A cada producto hay que exigirle lo justo, para lo que fue concebido. La sequía por la que están pasando los fans del universo de Akira Toriyama tras el ya lejano desenlace de "Dragon Ball Super" ha llevado a juzgar erróneamente lo que debería haber sido tomado como un simple regalo. Sí, "Dragon Ball Heroes" no nacía con la idea de reemplazar nada, ni igualar la calidad de la serie principal –ni mucho menos de la película-. Sin estos prejuicios de por medio, el anime promocional se ha ido revelando como un festival de fanservice que, por qué no decirlo, entretiene desde su vertiente más honesta.
Inició su andadura apostando por transformaciones no presentes en la serie, con enemigos que recordaban pero no terminaban de ser iguales que los confeccionados por el mangaka, y con un ritmo vertiginoso. Estos pilares se fueron haciendo más y más sólidos, hasta llegar a un episodio 10 que termina de sobrepasar todo lo imaginable para una serie animada basada en la franquicia. En el último episodio aparecía de por medio el Ultra Instinto acompañado de un Goku más poderoso de lo habitual, y ahora le toca al enemigo hacer su movimiento.
Cierto es que la animación que ha acompañado a esta poderosa transformación poco o nada tiene que ver con la emoción que suscitaban los movimientos del Saiyajin en el Torneo de Poder, pero su presencia sigue siendo igual de imponente. Ahora bien, el nivel aceptable presentado en su último combate sufre en esta ocasión un inexplicable bajón de calidad. Toei Animation no obstante responde con personajes nuevos, técnicas inesperadas, y una sensación de batalla campal más intensa si cabe que el último arco del anime. Todo ello no invita a pasar por alto los planos estáticos, los trucos de cámara, y el reciclaje de escenas, claro, pero sí empaca una producción disfrutable.
Y es que no hay nada más entretenido en una serie, de la que no se espera nada, que las sorpresas. Empezando por una Genkidama (o similar) lanzada por Jiren a un Zamasu casi invencible, la inesperada fusión de Kamin y Oren en un nuevo guerrero llamado Kaminoren (la originalidad desborda como de costumbre), y terminando con el agradable regreso del Super Saiyajin Blue Evolution de Vegeta. Un cúmulo de eventos jugosos que reciben más mérito si cabe teniendo en cuenta que el estudio hace malabares para introducirlos sin atropellarse en menos de 10 minutos.
El conocimiento profundo que Toei posee de la franquicia desemboca en un episodio cargado de acción con un ritmo trepidante que apenas deja respirar. Pero por encima de todo ello se percibe una habilidad asombrosa para encajar eventos sin enmarañarlos, sacando el máximo partido a cada situación. El estudio es consciente, por ejemplo, de la popularidad que posee el Ultra Instinto en la comunidad, y no dudan en darle sus propios minutos de combate a pesar de haber protagonizado ya el último capítulo. Incluso la breve aparición de Toppo –ajeno a la acción principal- responde a esa necesidad de fanservice intencionado con el que maneja los tiempos el equipo.
Y es entonces, cuando a pocos minutos del final, reaparecen todos los problemas que el anime lleva años arrastrando. La aparición de Lagss roza la parodia consciente y sirve para recontextualizar la producción. ¿Por qué? Se entiende que el motor que hace funcionar a "Dragon Ball Heroes" es la sucesión constante de enemigos y los combates entre rivales más y más poderosos, pero esta guerrera es la definición por antonomasia del deus ex machina; Aparece de la nada para sortear un estancamiento narrativo, con un diseño ausente de carisma y originalidad, y unos poderes desproporcionados.
Otra patada de nuevo hacia adelante, y un motivo más para elevar todavía más la escala de poder. Goku casualmente se ha quedado sin energía tras la utilización del Ultra Instinto, y lo único que puede hacer es observar cómo este misterioso anagrama cristalino actúa a placer. ¿Por qué no había echado mano de ella Hearts antes? ¿Es más poderosa que el propio líder del grupo? Si esto último es cierto ¿hasta dónde llega el nivel de fuerza de Hearts? Tomando perspectiva para responder a todas estas preguntas, la única respuesta posible nos arrastra de nuevo a las incoherencias. Pero da absolutamente igual.
Este anime nació con la libertad creativa que no tiene la serie principal, y su principal objetivo consistía precisamente en plasmar cualquier locura que se les pasara por la cabeza a los guionistas. El disfrute de "Dragon Ball Heroes" no está ni en su animación ni en su guion, sino en la capacidad que tiene para convertir los sueños más locos de los fans en realidad. Y no hay nada más loco que socavar los problemas clásicos de la franquicia a consciencia para explotar el placer más innato del shonen.
En esta ocasión no contamos con tantos momentos memorables a nivel artístico, pero eso no nos impide volver traer este apartado con todas las capturas realizadas durante al elaboración de la crítica. ¡A disfrutar!