Juego un poco a muchos videojuegos. Repartir mi tiempo entre el mayor número de títulos posibles es parte de mi trabajo, pero también de la forma en la que disfruto de este medio. Por ello no soy el tipo de público que conoce al dedillo cada entrega de Call of Duty o Battlefield y es capaz de listar todos los mapas o las mejores armas. Pese a ello, sí que he dedicado un buen puñado de horas a (casi) todas las entregas recientes de ambas franquicias y, aunque entre quienes leáis este texto haya gente mucho más fan que yo, creo que puedo hablar por gran parte de la comunidad cuando afirmo que Battlefield ya no es lo que era.
Esta afirmación tiene trampa porque, obviamente, Battlefield no es lo que era (si lo fuera nadie se compraría los nuevos videojuegos); pero también porque nosotros, los jugadores, tampoco somos los que éramos hace años. El tiempo disponible, los colegas a los que llamar para jugar o incluso las ganas y energías para encender la consola a las 10 de la noche ya no son lo que eran. El videojuego se basa en la relación entre juego y jugador, y un cambio en un lado de la ecuación afecta, indudablemente, a la relación que se establece entre ambas partes.
Por ello, la pregunta que me hago de cara al lanzamiento a finales de año del nuevo Battlefield 2042 no es si el videojuego estará a la altura o si podré disfrutarlo como antaño. La verdadera pregunta es qué demonios quiero yo de Battlefield 2042.
Sé lo que no quiero: mapas demasiado pequeños donde la acción tiene el ritmo de Call of Duty, mapas demasiado grandes donde reaparecer implica 5 minutos de caminata hasta llegar a la batalla, mapas muy cerrados donde el uso de vehículos sea inútil, mapas muy abiertos donde los vehículos sean la única alternativa posible... Pero qué difícil me resulta decir lo que quiero.
O al menos así era hasta hace unos días cuando un rumor aseguraba que Battlefield 2042 incluiría un modo de juego llamado BattleHub que sería, básicamente, una especie de remake de mapas clásicos con las armas y vehículos de la época pero adaptados a la jugabilidad y gráficos actuales. Y, sinceramente, creo que es justo lo que quiero.
Confieso que no estoy 100 % seguro de que mi desencanto con las últimas entregas de Battlefield y Call of Duty sea exclusivamente culpa del videojuego. Es muy posible que, como comentaba antes, yo ya no tenga el tiempo o las ganas de antes. Pero sí que me atrevo a decir que el rumbo que van tomando (con sistemas que te "fuerzan" a jugar como los pases de batalla o el enfoque a la comparación a través de clasificaciones y modos más "serios") no encaja conmigo. Por ello lo que quiero es volver atrás.
Volver a Battlefield 3 y 4, juegos a los que sí dediqué cientos de horas, es lo que más deseo. Y hacerlo con una espectacularidad gráfica sin precedentes, una jugabilidad que se sienta agradable y moderna, y una gran comunidad de jugadores que comparta el deseo. Pero no solo lo quiero de forma egoísta para disfrutarlo como un enano. Lo quiero también como una mirada al pasado con la que alejarnos de las modas para pensar el futuro de Battlefield sin caer obligatoriamente en pases de batalla, temporadas y modos battle royale. BattleHub es, por ahora, solo un rumor. Pero uno que deseo con todas mis fuerzas que se haga realidad.
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