razones: primero, que las zonas son bastante grandes, detalladas (tanto las partes en interiores como en exteriores) y cargadas de elementos que le brindan cierto realismo e inmersión al título. La otra razón es algo más negativa, por desgracia; dado que no en ningún momento el juego te indica a dónde tienes que ir (sí puedes ver cuál es tu misión/objetivo), a veces te pegas dando vueltas un buen rato, sin saber muy bien a dónde tienes que ir. Esto se acentúa cuando debes coger un objeto concreto (por ejemplo, una llave) y pasas por la sala en la que ese objeto está pero no lo ves, ya que cuesta visualizarlos.
En Keen Sight hay zonas seguras repartidas por la ciudad donde podemos acceder a un ordenador donde almacenar los objetos de nuestro inventario que no queramos. En dichas zonas podemos guardar la partida (aunque el juego guarda partida automáticamente en varios puntos). No obstante, estas zonas seguras escasean bastante y, además, son secretas; están ocultas detrás de paredes y la única forma de localizarlas es escuchando un leve pitido que suena en nuestro D.I.D.. Además, no queda claro la función de estas zonas porque hay varias que no cuentan con el ordenador para guardar partida y, además, este ordenador lo encontramos en algún que otro lugar que no es una zona segura.
También hay coleccionables en Daymare: 1998. Estos no solo son únicamente los archivos de audio o documentos que encontramos durante esta terrorífica aventura; también podemos encontrar muñecos de ciervos a los cuales podemos disparar y que hay muy pocos en cada zona. Dado que hay pocos y las zonas son bastante amplias, están muy, pero que muy escondidos. Esto ya es motivo de más para explorar bien todas las localizaciones (además de que esa gran ambientación te incita a darte una vuelta y verlo todo en detalle).
No obstante, debemos hablar de los enemigos, algo fundamental en Daymare: 1998. Hay varios tipos de monstruos, siendo el más común el zombi normal y corriente que todos conocemos. Hay varios modelos para este tipo de zombi pero que no cuesta ver cómo se repite constantemente a lo largo del mapa. Y lo más negativo de este tipo de enemigos es que todos atacan exactamente igual: te agarran y empiezan a... ¿vomitar sobre ti? Te impregnan de un líquido viscoso y verde que no parece ser muy saludable y debes pulsar rápidamente un botón del mando para soltarte. Dado que te encuentras con muchos zombis, es algo muy repetitivo.
Hay otras dos variantes de zombis superiores (además de otros que se podrían interpretar como "bosses"). Estos sí cuentan con una variedad mayor de ataques (tampoco es una locura) y que le añaden cierta riqueza a la experiencia de juego a lo largo de los distintos tramos de cada capítulo. Daymare: 1998 también está repleta de puzles los cuales llegan a ser muy complicados. En general están bien planteados, pero dada la relativa abundancia de estos pueden llegar a sacarte ligeramente de la experiencia del juego.
Una delicia sonora y visual
Gráficamente, Daymare: 1998 no es una bestia. Hay texturas que tardan en cargar o ciertos elementos del juego que no se ven tan bien como a uno le gustaría. Sin embargo, debemos tener en cuenta que Invader Studios cuenta con un equipo muy pequeño de empleados y el resultado gráfico de esta obra cumple con su cometido. Bien es cierto que los rostros dejan algo que desear, pero a nivel de animaciones (especialmente la de los enemigos) e iluminación, el trabajo es mucho más que decente. Además, esa gran ambientación que comentamos unas líneas más arriba hacen que este juego entre por los ojos de forma casi instantánea.
Eso sí, esta terrorífica atmósfera no se podría conseguir sin unos buenos efectos de sonido y banda sonora. Tanto en un aspecto como en otro, el resultado es genial. El sonido de las armas y de las recargas está muy conseguido (hasta se nota la diferencia cuando disparas balas normales o balas de punta hueca, que hacen más daño), la música es genial y se adecúa a cada momento de la historia y el doblaje no deja nada que desear (recordamos que las voces son en inglés y el texto en español). Eso sí, los sonidos que reproducen los zombis podrían estar algo mejor planteados ya que a veces, cuando ya los has matado, siguen gritando durante unos segundos.
¿Es Daymare: 1998 un digno homenaje a los mejores survival horror?
Invader Studios tenían muy claro que era lo que querían hacer, qué era lo que querían recuperar, y podemos decir que lo han conseguido. Es cierto que Daymare: 1998 no es un título que no está a la altura de los mejores survival horror de la historia, pero se le acerca y es un juego totalmente recomendado para los fans de dicho género. Es cierto que hay momentos en los que seguramente el jugador se encuentre perdido en Keen Sight, sin saber muy bien a dónde ir, o atascado en uno de los múltiples puzles que parece que no tiene ninguna solución lógica, o confuso porque ya has matado 7 veces al mismo zombi...
Pero todas esas partes negativas Daymare: 1998 no van a hacer que esta obra no sea disfrutable. ¡Al contrario! Es un buen juego que logrará que te intereses por su historia, conseguirá que te sumergas en una ciudad apocalíptica y hará que sientas terror durante una enorme parte del juego. ¿Tienes ganas de volver al terror de los 90 sin necesidad de tocar un Resident Evil o un Silent Hill? Daymare: 1998 puede ser el juego que buscabas.
Invader Studios ha conseguido con creces rendir homenaje a los más clásicos survival horror con Daymare: 1998. Desgraciadamente, la historia que tú protagonizas como jugador de esta obra no es tan interesante como el trasfondo de la misma, la cual fácilmente puede pasar desapercibida. No obstante, el juego cuenta con una jugabilidad y una serie de mecánicas y detalles que le hacen una gran justicia a los títulos de terror de los años 90 y, especialmente, a los primeros Resident Evil.
Historia
Gráficos
Jugabilidad
Sonido
Ambientación
Duración
Una excelente ambientación
Un trasfondo magnífico
El sistema de inventario
Una duración más que decente
Poca variedad de enemigos y de ataques de los mismos
Una historia poco interesante en comparación con el trasfondo de esta
Responsable de videojuegos. Jugador enamorado de Persona, Zelda, Super Mario y juegos gachas, pero también me veréis escribiendo sobre PS Plus, ofertas y muchos más juegos.