Menudo año llevamos. Otra cosa no, pero lo que es lanzamientos de juegos está siendo una auténtica locura, una barbaridad que a los que amamos los videojuegos nos tiene dando volteretas. Da igual dónde juegues, en qué plataforma, cuál sea tu compañía favorita - lo cierto es que tenemos una cantidad de juegos con la que es imposible aburrirse a día de hoy. El caso es que en esta vorágine de locura de lanzamientos nos llega Dying Light: The Beast y un nuevo juego de Techland siempre son palabras mayores.
¿Habrá conseguido superar el amargo sabor de la segunda entrega? ¿Habrá vuelto a sus orígenes? Después de estar durante más de 40 horas dando vueltas por Castor Woods creo que puedo solventar todas estas cuestiones y alguna más. Spoiler: sí, lo han clavado pero con matices que merece la pena explicar.
Kyle Crane regresa 13 años después y no está para tontearías
La vuelta de Kyle Crane es la mejor de las noticias - el protagonista de la primera entrega y su DLC sigue vivo, y esto no es spoiler ya que sale en la portada del juego, así que no me mates todavía. El caso es que Crane está de vuelta como uno de los protagonistas más queridos de los últimos años, que se ha ganado su popularidad por méritos propios. No está muerto como creíamos después del final ambiguo de The Following.
Tenemos una nueva historia que contar que continúa directamente los acontecimientos que vivimos en Harran y el DLC. Cronológicamente, The Beast se desarrolla 13 años después de la primera entrega (alrededor de 2028-2029), situándose entre el primer y segundo juego. Crane ha sido trasladado a un pueblo de Europa donde ha estado retenido por El Barón, un científico loco obsesionado con experimentar con nuestro protagonista durante todos estos años.
Castor Woods: un infierno rural que respira horror
Después de años de sufrimiento, Kyle logra escapar y promete vengarse de todo lo que le ha hecho El Barón. Estos experimentos han dejado huella profunda en Kyle, quien tiene flashbacks y pesadillas con todo lo que le ha ocurrido, traumatizado de por vida. Aunque, aparte de todas estas secuelas, los experimentos aumentaron los poderes de bestia en Kyle, quien ahora posee una nueva habilidad de transformación que aporta una jugabilidad completamente nueva.
Castor Woods es un bonito pueblo europeo que se ha convertido en un nuevo infierno tras los sucesos que vivimos en Harran. El Casco Viejo de la ciudad está tan detallado y es tan bonito que asombra - tenemos libertad para movernos por donde queramos y la posibilidad de explorar muchas zonas interiores para obtener recursos. Todo comienza de forma muy frenética con mucho survival-horror recuperado de la primera entrega, y eso mola muchísimo.
El Modo Bestia que lo cambia todo
Una de las novedades más brutales es el Modo Bestia de Kyle - una mecánica exclusiva activada por una barra de rabia que se va llenando conforme aniquilamos enemigos. En ese momento Kyle se transformará durante unos segundos y reinará el caos, ya que se convierte en una bestia imparable ante cualquier enemigo. Puede realizar ataques desarmados potentes, lanzar objetos del entorno, montarse en enemigos grandes y usar un golpe al suelo para controlar multitudes.
Es como tener a Kratos en un apocalipsis zombie y funciona de maravilla. Se desbloquea progresivamente con upgrades en un árbol de habilidades más simple pero significativo que en DL2 - menos nodos pero más impacto real. El feeling es brutal cuando te transformas y empiezas a destrozar todo lo que se mueve, aunque hay que usarlo con cabeza porque puede hacer que las noches sean menos tensas si abusas de él.
Parkour, vehículos y supervivencia pura
El parkour ha vuelto como buque insignia de la saga y han sido mejoradas estas habilidades, aportando una jugabilidad tan clásica como renovada y divertida. Moverse por Castor Woods es una delicia y para ello podremos ir a pie o en los 4x4 del Sheriff repartidos por todo el mapa - eso sí, prestando mucha atención a rellenarlos de combustible y de que no exploten con tanto atropellar zombis (que pasa más de lo que me gustaría).
Es la primera vez en la saga con un vehículo off-road funcional y la verdad es que funciona genial. Se usa para desplazamiento rápido, embestir zombis y misiones, pero consume combustible finito y atrae enemigos si haces ruido. También tenemos la posibilidad de conseguir un gancho como en las entregas anteriores, pero la verdad es que aporta bastante poco y no es nada relevante comparado con el gancho del primer Dying Light o del segundo, donde era una herramienta clave para el parkour. Aquí se siente más como un añadido menor que no termina de encajar con el diseño del entorno rural.
Arsenal, interfaz y gore sin filtros
La interfaz ha sido renovada, mejorada y minimalizada para hacerla más amigable y asequible - es tan fácil como hacer dos clicks para cambiar de armas (puedes llevar 4 equipadas), consumibles (también 4) y objetos arrojadizos (también 4). En todo este compendio tendremos armas que podremos fabricar con planos, armas que podremos comprar en vendedores y armas que podremos recoger de enemigos.
Ahora todo es mucho más gore - mutilaciones, desmembramientos, sangre y todo lo que te puedas imaginar aquí no tiene filtro, y esto mola mucho. Aunque también te digo, no vayas a dejar jugar a un niño, por favor. Castor Woods está plagado de Chimeras (nuevos enemigos del juego) y otras bestias que reconocerás fácilmente del primer juego, pero ahora más brutales que nunca.
Misiones principales y secundarias que enganchan
El hilo argumental ya más o menos lo tenemos claro - deberemos seguir los acontecimientos hasta dar con El Barón, unos acontecimientos donde iremos encontrando nuevas zonas con personajes secundarios que se unirán a la causa. Los diálogos son parte importante de la trama y mención especial a un excelente trabajo de localización, especialmente los actores de Kyle (David Robles), Olivia (Catherina Martínez) y El Barón (Paco Gisbert).
Algunas misiones son realmente acojonantes como el mejor survival horror que hayas jugado, y otras pecan quizás de demasiado parkour para acceder a ciertas zonas, pero en su conjunto molan muchísimo. Las secundarias están bastante bien llevadas y siempre te encontrarás a Kyle quejándose de que es el chico de los recados - aportan lore a la historia de personajes y siempre tienen algún tipo de recompensa, no son demasiadas por lo que te recomiendo que no las pierdas de vista.
Apartado técnico y audiovisual sobresaliente
El diseño artístico tanto de personajes como de mapeado es realmente exquisito, y las estampas que nos deja son absolutamente brutales - tanto que un modo foto le vendría de maravilla, pero al menos durante la review no lo hemos visto. Hemos realizado este análisis en PC con una RTX 4070 y el juego rinde bien, mucho mejor después del primer parche. Quizás algunas bajadas de frame en zonas muy demandantes con muchos zombis y explosiones, pero en líneas generales bastante bien y sin bugs encontrados.
El apartado sonoro brilla en todos los aspectos - gritos de zombis, bestias, melodías post-apocalípticas mientras te mueves por el mundo y un trabajo de doblaje que, como mencioné anteriormente, es de matrícula de honor. Nada que ver con la prueba del juego que disfruté en Los Ángeles durante el Summer Game Fest - esta es una versión final completa y disfrutable de principio a fin.
Cooperativo y duración perfecta
Un título corto y largo a la vez - sin rodeos, vas a lo que vas y está pensado para ello. Me ha llevado unas 20 horas la historia principal y otras 20 más o menos realizando todas las secundarias y algún que otro desafío. Eso sí, el post-game no me ha parecido lo suficientemente atractivo como para echarle muchas más horas, pero para un juego standalone está perfecto.
Una vez más, el juego cuenta con modo cooperativo de hasta 4 jugadores, haciendo que vuelva a ser la guinda de un pastel que ha acabado siendo una absoluta delicia. La progresión es compartida como en anteriores entregas, pero enfocado en survival grupal - salvar aliados, scavenging en equipo y sobrevivir juntos a las noches infernales de Castor Woods.
Conclusiones
Techland estaba bajo la lupa de miles de jugadores en todo el mundo - este era un examen final y la desarrolladora lo ha superado con nota. Dying Light: The Beast es más Dying Light que nunca, se ha aprendido de los errores del 2 y se ha vuelto a una senda de la que nunca se debió salir. Es divertido, es bestia, es loco - en definitiva, es una obra maestra con uno de los mejores protagonistas y villanos que recordamos en años.
Kyle Crane merecía este regreso y Techland ha sabido darle el cierre que su historia necesitaba. Si eras fan del primer Dying Light y te decepcionó la deriva RPG de la segunda entrega, The Beast va a hacerte muy feliz. Es el survival horror puro que echábamos de menos, con la brutalidad y tensión nocturna que hizo grande a la saga. Sale el 18 de septiembre y es perfecto tanto para veteranos como para nuevos jugadores que quieran conocer a Kyle Crane.
Dying Light: The Beast
Analizado en PC
VideoGame
9.2
Puntuación Areajugones: Sobresaliente
Kyle Crane merecía este regreso y Techland ha sabido darle el cierre que su historia necesitaba. Si eras fan del primer Dying Light y te decepcionó la deriva RPG de la segunda entrega, The Beast va a hacerte muy feliz. Es el survival horror puro que echábamos de menos, con la brutalidad y tensión nocturna que hizo grande a la saga
Ingeniero de Telecomunicaciones. amante de SEGA y todo lo que tenga que ver con Sonic. Nintendero por bandera y Game Pass en el corazón. Muy fan de Halo y las sagas Gears of War o Forza. Siempre con mi Steam Deck en la mochila...