Pendulo Studios logró lo imposible con el lanzamiento de Yesterday Origins. Este videojuego lanzado allá por 2016 creó una aventura gráfica que encandiló a la crítica y a los usuarios por saber mantener firme a los orígenes del género pero ofrecer, a cambio, una historia y un humor dignos de elogio y una jugabilidad clásica pero a la vez que resulte moderna. El estudio español, por lo tanto, trajo una obra que aún sigue en la retina de muchos jugadores y que ahora llega a Nintendo Switch manteniendo todas sus bondades pero con alguna que otra tara técnica.
Adentraros en la "nueva" aventura de los creadores de Runaway en el análisis específico de esta versión en el que, haciendo un repaso al videojuego en sí, también hablaremos sobre esa tara mencionada unas líneas más arriba que, sin afear el resultado final en cuanto a jugabilidad, sí provoca que el jugador esté ante un port que podría haber sido más cuidado.
Está claro que, cualquier amante de las aventuras gráficas, puede decir que junto al sistema de exploración de escenarios el otro pilar básico es su historia. Y Yesterday Origins posee una muy interesante y sobre todo, llena de humor. El protagonista es John Ayer (el nombre, como descubriréis, tiene un significado doble), un joven que hace más de 500 años fue puesto bajo prisión por culpa de la Inquisición española, quien lo acusó de cometer actos de brujería.
Una vez estuvo dentro de la cárcel, se escapó de su celda y se sometió a un ritual de alquimia que lo convirtió en un ser inmortal. Es por ello que cada vez que muere, vuelve a la vida con la edad que tenía la primera vez que murió. ¿El problema? No tiene ningún tipo de memoria sobre qué le ocurre en cada una de sus vidas.
Estamos ahora en la actualidad. Aquí, John vive una vida tranquila con otra compañera que también es inmortal. Se llama Pauline Petit y juntos, emprenderán una búsqueda para encontrar un objeto que le permitirá repetir la alquimia del pasado para que nunca más pierda de nuevo la memoria. Por lo tanto, es una historia que busca no recuperar los hechos vividos en el pasado, sino mantener, a partir de ahora, todos los sucesos que le ocurran.
Como se observa ya en esta sinopsis que hemos tratado de resumir, el argumento tiene un toque de locura que se complementa genialmente con unos diálogos hilarantes con un humor muy bien medido. Nunca llega al límite de resultar absurdo, pero Yesterday Origins trabaja en mantener siempre una sonrisa en el jugador sin olvidar mantener serio en los momentos que así lo requieren.
Si bien hay diferentes estilos de aventura gráfica (siendo las más interactiva, casi como una película, por ejemplo las obras de Quantic Dream; o algo menos las aventuras de Telltale Games), Yesterday Origins es una bastante clásica en el que avanzaremos por escenarios bajo una perspectiva superior para investigar los puntos de interés que los desarrolladores hayan marcado. Pendulo Studios sabía desde el principio que quería mantener fiel a un género que ha sufrido una evolución con el paso de los años, retomando ese espíritu casi añejo pero que siempre funciona por mucho que pase el tiempo.
Así, resolveremos puzles, encontraremos objetos clave para avanzar en algunos escenarios o, simplemente, encontraremos a personajes con los que habrá que hablar para avanzar en la trama. Entre los objetos que iremos recogiendo, estos se podrán combinar para obtener otros nuevos que, de otra forma, no podríamos tener.
Por el lado de la curva de dificultad, es la típica en el género: mientras el comienzo suele ser un paseo, de cara a la recta final del juego habrá situaciones complicadas que pueden atrancarnos en más de una ocasión. Aún así, no es un videojuego complicado y todas esas situaciones pueden ser resueltas parándonos a pensar unos minutos y observando minuciosamente cada rincón de los escenarios. Los puzles nunca resultan un desafío insalvable aunque sí que son divertidos y aportan frescura y variedad.
Yesterday Origins nos ha encantado en el plano artístico: a parte del diseño de escenarios y personajes, los diálogos en forma de cómic y, en general, todo lo relacionado con el arte, lo cierto es que no podemos decir lo mismo del plano técnico. Hay muchas bajadas de frames incomprensibles para un videojuego que no exige mucho poder y que, además, ya cuenta con varios años a sus espaldas. Una aventura gráfica no suele consumir muchos recursos por lo que parece más cuestión de un mal trabajo de optimización que de falta de potencia.
Aunque no sabemos si se arreglará mediante algún tipo de parche, esperamos que sea así, puesto que es una pena que el videojuego acabe defraudando en esta parcela cuando es una de las mejores aventuras gráficas que se ha lanzado en los últimos años, con un apartado artístico preciosista y una banda sonora a la altura. La historia es alocada pero muy interesante de seguir mientras que el humor es más que satisfactorio. La jugabilidad, clasicista, sabe ingeniárselas para sorprender al jugador cada minuto de aventura. Por lo tanto, esperamos que haya suficiente demanda para que la desarrolladora corrija esos errores técnicos lo antes posible.