Hoy estamos de celebración, amigos. Para muchos estoy seguro de que será un día cualquiera, pero para mí es uno muy especial. Hoy cumple años uno de los juegos que más me han marcado en toda mi vida. Como habréis visto en el título, estoy hablando de Banjo-Kazooie, una obra maestra de Rare que encendió los corazones de millones de niños (y no tan niños) en todo el mundo a finales de los años 90.
Para celebrarlo no os voy a contar por qué fue tan especial para mí el juego, eso me lo guardo para otro momento. Pero sí que os voy a contar uno de los mayores misterios, ya no solo de Banjo-Kazooie, sino de la historia de los videojuegos en general. Vamos a ello.
Vamos a ponernos lo primero en contexto. Banjo-Kazooie es un juego de plataformas en 3D desarrollado por Rare, el legendario estudio que nos regaló la saga Donkey Kong Country, y que llegó a Nintendo 64 el 29 de junio de 1998. Muchos de los que no tuvieron una Nintendo 64 en aquella época se lamentan de no haber podido disfrutar de juegazos como Super Mario 64 o The Legend of Zelda: Ocarina of Time, pero Banjo-Kazooie y su secuela Banjo-Tooie son joyas también imprescindibles.
Pues la cosa es que yo en 1998 tenía solo 2 años, por lo que supongo que yo realmente jugaría a Banjo-Kazooie un poco después, tal vez cuando tenía 6 u 8 años, ya en los primeros compases de este nuevo milenio en el que vivimos. En aquella época muchos recordaréis que el mundo era muy diferente. No había smartphones y el Internet era un cacharro que estaba en el salón y que hacía un pitido horrible. No había apenas guías de videojuegos y, si las había, yo todavía era una larva y no me dejaban entrar en Internet igualmente, así que F.
No sé a vosotros, pero a mí en esa época los juegos me parecían más grandes. No sé si era porque me perdía durante semanas en un mismo nivel porque no sabía cómo avanzar (y la verdad es que recuerdo que me importaba más bien poco) o simplemente era porque era un niño. Yo apenas recibía a lo sumo 2 o 3 juegos cada año, y con eso debía apañarme. Seguro que más de uno se siente identificado. Bueno, pues uno de esos juegos fue Banjo-Kazooie, y bien que le saqué partido. Si pudiera ver cuántas horas jugué igual me asusto.
En Banjo-Kazooie había un mundo donde había una cueva donde al fondo se podía ver una gigantesca llave de hielo. No había más explicación, ni tampoco una forma aparente de poder abrir la puerta y acceder a ella. Tras cientos de horas jugando al juego y completándolo al 100% tampoco parecía que tuviera ninguna utilidad. Ese misterio me trajo de cabeza cuando era niño, no os hacéis una idea de cuánto. Intenté por todos los medios conseguir la maldita llave y ver qué hacía, pero no hubo suerte. De nuevo, recordad que por aquel entonces no había ninguna guía ni tampoco un vídeo en YouTube que te dijera para qué servía llave.
Al final desistí, pero la llave de hielo quedó marcada a fuego en alguna parte de mi cerebro. Recuerdo con verdadera angustia poder verla a lo lejos y ser incapaz de alcanzarla. Y obviamente os estaréis preguntando: ¿se ha resuelto el misterio? ¿Eras tontísimo y la respuesta era obvia?
Pues si, el misterio se ha resuelto y mi niño interior ya puede dormir tranquilo por las noches. Y no, al parecer no era tontísimo. La llave de hielo es un error en el juego, toda ella. En su momento Rare quiso implementar un sistema revolucionario que permitiría pasar objetos de un juego a otro.
Le llamaron Stop 'N' Swop y consistía en conseguir 6 huevos misteriosos y la llave de hielo en Banjo Kazooie, hacer una serie de pasos y, cuando el juego lo indicara, cambiar el cartucho por el de Banjo-Tooie para pasar los objetos y poder usarlos en la secuela. Rare creyó que el jugador dispondría de 16 segundos para hacer el cambio de cartucho, pero finalmente el hardware de Nintendo 64 solo permitía 1 solo segundo, así que descartaron la función completamente. Y claro, se olvidaron de quitar la maldita llave de hielo del juego.
Lo bueno es que la historia tiene un final relativamente feliz, porque la llave de hielo se convirtió en un meme y regresó en Banjo-Tooie. Esta vez sí era accesible sin usar ningún truco y servía para desbloquear una skin para Banjo.
¿Qué os ha parecido? ¿Hay algún misterio parecido que os trajera de cabeza cuando erais pequeños o vosotros fuisteis felices? Me encantaría escuchar vuestras historias, que seguro que más de uno tiene una anécdota fascinante. ¡Os leo!
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