Los ’90 fueron la cuna de muchos de nosotros, ahora aficionados acérrimos a los videojuegos como hobby, forma de entretenimiento o incluso acercamiento al mundo del arte. Sin embargo, entre los que somos de estas generaciones también se formó una rivalidad nostálgica que nos hace a todos recordar días de infancia con una sonrisa, a comienzos del siglo XXI nos dividíamos en dos: los que preferían Pokémon, y los que defendíamos Digimon como si nos fuese la vida en ello. “Una forma extraña de comenzar una reseña” diréis, no es para menos porque hoy volvemos a aquellos días con Digimon Story: Cyber Sleuth, un título que se estrenó hace meses en Japón para PlayStation Vita y que ahora llega a España también en PlayStation 4, versión que hemos podido jugar, de la mano de Bandai Namco y con funcionalidades cross-save.
Basado en localizaciones reales de Tokyo, esta nueva aventura basada en la famosísima franquicia que no hace demasiado cumplía su decimoquinto aniversario nos introduce en una suerte de mundo utópico que aúna la vida en dos partes separadas y muy marcadas, que no entienden de edad o sexo, la vida digital y la real. Aquí la verdaderamente interesante es la virtual que toma desarrollo en un servidor multinivel bautizado como Eden, un nombre que no deja indiferente a nadie y que claramente no ha sido elegido por azar, muestra fiel de ese paraíso más allá de lo real que pretende ser esta gran network que ha sido creada, como no, por una gran empresa. Sin embargo, no todo en Eden es tan perfecto como se pinta y es que más allá de su planteamiento utópico, como red en línea que es se enfrenta a sus problemas que pasan desde bugs hasta hackers, teniendo principal importancia estos segundos.
Por otro lado, y como ya sabréis, los Digimon, como su propio nombre indica, son monstruos digitales. Tratados como herramientas, y no como seres vivos, los hackers se aprovechan de los Digimon en la network virtual que es Eden para su propio beneficio mediante una herramienta de captura de Digimon, a la que posteriormente tendremos acceso. No es un planteamiento demasiado complejo, pero es efectivo y muy adecuado al mundo “Digimon”, es este el mundo en el que se desarrolla el juego y sobre el que se cimienta una historia que sin ser sobresaliente, sí que es correcta, un argumento con sus fallos pero que sirve para guiar la aventura, un guion descafeinado que no consideramos sea el principal aliciente de esta aventura.
Nosotros entramos a formar parte de esta aventura a través de un avatar, que puede ser tanto masculino como femenino, según elijamos al comienzo del juego. Junto a algunos amigos online somos invitados a una zona concreta de Eden, posteriormente acabaremos en la zona central de presencia de los hackers, lo que podía traducirse como algo así como los suburbios de Eden, aquello a lo que es mejor no mirar, ni prestar atención.
Pero llegados a ese punto somos prácticamente adoptados por los hackers cuando se nos hace entrega de la herramienta de captura de Digimon, sea como fuere la típica escapada con amigos a un sitio peligroso no es algo que pueda terminar bien, eso es un hecho que las historias en todos sus formatos han procurado dejarnos claro una vez tras otra. Un extraño ser, denominado Eater, aparece y a pesar de que conseguimos salvarnos, no conseguimos salvar toda nuestra integridad. Cuerpo y composición se separan, y nosotros pasamos a manejar a una suerte de alma compuesta por datos mientras que nuestro cuerpo se encuentra sumido en el coma producido por lo que se ha dado en llamar síndrome Eden.
El objetivo parece claro, descubrir que se oculta detrás de esta enfermedad y recuperar nuestro cuerpo, no sin antes vivir otras historias secundarias de mayor o menor interés. Generalmente menor, y ahí radica el mayor problema del argumento del videojuego. Si bien la base central es interesante, los casos secundarios no lo son tanto y hace que el interés general se pierda. Y uso la palabra “casos” de manera intencionada, puesto que al ser un ente hecho de datos somos el o la candidata/o perfecto/a para servir de ayudante a la detective de la ciudad, cómo qué, como detective digital, por supuesto. Nuestra facilidad para movernos entre el mundo real y el digital será el principal hilo conductor de una historia dividida en un total de 20 capítulos de más de una hora de duración cada uno, por lo que podríamos estar hablando de una longitud media de 30 horas si obviamos muchas de las tediosas misiones secundarias.
Como ayudante de detective de la ciudad tendremos que realizar tareas tan insulsas como ayudar a un joven a decidir que regalarle a una chica para intentar convertirla en su pareja, buscarle trabajo o dedicarnos a buscar los restaurantes de la ciudad para pulsar X y comprobar la calidad de su servicio. En teoría esto son misiones secundarias, y decimos en teoría porque lo son pero también son obligatorias, misiones tan mundanas como éstas rompen con el ritmo de juego y pierden al usuario. Además, abusa de un recurso muy anticuado como es el backtracking haciéndonos recorrer un mismo escenario decenas de veces, en ocasiones incluso ir, volver para leer determinada tarea y volver, algo completamente innecesario que solamente engorda la duración del juego. Por culpa de tareas como estas es posible que en más de una ocasión os encontréis pasando textos sin ni tan siquiera leerlos por la total falta de interés que presentan, además están en inglés sin posibilidad alguna de ponerlos en español.
No queremos dejar de hablar de los estereotipados personajes, muy frecuentes en historias japonesas como la que nos ocupa. La chica tímida, la alocada, el tipo raro y misterioso, el abuelo sabio o el chico chulo, entre otros; por otro lado en todas y cada una de las figuras femeninas encontramos personajes sugerentes y sexualizados, sólo tenéis que ver las vestimentas de algunas de ellas en las imágenes que acompañan esta reseña. Pero dejando temas como estos a un lado, que pueden gustar o disgustar a unos más que otros, o incluso resultarles totalmente indiferente lo interesante es conocer si este casting de personajes típicos funciona como colectivo. La verdad es que sí, hacen un grupo que no voy a decir que sea memorable pero es adecuado, forman una maquina en la que todos ellos como engranaje se sienten útiles, más allá de algunos giros de guion que pueden resultar al menos discutibles.
Importante destacar también la forma de contar la historia que tiene el videojuego, hace uso de escenas que recuerdan a las novelas interactivas en las que pasaremos los textos al pulsar la X. En ocasiones algunas escenas podemos verlas en cinemáticas, y de manera muy excepcional se usan secuencias de anime que son, desde luego, las más destacables. En ocasiones tendremos potestad para decidir hacia donde queremos enfocar una conversación, sin embargo el poder de decisión no va mucho más allá de eso, y el principal motivo por el cual podría ser interesante una segunda partida es por la posibilidad de usar la opción “Nueva partida +” con las características típicas de este tipo de modos.
Gráficamente estamos ante un juego correcto, diseñado para PS Vita, y tal vez sea allí donde mejor funcione en todos los sentidos. Sin embargo no tenemos quejas sobre el nivel que muestra en PlayStation 4 atendiendo a estas características, y a pesar de que tiene ciertas ralentizaciones y atesora fallos especialmente de clipping, son errores menores entendibles en una obra de estas características. Sin embargo sí tenemos quejas en lo que se refiere al idioma. El juego está completamente en japonés en voces, con textos únicamente en inglés. Además nos ha llegado tan sólo en formato digital, aunque todo sea dicho nos alegramos al ver que su peso no alcanza los 3GB. A pesar de que el seguimiento de la historia aun estando en inglés es sencillo, si se tiene un nivel de manejo medio con el idioma, se agredecería mucho una localización a nuestro idioma. Por otro lado, y hablando de la banda sonora, notamos una cierta carencia en cuanto a cantidad de temas. No son especialmente memorables pero hacen bien su trabajo, sin ir mucho más allá de eso. Lo más destacable creemos que son los modelados de los Digimon, muy bien logrados en todos los casos así como sus animaciones y habilidades muy afines a lo visto en pantalla.
Si habéis prestado atención, y a pesar de que estemos hablando de un juego de Digimon han sido pocas las veces que nos hemos referido a estos seres durante los párrafos anteriores. Esto es debido a dos motivos, en primer lugar el hecho de que los Digimon tomen importancia en la trama en un punto avanzado del que preferimos no revelar detalles, y en segundo lugar porque son protagonistas absolutos del apartado jugable de la obra.
El título es un sencillo JRPG que agradará a los novatos en el género, tal vez incluso más que a los fanáticos. Por su accesibilidad, en dificultad normal no es un juego complicado y en muy pocos combates tendremos que usar la cabeza para resolver conflictos que se nos podrían ir de las manos. Como todo buen juego de rol por turnos cuenta con varios personajes con distintas habilidades (aproximadamente 250 Digimon distintos), así como diversos ítems a usar tanto en batalla como fuera de ella, leveo, dropeo, farmeo y demás elementos habituales en el género.
A ello hemos de añadirle la mecánica de Digievolución, que ciertamente podría funcionar mejor, pero que obliga a jugar tanto con el avance como con el retroceso, es un juego que nos demuestra que a veces un paso atrás no es un fallo si es para coger impulso, esto lo hace debido a una característica de los Digimon denominada ABI. Una vez capturemos a un Digimon, tras enfrentarnos a él en repetidas ocasiones, y convirtamos sus datos para poder usarlo, tendremos al personaje pero con unos números bastante mejorables por muy bueno que sea. Si queremos que ese Digimon sea todo lo fuerte que puede ser debemos cuidarlo, aumentar su ABI “des-digievolucionándolo” para que luego pueda llegar a su forma final, jugar con él para que aumente el porcentaje CAM que también le permite evolucionar. En general hay que hacerse a una serie de mecánicas bien pensadas para que terminemos por empatizar con nuestras criaturas, tras haber trabajado en ellas con esmero.
Es importante cuidar también no sólo de nuestra “party de Digimon”, podremos tener cientos de Digimon en nuestras arcas pero tan sólo podemos llevar 11 con nosotros, de los cuales tres podrán estar en batalla al mismo tiempo. Además cada Digimon ocupa un número determinado de slots en nuestra memoria por lo que no podremos llevar más Digimon si nuestra memoria ha llegado a su límite a pesar de que tengamos aún slots libres, como es imaginable a más poderoso sea el Digimon más slots ocupará. Digimons que por otra parte responden a varios tipos y atributos, así como a una mentalidad concreta (luchador, constructor, etc…) de este modo en dificultad más elevada es importante saber en todo momento cómo contrarrestar un tipo de Digimon, cuál es su punto débil para saber que es más útil contra él. Volviendo al tema de los Digimon que no llevamos con nosotros, estos estarán divididos en dos secciones “el Digibank” (un lugar de almacenamiento casi sin límites) y las granjas, en estas subirán de nivel como si estuviesen con nosotros y podremos alimentarlos con diversos tipos de comida en función de que aspecto queramos que evolucione más.
Los Digimon son importantes también incluso fuera de la batalla de cara a las habilidades de hackeo de nuestro avatar; romper “firewalls” o desencriptar información serán acciones que solamente podremos realizar si tenemos un determinado número de Digimon con nosotros de una característica específica, estas mecánicas son bastante mejorables dado que pueden inducir muy fácilmente a la pérdida del jugador. Entre este hecho y el antes comentado sobre la inutilidad de algunas misiones, o incluso capítulos íntegros que no aportan nada a la trama, parece que desde Media Vision se quiera engordar la duración de un producto que podría haber durado la mitad y resultar incluso mejor.
Es importante destacar otras tareas secundarias también, tales como la recolección de chapas o lo que creemos es más interesante la presencia de un coliseo offline que sirve no sólo como un gran sitio para subir de nivel a nuestros personajes, sino también para probar nuestra habilidad en combate. Sin embargo la IA, tanto enemiga como amiga, es muy mejorable realizando acciones más que cuestionables tales como curarse cuando tiene la vida al máximo o no atacar cuando al enemigo tan sólo le queda un golpe. Es por esto que si queréis disfrutar de una pelea totalmente absurda podéis activar la opción de combate automático que llevará a un equipo a enfrentarse al contrario hasta que te canses del espectáculo o uno de los dos gane la batalla, desperdiciar SP con las habilidades más poderosas en enemigos de un nivel muy bajo será alguno de los momentos más irrisorios que podrás contemplar. Porque no lo hemos dicho, pero como en todo buen JRPG existen tanto la barra de HP (vida) como la de SP (magia), y las habilidades especiales consumirán de esta segunda, a no ser que sean parte complementaria de un combo, combos que por otro lado no funcionan tan bien como deberían debido a que los daños que infligen en muchas ocasiones son inferiores que los de un golpe normal al mismo objetivo. Por otro parte si no quieres enfrentarte a la IA siempre puedes probar suerte en los combates online.
No estamos ante un juego memorable que vaya a pasar a los anales de la historia, sin embargo con Digimon Story: Cyber Sleuth encontramos una obra que termina por ser un regalo para todos los que disfrutamos de Digimon más allá de nuestra relación con los JRPG, porque sus mecánicas sencillas y asequibles lo acercan a cualquier tipo de jugador. Si bien la historia pierde interés al hacerse difusa y rellenarse de manera fútil con misiones, e incluso capítulos, que sobran, está formada por un grupo de personajes que sin destacar funcionan pese a su estereotipación y ayudan a contar un argumento en el fondo interesante que se integra y desarrolla en un mundo bien diseñado. Si eres de ese grupo de personas capaz de cantar a capela y de principio a fin el opening de Digimon, sin duda, este juego es para ti.
yoo
Excelente análisis Fran! Me llama mucho la atención el juego, tanto que de momento hasta que me haga con él creo que voy a buscar mi Digimon World.
Una pena el idioma y que no llegue en formato físico ya que son factores que cierran la puerta a que el juego pueda llegar a más gente.
Lo dicho, habrá que hincarle el diente!
La verdad es que a mi me pilló algo mayor la rivalidad Pokemon vs. Digimon. Mis batalas eran psx (metal gear, FFVII) vs. N64 (Mario. Zelda...)XD
Ese momento en el que lees sluth en vez de sleuth.
Aiiiiiisss, malditos que no ponen el idioma en español, al menos los malditos subtítulos. Es un juego que me interesa. Tengo un amigo que le encantan los juegos de Digimon, hasta que se pille este jugaremos a los antiguos para PS2 jajaja. Muy buen análisis Fran ^^