Dragon Quest es, junto a Final Fantasy, la saga estrella de Square Enix. Durante muchos años ésta ha sido una referencia en el género de rol, pero ahora, en el 30 aniversario de la saga, la desarrolladora ha decidido apostar por darle a Dragon Quest un giro de 180 grados y dar sus primeros pasos en el género de la supervivencia y la construcción. Y tras probarlo hace unos días en las oficinas de Koch Media, os contamos todo sobre el revolucionario Dragon Quest Builders.
Si durante los últimos años has estado más o menos atento al mundo de los videojuegos, en cuanto se hace referencia al género de la construcción debes pensar en un título: Minecraft. El título de Mojang sorprendió al mundo gracias a una estética cúbica muy peculiar y un mundo en que el objetivo era simple: dejar volar tu imaginación. Dragon Quest Builders adopta este aspecto “cuadriculado” en el que todo el escenario del juego está construido sobre esa base cúbica.
Pero no todo el universo es tan recto. Los personajes, los enemigos, las herramientas y los drops rompen con la estética cúbica de los escenarios para mostrarnos un diseño totalmente distinto. Aquí reside la esencia de Dragon Quest, ya que reconoceremos a muchos enemigos de otros títulos de la saga y los personajes mantienen el mismo modelado nipón tan característico, aunque todo ello desde una perspectiva más “infantil”.
La clara diferencia entre el cubismo que muestra el mundo y el diseño más clásico de los personajes, hacen que el conjunto pinte innovador y original. Gráficamente, el juego no pretende ser una revolución, pero lo suple con el apartado estético. Además, junto al apartado técnico, esta aventura es visualmente preciosa: la iluminación junto al ciclo día-noche, algunas partículas y efectos que completan el juego. Dragon Quest Builders tiene algunos detalles sorprendentes.
Lo único que empeora la experiencia es la cámara. Muchas veces se colocará de una forma algo extraña e incluso molesta, aunque como podemos controlarla se podrá solucionar fácilmente. A pesar de eso, habrá veces en que se nos hará imposible ver nada. Por ejemplo, al entrar en algunos edificios con techo la cámara se quedará por fuera y nos obligará a andar a ciegas.
La historia de Dragon Quest Builders no es una epopeya, pero sí una buena premisa. Desde hace años en Alefgrado nadie ha sido capaz de construir ni crear nada, lo que ha provocado que la oscuridad invada todo cuanto le plazca. Pero la Diosa te elige a ti para tener un don y ser “el constructor” y así recuperar la pasada gloria de Alefgrado.
Y tras un tutorial (que se les puede hacer algo largo a algunos), el mundo de Dragon Quest Builders se abre ante nosotros… y nuestros compañeros. A medida que vayamos avanzando se nos irán uniendo otros personajes secundarios que nos darán misiones y tareas durante toda nuestra travesía.
Pero esos nuevos habitantes sólo podrán vivir en las zonas que nosotros “iluminemos” colocando un estandarte. Fuera de esos pequeños trozos habitables, encontramos todos los animales/monstruos, enemigos y flora de Alefgrado. Algunos serán pasivos y les dará igual que pases por su lado, mientras que otros nada más verte irán a por tu yugular sin pensárselo dos veces. Todos estos NPCs nos dropearán diferentes objetos (incluso un mismo tipo de monstruo puede tener varios drops) con los que crear nuevas cosas.
Ahora entramos en el aspecto jugable. Dragon Quest Builders no es un juego complicado y al tener ese estilo cúbico la construcción es sencilla e intuitiva (colocar un cubo sobre otro). Pero como todo juego de construcción, el título tiene mil y una posibilidades. Sí es verdad que a la hora de construir hay que cumplir ciertos requisitos (por ejemplo, que las paredes sean al menos dos bloques, que haya luz…), pero eso no evita que en Dragon Quest Builders podamos dejar volar nuestra imaginación.
Los crafteos se basan en recoger o crear los materiales necesarios para hacer dicho objeto, pero no podremos crear todo desde el principio. A lo largo de la partida iremos aprendiendo nuevos crafteos con los que avanzar en la historia. Algunas veces estas “instrucciones” nos lo darán otros personajes o simplemente lo aprenderemos al recoger algún material nuevo. La recolecta de ítems es la clásica: con las distintas herramientas seremos capaces de recoger un material u otro. Por ejemplo, con la porra podremos recoger ramas rotas, pero hasta que no consigamos el mazo no podremos talar árboles para conseguir madera.
Pero hacer todo esto da muchísima hambre a nuestro personaje y en Square Enix no se han olvidado de eso. Aunque hay una gran variedad de comidas (sobre todo frutas y verduras), no habrá que preocuparse mucho salvo que se llegue al límite.
Dragon Quest Builders es, como primera impresión, un juego con mucho potencial. Podemos ver un esfuerzo por parte de Square Enix de llevar un universo tan conocido y querido como es el de Dragon Quest a un terreno desconocido para ellos. Y la verdad, lo están haciendo extraordinariamente. El juego huele a nuevo y aunque en una primera vista podamos pensar que se “copia” de otros juegos del estilo, Dragon Quest Builders te demuestra por momentos que sabe cómo destacar. Todo ello acompañado de una jugabilidad muy divertida que hace que te sientas genial con todo lo que haces. Y aunque tengamos que esperar hasta octubre para disfrutar este título, os podemos adelantar que tiene pinta de ser un gran juego para este género.
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