Imagínate por un momento un universo alternativo donde FIFA solo existiera en PlayStation. Suena loco, ¿verdad? Pues resulta que estuvimos increíblemente cerca de que eso fuera realidad. Juan Montes, ex vicepresidente de desarrollo de software de Sony, acaba de soltar una bomba en una entrevista con The Game Business: Sony tuvo la licencia de FIFA prácticamente en las manos, lista para convertir la serie en exclusiva de su consola.
"Estábamos creando un juego de fútbol en ese momento", explicó Montes. "La tecnología estaba ahí, era bastante buena, y estuvimos muy, muy cerca de conseguir la licencia de FIFA. Muy, muy cerca". Pero al final, Sony dio marcha atrás. La razón no fue falta de dinero o problemas técnicos — fue una decisión estratégica para no enemistarse con EA, uno de los third-parties más importantes de la industria. Básicamente sacrificaron una exclusiva brutal para mantener la paz.
Lo más loco de esta noticia es pensar en todo lo que hubiera cambiado. Si Sony hubiera cerrado ese trato, EA Sports FIFA — que llevaba años siendo multiplataforma desde FIFA 96 en la primera PlayStation — habría desaparecido de Xbox y cualquier otra consola. Sony habría dominado completamente el mercado de juegos de fútbol, y la competencia... bueno, la competencia hubiera quedado bastante jodida.
En lugar de eso, Sony terminó lanzando la serie This is Football entre 1999 y 2005, que luego se convirtió en World Tour Soccer durante dos años más antes de morir definitivamente. Fueron juegos decentes, pero nunca llegaron ni remotamente cerca del impacto cultural y comercial de FIFA. Mientras tanto, EA siguió sacando FIFA año tras año en todas las plataformas, construyendo el imperio que conocemos hoy.
La pregunta del millón es: ¿Cómo sería el panorama de los videojuegos deportivos si FIFA hubiera sido exclusivo? Por un lado, PlayStation probablemente habría vendido consolas como pan caliente solo por ese juego — FIFA mueve masas, especialmente en Europa y Latinoamérica. Xbox habría tenido que apostar todo a una alternativa (probablemente PES de Konami) y el mercado estaría completamente fragmentado.
Por otro lado, Sony se habría quemado puentes importantes con EA, una de las publishers más grandes del mundo. Eso podría haber significado retrasos en otros lanzamientos de EA, peores condiciones de desarrollo, o directamente menos soporte para la plataforma. Al final, Sony eligió el camino diplomático: dejar que FIFA siguiera siendo de todos y mantener contentos a los socios externos. Quizás fue la decisión correcta a largo plazo, pero no deja de ser fascinante pensar en ese "qué hubiera sido". El fútbol en consolas pudo haber sido muy diferente.
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