Vault-Tec Workshop es el quinto y penúltimo de los DLCs de pago anunciados para Fallout 4. De nuevo, Bethesda apuesta por un Workshop, es decir, por un pack de contenido dedicado sobre todo a ampliar nuestras opciones a la hora de construir, ya sea con nuevos terrenos, funcionalidades que hagan de esto algo más cómodo o simplemente poniendo nuevas piezas a nuestra disposición. Eso sí, Vault-Tec Workshop es el primero de estos contenidos que sí incluye misiones; os preguntaréis que cómo consigue hacerlo y, sobre todo, si merece la pena. Acompañadnos en este análisis para descubrirlo.
Bethesda no engaña a nadie con este nuevo DLC y, si en el título nos indica que se trata de un Workshop, es porque lo es. Es cierto que incluye misiones y cosas distintas a lo que ya hemos visto en los packs de contenido de este tipo, pero realmente es tan solo apariencia, una coraza que haga un poquito más sencilla la entrada a este DLC para aquellos que, como reconozco que me ocurre, simplemente busquen aventuras y más de lo que la marca Fallout evoca. Si estáis esperando esto, siento deciros que, a pesar de que pueda entreteneros, veo difícil que os encante, y es que a fin de cuentas es un Workshop.
Juzgándolo como lo que es, tenemos que reconocer que no se trata de un mal pack de contenido para nada, y es que incluye todo un nuevo terreno subterráneo para construir nuestro propio refugio de Vault-Tec y ponernos al mando del mismo, haciendo todas las operaciones que un supervisor habitual debe hacer. La idea es, como se puede ver, bastante simple, pero lo cierto es que es efectiva; diseñar y construir un refugio a nuestro gusto, decidiendo si vamos a ser unos líderes benévolos o malvados, y posteriormente administrar todas las tareas es algo que, ciertamente, resulta divertido.
La libertad con la que contaremos a la hora de construir será bastante elevada ya que se añaden un sinfín de nuevas piezas al taller, las cuales podremos utilizar para construir el refugio tal y como queramos, además de algunos dispositivos que nos ayudarán a mantener el orden, generar energía, aumentar la velocidad y conocer mejor a nuestros moradores, evitando así rebeliones y amotinamientos que pudieran acabar con la pacífica (al menos para nosotros) vida subterránea. Pero hay que reconocer que lo que más nos ha gustado ha sido el hecho de no separar esto del resto de construcciones; es decir, podemos construir en la gran extensión subterránea con el tipo de material que queramos, no solo con estructuras propias del refugio. Además, también podemos llevar el refugio al exterior, decorando nuestros asentamientos con piezas propias de este lugar (eso sí, siempre en superficie) y utilizando las ventajas que ofrece a nivel administrativo para todos nuestros asentamientos.
Además, en Bethesda se han preocupado de que no tengamos problemas de recursos a la hora de dar rienda suelta a nuestra creatividad. Para evitar este problema, han metido muchos objetos de gran tamaño en el espacio que puede ocupar nuestro refugio, de forma que al desguazarlos podamos obtener prácticamente todo lo que necesitemos.
¿Dónde entran aquí las misiones?, os preguntaréis. Pues es bastante sencillo; Bethesda ha incluido misiones para hacernos de guía, tanto por la extensión subterránea que abarca el refugio, como a través de algunos de los nuevos dispositivos que podremos utilizar y que, gracias a nuestras decisiones, personalizaremos para sacar de ellos exactamente lo que queramos. Las misiones son escasas y bastante cortas, y la mayoría se basan en completar una pequeña mazmorra dentro o fuera de nuestro refugio, ya sea por el mero hecho de liberarla de enemigos, o para lograr algo que nos ayude a continuar con la presentación de estos nuevos dispositivos.
En este aspecto, ya os decimos que hay bastante poco contenido, pero debemos remarcar que una de las mazmorras que se incluyen en Vault-Tec Workshop, y que nos llega a una fábrica de productos químicos, es de lo mejorcito que hemos visto en Fallout 4, resultando muy buena tanto a nivel visual como argumental, y haciendo que nos llevemos una grata sorpresa (y algún arma nueva). Pero una vez completadas no es cuando Vault-Tec Workshop acaba, sino más bien que es cuando da comienzo y podemos comenzar a construir y decorar a nuestro gusto, con todas las opciones desbloqueadas.
Sin embargo, todo este aspecto podemos decidir obviarlo por completo, no hacer nada de nada con quien nos propone estas misiones, pegarle una patada y hacernos los dueños del refugio para, sin necesidad de completar ninguna misión, dirigir y construir lo que nos dé la gana; por algo es un Workshop.
Vault-Tec Workshop es, como podéis juzgar por el análisis, un DLC del que no hay demasiado que decir. Por mucho que se intente camuflar o se esconda detrás de misiones, mazmorras y objetivos por completar, es un Workshop. Si decidimos seguir la historia que propone, tendremos que completar unas 6 misiones a través de un par de mazmorras, lo cual no nos llevará más de 3 horas; pero tan innecesario es esto que desde Bethesda nos dan de principio la opción de saltarlo y ponernos a construir.
Como Workshop sí es un buen pack de contenido, ya que nos incluye una extensión de terreno enorme y con una ambientación subterránea completamente nueva, además de un sinfín de nuevas piezas con la estética de refugio y algunos dispositivos que destacan sobre todo por su utilidad a nivel administrativo. Poder convertirnos en supervisores de nuestro propio refugio es algo que, sin duda, divertirá a cualquier fan.
Ahora bien, ¿merece la pena lo que cuesta? Teniendo en cuenta el precio y el contenido, personalmente creo que sí. Entre las misiones y la construcción de un refugio podemos pasar fácilmente entre 8 y 10 horas con Vault-Tec Workshop, lo cual no está nada mal por 5€. Sin embargo, si sois de los que solo buscan aventuras, de los que anhelan explorar tierras desconocidas y hacer frente a peligros, os aconsejo esperar por Nuka World, ya que al fin y al cabo, como ya he repetido muchas veces, esto solo es un Workshop.