Constantemente olvidamos cosas. Ahora mismo no recuerdo qué comí ayer, no recuerdo qué ropa llevaba hace dos días y no recuerdo cosas tan importantes como de qué trató la última conversación que tuve con mi madre, sin saber que sería la última. Vivimos en una sociedad que solo mira hacia adelante, donde lo bueno a veces es efímero y lo malo se graba en la memoria.
El funcionamiento del cerebro, por muy complejo que sea, resulta bastante simple —por suerte— para algunas cosas. Los recuerdos agradables y aquello que nos marca suelen quedar guardados para siempre. En ese sentido, tengo un recuerdo muy bonito con Donkey Kong: mi Game Boy Pocket de color rojo y una cena de Navidad en casa de mis tíos en Sitges. Aquel niño disfrutaba del Donkey Kong Country 2, que le habían regalado la noche anterior. Todos estaban felices, comían, bebían, y yo era feliz saltando de barril en barril con Diddy Kong.
He jugado a muchos videojuegos en mi vida y, lamentablemente, no me acuerdo de muchos de ellos. Mi cerebro ha borrado los que no fueron importantes. Pero, curiosamente, no ha borrado mi recuerdo de Metal Gear Solid, ni aquel momento en que descubrí Pokémon Azul, GTA: San Andreas, God of War o Mario Odyssey. Y tampoco olvidará, a partir de ahora, Donkey Kong Bananza. Bananza se une a la lista de juegos que forman parte de mis recuerdos esenciales.
Donkey Kong Bananza ha generado un recuerdo esencial dentro de mi
Donkey Kong estaba siendo olvidado por Nintendo. Podemos debatirlo todo lo que queráis —algunos no estaréis de acuerdo conmigo—, pero Nintendo no le estaba dando la importancia que se merecía. Al menos, hasta hoy. Donkey Kong Bananza es un juego que nadie esperaba. Podría haber sido, perfectamente, una entrega histórica de Mario, pero no: es un Donkey Kong. Donkey Kong Bananza es el mejor juego de la saga que hemos visto en los últimos 20 años. Este juego no va a ser olvidado. Prepárate para grabarlo en tu memoria.
Bananza es Mario Odyssey, Bananza es Breath of the Wild
Nintendo ha querido hacer algo muy sensato con el lanzamiento de Donkey Kong Bananza. Poner a Donkey Kong a comer en la mesa de los mayores. Sentar a este personaje -nuevamente- en el sitio que se merece y acompañar a Link y Mario como uno de los proyectos más protegidos de la compañía. Desde el primer minuto que accedes al juego ya te das cuenta que esto no es Tropical Freeze ni ninguna de esas entregas que se quedaron a medio camino. Este Bananza quiere recuperar el trono que un día tuvo Donkey con las entregas de Super Nintendo o Nintendo 64.
Digo que Donkey Bananza es Mario Odyssey porque además de estar hecho por el mismo equipo de desarrollo, el juego sigue la misma estructura -aunque en mi opinión- multiplicada por 10en cuanto a forma. En vez de lunas que coleccionar aquí tenemos que recuperar plátanos, pero el gran tamaño de los niveles, que haya tanta verticalidad y que podamos destruir casi todo el escenario, hace que haya una cantidad inmensa de plátanos que recoger. No quiero contar realmente mucho del juego en este análisis, quiero más transmitir una sensaciónes que no pueden ser mejores. Bananza es un Odyssey vitaminado, con niveles enormes, coleccionables por todos sitios, puzzles, secretos y con unas mecánicas que te van rompiendo la cabeza a medida que vas avanzando.
Bananza coge también fórmulas de videojuegos de la marca nipona y sigue su camino marcado
Pero Bananza también es Breath of the Wild. Bananza es un juego para explorar, para perderte destrozando escenarios y encontrando secretos, pero absolutamente nada te impide ir en línea recta avanzando para terminar el juego en apenas unas horas. Lo mismo que ocurre en Breath of the Wild, que podemos ir a por Ganon en todo momento, aunque esa no sea la fórmula más recomendada. No obstante, nadie jugará de esa forma, porque Bananza activa un algo en tu cerebro que te hace romper cada piedra para ver lo que hay detrás. Como si fuese un niño de la generación TikTok, el juego te mantiene constantemente estimulado para romper, escalar o explorar, por lo que es casi imposible que puedas llegar a obviar todo eso.
Pero no os equivoquéis, Bananza es Bananza y brilla con luz propia
Donkey Kong: Bananza tiene una personalidad arrolladora y, al mismo tiempo, es un juego con identidad propia. Su premisa principal es clara: la destrucción. Pero si crees que eso es lo único que ofrece, te equivocas. El juego también destaca por un argumento sencillo, directo y, lo mejor de todo: funciona.
La historia nos pone en la piel de DK, que debe llegar hasta el centro de la Tierra. Para ello, debe atravesar múltiples estratos, que funcionan como mundos diferenciados, cada uno con sus propios desafíos y requisitos para poder avanzar.
Recolectar los plátanos que vayamos encontrando será vital para mejorar las habilidades de DK
Estos estratos están diseñados como niveles de mundo abierto. El juego nos da libertad total para enfrentarlos: puedes ir casi directo al objetivo o perderte explorando todos sus secretos. El mapa está repleto de coleccionables, y el hecho de poder romper el entorno para encontrarlos convierte la experiencia en algo muy gratificante. El juego apenas da tregua: siempre hay algo que romper, objetos brillando o plátanos que recolectar. Los plátanos, por cierto, funcionan de forma similar a las lunas de Super Mario Odyssey y permiten mejorar las habilidades de DK. Buscar todos es opcional, pero altamente recomendable.
Bananza apuesta por la libertad: puedes avanzar como un loco con los mínimos necesarios y acabar el juego en menos de diez horas, o dedicarte a exprimirlo al máximo, completando misiones en cada estrato, recolectando plátanos, superando fases extra y explorando contenido secundario. En mi caso, intenté avanzar rápido para optimizar el tiempo de análisis, y aun así tardé 25 horas en ver los créditos.
Bananza es un regalo para los fans del personaje un golpe en la mesa por parte de Donkey Kong
No nos vamos a engañar: durante años, Nintendo relegó a Donkey Kong a un segundo, e incluso tercer plano, respecto a otras de sus franquicias estrella. Pero eso se acabó. Donkey Kong Bananza llega para sentarse en la mesa de los grandes.
El escenario es un elemento jugable que podemos aprovechar de gran multitud de formas
No tengo ninguna duda: Bananza no solo es uno de los mejores juegos del año, sino también uno de los mejores títulos de Donkey Kong de toda la historia, con todo lo que eso implica.
Ojalá nadie le quite la importancia que merece. Si se llamara Super Mario Bananza, probablemente estaríamos hablando del juego más esperado del año. Quizá el hecho de venir tras entregas menos impactantes ha hecho que muchos no lo estén siguiendo con la atención que merece. Pero mejor así: la sorpresa será aún mayor.
En serio, estamos ante uno de los mejores juegos de Nintendo Switch de los últimos años, y lo mejor es que llega en exclusiva para Switch 2, aprovechando todo el potencial de la nueva consola.
Conclusión: Donkey Kong Bananza tiene todo para ser el mejor juego de Switch 2 durante mucho tiempo
Probé Donkey Kong Bananza por primera vez con la expectativa de que me iba a gustar, pero la realidad fue aún mejor. Me encontré con uno de los mejores juegos de los últimos años, uno de esos títulos que recordarás cuando, dentro de un tiempo, hagas una lista de imprescindibles de Switch 2 o cuando un amigo te pregunte qué juegos debe comprarse junto a la consola.
Es hora de prepararse también para Donkey Kong Bananza, un nuevo juego de plataformas en 3D repleto de acción y aventuras que llegará en exclusiva a Nintendo Switch 2.
Los jugadores explorarán de maneras totalmente inéditas poniéndose en la piel de DK: pegarán golpes y porrazos, escalarán prácticamente cualquier cosa que se les ponga por delante y arrancarán y arrojarán trozos enteros del terreno que los rodea.
Cuantas más cosas hagan pedazos pegando puñetazos de impresión, más zonas podrán explorar
Bananza es una nueva página en la historia de Donkey Kong. Es el regreso por todo lo alto de la franquicia y del personaje a sus mejores tiempos, a esa época dorada en la que muchos niños disfrutábamos de sus aventuras en Super Nintendo, Game Boy o Nintendo 64.
Donkey Kong Bananza no solo está a la altura del legado del personaje, lo eleva. Es una declaración de intenciones para lo que puede ser la nueva era de Nintendo con Switch 2. Divertido, variado, lleno de personalidad y con un diseño exquisito, Bananza no es solo un gran juego: es el título que marcará el estándar durante mucho tiempo.
Donkey Kong Bananza no solo está a la altura del legado del personaje, lo eleva. Es una declaración de intenciones para lo que puede ser la nueva era de Nintendo con Switch 2. Divertido, variado, lleno de personalidad y con un diseño exquisito, Bananza no es solo un gran juego: es el título que marcará el estándar durante mucho tiempo.
Historia
Diversión
Gráficos
Jugabilidad
La capacidad técnica de destrucción
Historia ligera, rápida y que funciona
Estratos variados y con muchísimas posibilidades de superarlos