Análisis Pilot Sports
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ANÁLISIS

Análisis Pilot Sports

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Los juegos de vuelo en su variante arcade representan un género sutil, pero siempre han estado presentes. Aunque nunca se han considerado como un todo pues sus exponentes son contados, su existencia dentro de la industria data de hace muchos años, teniendo así actualmente a representantes como Pilotwings Resort. No obstante, pese a su espontánea aparición, aún hay compañías que intentan ofrecer aventuras aéreas adaptándose a los nuevos tiempos, entre las que aparece Z-Software, desarrolladora de Pilot Sports: una obra que, por desgracia, falla en su intento de divertir.

Pilot Sports 3

Surcando las nubes

Principalmente, hemos de destacar que nos hallamos ante una producción que nos permite manejar cuatro vehículos que se desplazan por los cielos: una avioneta, un ala delta, un jetpack y un paracaídas -el cual está directamente fusionado con la caída libre-. En líneas generales, los objetivos de cada una de las pruebas que enfrentamos mediante estos móviles implican atravesar una serie de aros depuestos a lo largo del mapa -una pequeña isla- en el menor tiempo posible, recolectando, entretanto, diversos símbolos que pueden reducir nuestro tiempo o aumentar nuestra puntuación. Asimismo, existen ciertas variaciones en las que se incluye explorar la isla para recolectar paquetes y, dependiendo del nivel en cuestión, será necesario hacer un aterrizaje para culminarlo.

Por otro lado, es igual de relevante resaltar que el título presenta cinco conjuntos de misiones, cada uno compuesto por 10 objetivos que, a su vez, están repartidos entre los vehículos mencionados. En tal sentido, dependiendo de nuestro desenvolvimiento, seremos evaluados mediante monedas de bronce, plata y oro, una representación que no sólo pondera nuestro desempeño en la prueba sino que, además, resultará vital para progresar; y es que, en pos de desbloquear los paquetes de niveles, será imperativo obtener cierto número de medallas de oro pues, caso contrario, no se podrá avanzar. Aun así, lograrlo no será tan sencillo, pues cada uno de los cuatro transportes se manejan diferente, y dominarlos se vuelve una ardua tarea, en especial a medida que avanzamos ya que sus velocidades aumentan, la posición de los anillos se vuelve más complicada para realizar la seguidilla y demás cuestiones.

Pilot Sports 2

En constante caída, literal y metafóricamente

De aquí en más, poco podemos decir de Pilot Sports, y ello es una afirmación, de por sí, negativa en gran medida, pues su descripción ha sido sumamente breve. Y no, lejos de haber sido reduccionistas, lo cierto es que el primer pecado de la obra es carecer de contenido de valor que mantenga a los jugadores dentro de sus confines. Si bien sí, superar nuestros propios puntajes y los de los demás es entretenido, al igual que lo puede ser el disfrutar del título a pantalla partida con tres amigos, la producción no contiene la suficiente variedad para unas mecánicas que, directamente, no se sienten cómodas a los mandos, ni tampoco divertidas.

Aunque existen ciertas variaciones para cada uno de los vehículos además de su manejo, como la presencia de ventiladores al usar el ala delta o la gestión del combustible que utiliza el jetpack, son cuestiones que, ante la monotonía generada, fungen un papel prácticamente anecdótico. Y, desafortunadamente, no hablamos de un tedio que tarde en aparecer sino que, desde la primera toma de contacto, partiendo de una jugabilidad de torpe sensaciones a la que no nos sentimos invitados a mejorar, pasando por unos entornos pobremente creados desde el punto de vista artístico y gráfico per se, y llegando hasta una composición general que no nos convida a mantenernos junto a la obra en el tiempo, se siente aburrido y lento -aunque, a medida que avanzas, la velocidad aumenta-, y no resulta agradable.

Difícil de disfrutar

Aunque quizá Pilot Sports pueda ser entretenido para el público más joven, al igual que puede que valga la pena por su componente competitivo a pantalla dividida, el veredicto se decanta hacia un claro juicio: no es un juego divertido. Se siente vacío, carente de imaginación, limitado en múltiples aspectos e incapaz de mantenernos enganchados a la pantalla -algo inadmisible para un arcade-, por lo que única y exclusivamente recomendamos esta producción si se es un acérrimo fanático de su estirpe; de no ser así, la opción más segura es buscar otro representante del género.

Redactado por:

Politólogo a tiempo completo, economista a tiempo parcial. Asiduo al medio interactivo por su capacidad de hacernos vivir las historias, no contarlas. Joven venezolano amante de Bad Bunny, Itachi y los RPGs que busca cooperar en la evolución de una industria huérfana de horizontes.

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