La rosa es menos rosa en el rosal. Aunque Marvel había abonado el terreno durante años, y había regado con cuidado su tesoro, no logra esquivar la complicada tarea que se le venía encima. La llegada de Carol Danvers al universo cinematográfico del estudio es el epíteto de la diversidad que la compañía ha venido profesando durante los últimos años. Una introducción orgánica que viene a atar todo su ideario de igualdad feminista desde un contexto épico. Sin embargo, pese a que el envoltorio es manifiesto, la condición bajo la que nace "Capitana Marvel" la convierte en un ejercicio cumplidor y nada transgresor de un estudio acostumbrado a marcar siempre tendencia.
Anna Boden y Ryan Fleck se enfrentaban al paradigma del cine de orígenes; una película con la misión de introducir a un nuevo personaje, pero al mismo tiempo dar continuidad al clímax iniciado el pasado año. Ahora bien ¿cómo presentar a una heroína de la que los seguidores de las películas llevan oyendo desde hace años, y los seguidores de los cómics conocen de sobra? Los directores optan por la equidistancia, convirtiendo lo que debía ser una historia clásica al uso, en una ópera prima ambigua, arriesgada y refrescante. Un acierto que sin embargo se ve engullido por la intrascendencia inherente al género, y sí, la sombra de "Vengadores: Endgame".
Antes de conocer el final, toca hacer un alto en el camino. "Capitana Marvel" es la calma que precede a la tempestad de cualquier historia; ese respiro desenfadado que descarga tensión, y que en este caso, Marvel ha decidido convertir en toda una película. Para lograrlo intenta dejar de lado todo lo visto en el enfrentamiento con Thanos, y le da el espacio que necesita la heroína para brillar de forma independiente. ¿El primer paso para lograrlo? Viajar al pasado, al momento más importante y crucial de toda la cronología del UCM.
Habíamos viajado a la Segunda Guerra Mundial, y desde entonces, el presente se había convertido en una norma no escrita para desarrollar la trama global de las Gemas del Infinito. Boden y Fleck marcan un punto de inflexión. Recuperamos los jeans desgastados, las gafas de aviador, y los Blockbusters. "Capitana Marvel" es una película de orígenes que sin embargo no comienza desde cero. En su lugar nos sumerge in situ en una conflicto intergaláctico entre dos razas alienígenas; los Kree y los Skrull. En medio de ese festival de naves voladoras, y tecnologías futuristas, aparece Vers. O al menos así la llaman sus compañeros de escuadrón Kree.
Marvel es consciente de que tiene entre manos al personaje más poderoso de todo su universo, y no ahorra en recursos a la hora de diferenciarlo del resto de héroes. Aunque podría haber apostado por una introducción breve para iniciar así la historia en la Tierra, la realidad es que la película dedica todo su primer tercio a desarrollar y exponer la guerra espacial. La cinta recupera el tono galáctico de los Guardianes, y le retira el humor para quedarse solo con el envoltorio; un cambio lo suficientemente transgresor como para marcar la diferencia, y poner la primera piedra de la nueva deriva que tomará el estudio durante los próximos años.
El ritmo durante estos compases es frenético. Las conversaciones son rápidas y directas, siempre en un segundo plano. Los directores optan con astucia por apoyarse en las imágenes para establecer con claridad cuáles son los bandos, y qué papel ocupa Carol en ese conflicto. Casi sin hacer ruido van empujando la narrativa hacia el presente, al mismo tiempo que dibujan el pasado de la heroína echando mano de flashbacks y de una suerte de macguffing en forma de amnesia. En menos de media hora el estudio logra convertir a la recién llegada en una más.
Y entonces pasa al piloto automático. La originalidad se evapora por completo. El estudio se deja llevar con un guion poco inspirado que sin llegar a ser malo, peca de intrascendente. El espíritu arrojador que desprenden la mayoría de las películas aquí ni está ni se le espera. "Capitana Marvel" es efectista para con el UCM, pero como película se siente burocrática; como si su historia fuera un precio a pagar necesario para llegar a un interés manifiesto ajeno a la propia cinta.
Ni los personajes secundarios ni las situaciones son memorables. Tan rápido sucede algo, tan rápido se olvida. Y eso no es malo, pero sí sorprendente viniendo de Marvel. Cierto es que en ese pastiche de corrección hay matices a resaltar; el gato Goose se convierte en el alivio cómico más carismático y acertado de todo el UCM, mientras que Ben Mendelsohn logra aportar vida a un cliché soso. Ahora bien, si hay alguien que brilla –literal y textualmente- esa es Brie Larson. Había muchas dudas en torno a su capacidad para manejar un personaje tan importante, pero no tarda ni cinco minutos en despejar las dudas.
El guion está construido para hacerla despuntar, sí, pero la actriz le saca todo el jugo a lo que tiene entra manos. Larson alcanza una interpretación sobresaliente que baila sin tropezar entre la comedia contenida de Steve Rogers, y la seriedad de Natasha. Durante las dos horas de metraje muestra un gran abanico de registros. Desde las miradas más serias y amenazantes, a las sonrisas irónicas que comparte con Samuel L. Jackson. Y todo ello lo hace sin perder de vista a quién está dando vida; un icono feminista dentro de un universo predominantemente masculino.
Lo refleja con una fuerza, voluntad, e inconformismo que consolidan al personaje, pero no dejan huella. La película sigue la senda de "Wonder Woman", pero no es ni de lejos el punto de inflexión que podría haber llegado a ser. Al final, su posible mensaje se ve destilado en el mismo cóctel insustancial en el que nada el propio guion. Las escenas predispuestas para resaltar el componente feminista del personaje no faltan, pero Marvel decide jugar la carta conservadora para no desviar demasiado la atención del verdadero propósito de la producción; el camino hacia el final de la Fase 3.
¿Es buena por sí misma, o es el contexto el que la hace buena? "Capitana Marvel" es más efectista que brillante. Aunque había una gran expectación por disfrutar en solitario del personaje antes de verlo cumplir con su papel en el equipo de Vengadores, el estudio decide ejecutar la película como un trámite entretenido pero poco inspirado que pasa rápido al olvido. Para los más seguidores del UCM, es sin embargo todo lo que esperaban; un cúmulo de respuestas que rellena las fisuras de la cronología, y empuja el carrusel de superhéroes hacia su gran clímax.
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