Avance de Monster Hunter Wilds: ¿Es el momento de entrar si eres nuevo en la saga?

El otro día fui invitado a un evento de Monster Hunter Wilds y, cuando el director del juego y el productor de la saga terminaron su correspondiente presentación, ambos gritaron un efusivo ¨Happy Hunting!¨ junto al resto de los asistentes; convirtiéndose ambas palabras en uno de los mayores síndromes del impostor que he tenido la suerte de vivir desde que tengo uso de memoria.

Esto se debe a que, a pesar de que estoy familiarizado con el hecho de que existe un profundo meta-lore dentro de la comunidad de fans de Monster Hunter, he de decir que la cantidad de horas que he jugado a la saga apenas superan el centenar de manera acumulada: unas 20 a Monster Hunter Tri de Wii, otras 40 a World y 30 más a Rise. Algo que tiene que ver con que he estado cerca de la IP de Capcom, pero siempre a través de un agente externo materializado en forma de amigos que, esta vez sí, eran unos auténticos ¨comíos¨.

En este sentido, el hecho de haber sido ese infiltrado en esas reuniones casi clandestinas que siempre se configuraban en la casa de aquel a cuyos padres no les importase tener una marabunta de 7 adolescentes en el salón de su casa, provocó que se engendrase en mi interior una llama latente por la caza de monstruos que me ha llevado a estar donde estoy ahora: en un peligroso limbo intermedio entre no ser un fan férreo de Monster Hunter y tampoco una persona totalmente ignorante en cuanto a sus tradiciones.

De esta manera asistí al evento que os comentaba antes para probar Monster Hunter Wilds durante algo más de dos horas y con un único objetivo en mente: dar respuesta a una pregunta que brotó en mi cabeza desde que salió el primer tráiler del juego hace unos meses: ¿Es el momento de que aquellos que siempre hemos mirado con envidia a los fans de la saga demos por fin el paso con Monster Hunter Wilds?

Como World, pero más grande

Este es un avance dirigido expresamente a aquellas personas que sientan curiosidad por esta nueva entrega de la saga y perciban que Monster Hunter Wilds les está mirando con ojitos, por lo que voy a centrarme en aquello que más impacto me generó con tal de no perdernos en una compleja maraña de especificidades. Principalmente, porque mi intención aquí es la de seguir a rajatabla la única regla mental que me pongo al hablar de un videojuego, la cual consiste en no dármelas de listo cuando no toca: todos los que YA sois fans de la saga sabréis mucho más que yo en cuanto a cómo han cambiado los monstruos y sistemas a través de sus sucesivas entregas y yo no estoy aquí para intentar convencerte de lo contrario.

Lo que sí que creo que puedo aportar con este avance tiene que ver con transmitir mis impresiones generales y, en este sentido, lo que puedo decir es que se trata de un juego evidentemente más trabajado que World, como mínimo, en cuanto a las dimensiones e intensidad de aquello que ocurre en pantalla.

Con respecto al primer factor, se produce un llamativo juego de contrastes: las selvas y desiertos de dunas donde tuvieron lugar las 3 o 4 misiones que jugué eran totalmente inabarcables para la vista y, al mismo tiempo, podías percibir detalles mínimos y completamente innecesarios para cualquier otro equipo al que le diera igual, pero se nota a kilómetros que Capcom está demasiado enamorada de Monster Hunter como para dejarlos estar.

Estoy hablando, concretamente, de la contradicción de imágenes entre cazar una gigantesca araña de gritos ensordecedores mientras te percatas del minúsculo detalle de que el líquido de la poción de curación de tu cazador tiene físicas realistas y su cantidad disminuye con cada trago; o de que cruzas un amplio río que cruza una selva de árboles que eclipsan el sol cuando te das cuenta de que hay un banco de diminutos pececillos de colorines nadando bajo tus pies. A todo esto lo llamo inmersión y el nivel que muestra Monster Hunter Wilds con respecto a este fenómeno es apabullante: todo está vivo; todo forma parte de algo y tú no eres más que un mero invitado a un entorno fascinante totalmente ajeno a ti.

¿Y los combates?

Por otro lado y a nivel de lo que son los combates, el juego cuenta con lo que todos podéis esperar de un juego de Monster Hunter seas fan de la saga o no lo seas: los enfrentamientos no cuentan con un solo momento de relleno o segmento no disfrutable; todo es fundamentalmente estimulante cuando rastreas, peleas y diseccionas un monstruo del juego.

• Cada monstruo pelea en un hábitat diferente y todos ellos poseen una serie de condiciones especiales a tener en cuenta
• Los patrones de cada jefe son extremadamente variados y sus comportamientos se entrelazan con los de otros monstruos para crear un complejo tejido de biodiversidad en las distintas zonas del mapa
• Los monstruos reaccionan a cada golpe de manera verosímil, generando la sensación de que realmente estás enfrentándote contra una fuerza animal que existe en todo momento al margen de ti
• Las armas se sienten increíblemente poderosas y útiles en todo momento, contando con un set de combos intuitivo y una serie de maniobras ocultas que vas aprendiendo con la práctica
• Los objetos especiales de combate como las trampas o los proyectiles especiales le dan una capa más de profundidad a los enfrentamientos

Como World, pero más accesible

El segundo aspecto que más me impactó durante la prueba tiene que ver con que Monster Hunter Wilds parece un juego bastante más accesible que World. De hecho, me atrevería a decir que este último fue el intento de expandir la saga de formas insospechadas y Wilds es el intento de expandir la saga de formas insospechadas que finalmente salió bien. Esto es algo que Capcom ha conseguido al imbuir ciertos elementos de Rise dentro de la fórmula básica de World, haciendo que su sucesor sea más intuitivo, ofrezca mucha menos fricción y cuente con un ritmo de juego mejor medido.

Eso sí, lo poco que puedo decir de esto tiene que ver con que las diferentes misiones a las que jugué estaban bastante guiadas por el hilo narrativo de la historia, donde los combates contra monstruos gigantes se intercalaban con cinemáticas y diálogos entre personajes con un objetivo común y subtramas que se abrían con la excusa de permitirnos visitar zonas nuevas. ¿Es este el mejor enfoque a la hora de guiar a los nuevos jugadores que no tengan ni idea de qué hacer al empezar a jugar? Probablemente sí, pero también habrá que ver si este añadido a la estructura básica de la saga no acaba interfiriendo con su núcleo jugable tradicional.

Conclusión

Evidentemente, el objetivo de establecer la pregunta inicial de si Monster Hunter Wilds era el mejor momento para entrar a la saga no era más que el de colocar un cebo. Principalmente porque yo ya sabía la respuesta incluso antes de entrar al evento, de tal forma que esta cuestión tan solo era una excusa para animarme a mi mismo a descifrar un sentimiento que he tenido con el juego desde que lo vi por primera vez: evidentemente, esta es la mejor oportunidad que hemos tenido en años para que aquellos que nos hemos acercado tímidamente a la saga de Capcom... No hay otra respuesta posible.

He jugado a Monster Hunter Wilds durante algo más de dos horas y solo eso basta para constatar que huele a bombazo y no me extrañaría ver su nombre en la lista de las nominaciones de los TGA 2025. El único problema que me veo teniendo con él es que no sé cómo voy a sacar el tiempo necesario para jugarlo cuando no lo tengo. Ojalá los días durasen semanas y las semanas durasen meses... Menudo marzo me iba a pegar entonces jugando a Monster Hunter Wilds.