El género de la conducción es uno de esos que, dentro de la industria del videojuego, parece no pasar de moda en ningún momento. Por mucho que pase el tiempo, año a año no son pocas las empresas que lanzan al mercado títulos muy variados dentro del género y que constituyen grandes apuestas para las compañías implicadas. Sin irnos más lejos, este mismo 2018 hemos visto lanzamientos como el reciente V-Rally 4, el esperado The Crew 2 o, el que hoy nos ocupa, Forza Horizon 4.
La franquicia Forza no debería ser ajena a ningún fan de los videojuegos y la conducción, pues ya son varios los años consecutivos que las plataformas de Microsoft reciben estos videojuegos, intercalando la saga principal de simulación, Forza Motorsport, con una saga más reciente y centrada en el arcade, como es Forza Horizon. Y, tras el éxito abrumador en 2016 de Forza Horizon 3, llega ahora a nuestras manos la cuarta entrega de la saga, y lo hace como uno de los videojuegos de conducción más redondos que jamás hayamos probado. Si queréis descubrir más de esta espectacular obra, abrochaos el cinturón de seguridad y preparaos para un viaje movidito, porque arrancamos nuestro análisis de Forza Horizon 4.
Si hay algo que sea difícil de encontrar en un videojuego de conducción, sin duda es una sensación correcta al pilotar. A día de hoy, después de haber jugado miles de horas a diversos videojuegos del género, sigo sin saber describir exactamente qué es o cómo algunos desarrolladores logran emular la sensación de peso y potencia de un coche; pero es fácil distinguir cuándo un videojuego lo consigue y cuándo no una vez nos ponemos a los mandos. Y en ese sentido, este es el primer y gran logro de Playground Games con Forza Horizon 4. Desde el primer segundo en el que aceleramos con el primer coche del juego, nos damos cuenta de que la sensación de estar al volante está increíblemente bien lograda.
Forza Horizon 4 cuenta con más de 450 coches en total y cada uno de ellos es distinto del resto. Pero no solo es distinto por su velocidad, frenada, manejo o aceleración, que también, sino que logra ser realmente diferente para el jugador en cuanto a la sensación que transmite. El peso en las arrancadas, la capacidad de giro, la inercia que sale a relucir en las frenadas e incluso el rugido del motor; todo ello cambia dependiendo del tipo y modelo de vehículo que estemos manejando y consigue hacerse palpable en nuestras manos. La sutilidad de estos detalles ya nos deja entrever, desde el primer momento, que Forza Horizon 4 no es un juego más, no llega para darnos unas cuantas horas de diversión, sino que lo hace para poner sobre la mesa una de las propuestas más cuidadas que hemos visto jamás dentro del género.
Pero esta cuidada sensación al volante llega con algo que para mí es aún más importante, como es el hecho de ser capaz de balancear todo el realismo, necesario para transportarnos al vehículo que conducimos, con una buena dosis de ficción que haga de Forza Horizon 4 un juego de conducción arcade alejado de la simulación. No es en absoluto sencillo que este mismo videojuego, que logra hacer que tu mando transmita esos cientos de kilos de un coche, te permita correr con un Bugatti Veyron a 300 km/h por un monte. Y, sorprendentemente, Forza Horizon 4 lo logra, tiene ese balance perfecto entre la simulación y el arcade que permite a todo el mundo disfrutar de la obra y que, sin duda, es algo absolutamente meritorio.
En medio de las diferentes carreras, este balance entre realismo y arcade llega se manifiesta en algunos puntos importantes. El juego no castiga demasiado los errores como pasarse de frenada, aunque es cierto que los choques se cobran parte de la inercia del vehículo y, en las dificultades más elevadas, son segundos preciosos que costarán caro. Pero, para todos aquellos que no estén acostumbrados a la conducción más dura, Forza Horizon 4 vuelve a contar con el sistema de rebobinado que, en medio de una carrera contra la IA, nos permite volver atrás en el tiempo al momento que deseemos para tratar de enmendar nuestros errores. Por supuesto, este sistema es opcional y depende del jugador utilizarlo o no.
Volviendo a las sensaciones que tenemos con Forza Horizon 4, estas son tan buenas que incluso el propio videojuego bloquea el viaje rápido hasta que no hayas avanzado un buen cacho. Y aún así, Playground Games no tiene pudor alguno en hacer que tu destino esté a 14 kilómetros y obligarte a conducirlos todos, porque el estudio sabe de la calidad del producto que tiene entre manos. Esos 14 kilómetros no son el camino a recorrer hasta tu destino; son el auténtico videojuego. Ya los recorras por carretera o atravesando praderas, playas y montes, ese camino se disfruta de verdad; cada kilómetro que conduces, cada curva que tomas y cada recta en la que aceleras son un auténtico placer para los sentidos. Así de pulida está la conducción en Forza Horizon 4.
Forza Horizon 4 toma la base de anteriores entregas y pone sobre la mesa un enorme mundo abierto con contenido que se va desbloqueando a medida que avanzamos. En este sentido, la organización del videojuego es muy similar a lo visto en Forza Horizon 3, con algunos eventos opcionales que nos permiten ir progresando hasta llegar a los eventos más importantes, obligatorios y claves para el transcurso de la campaña.
En este punto cabe destacar, por un lado, que la variedad de eventos es enorme, ofreciendo diferentes tipos de carreras que, a su vez, van desbloqueando más y funcionan como pequeñas campañas independientes. Pero, por otra parte, y como detalle más llamativo, los eventos especiales y obligatorios son simplemente espectaculares, llegando a hacer partícipe al jugador de algunos momentos realmente memorables que, sin duda, quedarán fijados en la memoria. Y es que no se desciende a toda velocidad una carretera de montaña compitiendo contra una locomotora mientras suena de fondo Tchaikovsky todos los días.
Junto a esto, nos encontramos un sistema de progresión muy acertado que computa por separado nuestra experiencia, la influencia (que sirve para avanzar al comienzo) y el nivel de cada tipo de evento. Forza Horizon 4 nos da puntos y experiencia por absolutamente todo. Si chocamos, porque chocamos; si conducimos bien, porque conducimos bien; y si somos un peligro al volante, porque lo somos. Playground Games ha creado una obra que se puede disfrutar de la manera que nosotros deseemos y que no nos castiga por ello. Incluso sin participar en carreras como tal podemos conseguir experiencia e influencia gracias a los desafíos repartidos por el mapa y algunos carteles que nos obligan a explorar. Todo ello constituye un enorme mundo abierto que es el corazón de Forza Horizon 4.
Y precisamente el mayor acierto de Playground Games se encuentra en la construcción de este mundo abierto que pone a nuestra disposición. Si en Forza Horizon 3 ya nos maravillaban dejándonos recorrer Australia libremente, ahora nos llevan a Gran Bretaña para poner sobre la mesa un variadísimo conjunto de escenarios que incluyen montes, llanuras con cultivos, playas e incluso la ciudad de Edimburgo, y que sirven de patio de juegos para disfrutar con el vehículo que deseemos en las situaciones más insólitas. Como comentaba más arriba, lo mejor de este mundo es que no es únicamente el entorno en el que transcurre Forza Horizon 4, sino que es, en sí mismo, el corazón de la experiencia jugable.
Pero si todo esto no os parece suficiente, Forza Horizon 4 cuenta con una espectacular novedad que ya conocéis de sobra, como son los cambios de estaciones. Además de un clima dinámico, la obra de Playground Games hace gala de un sistema que cambia de estación (al principio, cuando avanzamos lo suficiente y, más tarde, cada semana de tiempo real) y que modifica por completo los escenarios. Mientras que en verano el sol inunda las carreteras y conducir a alta velocidad es un placer, la llegada del invierno con el hielo complica las cosas. Los coches se comportan distinto, las carreteras cambian y los entornos son apenas reconocibles entre la nieve del invierno o el barro del otoño. Todo ello supone una capa de profundidad añadida al título simplemente alucinante y demuestra el trabajo y el mimo puesto detrás de la obra.
Para hacer frente a estas condiciones cambiantes, Forza Horizon 4 incluye un apartado de personalización del vehículo abrumador. Es tan amplio y cubre tantas opciones que, de hecho, si no sois fans del motor, probablemente ni siquiera os enteréis de la mitad de las cosas. Pero, para todos aquellos amantes de la conducción, es capaz de ofrecer una variedad de opciones muy numerosa con la que adaptar cada uno de los vehículos, por separado, a las condiciones de la pista y a nuestros gustos.
Saliendo momentáneamente de Forza Horizon 4, la industria del videojuego está viviendo actualmente un cambio realmente importante dentro del cual muchas compañías han tratado de beneficiarse de la era digital en la que vivimos para abandonar el formato clásico del videojuego de "usar y tirar" por ese término que seguro habréis oído de "videojuego como servicio". Así, las compañías buscan que sus jugadores vuelvan semana a semana, día a día, para seguir disfrutando durante meses o incluso, como en el caso de Grand Theft Auto V, varios años. Pues bien, Forza Horizon 4 también quiere subirse a este carro.
En todo lo comentado hasta ahora de Forza Horizon 4 nos encontramos con muchas mejoras pero pocas novedades más allá del sistema de estaciones. Y es que el principal cambio que ha experimentado la saga se encuentra en sus modos online. Ya no nos encontramos con una obra que nos pone a competir contra otros jugadores simplemente, sino que nos encontramos con un videojuego en el que, de forma constante, jugamos, tanto en contra como a favor, con otros usuarios.
El elemento online es un punto indispensable en Forza Horizon 4 (aunque se puede jugar de principio a fin completamente solo). Esto se nota en que, una vez acabamos la pequeña campaña que sirve como prólogo, el videojuego se abre realmente y se nos dan todas las opciones. Estamos en un mundo con miles de jugadores de todo el mundo en el que el clima y la estación están sincronizados para todos. Las diferentes pruebas y eventos en los que competimos tienen modos cooperativos y competitivos e incluso hay nuevos modos de juego que nos obligan a cooperar con hasta otros 5 pilotos para lograr objetivos en común.
Con cada estación, la cual cambia semana a semana, llegan nuevas pruebas, nuevos retos y nuevos objetivos que cumplir, de forma que los diferentes jugadores sigan durante mucho tiempo regresando al título y compitiendo con y contra el resto del mundo. En este sentido, Forza Horizon 4 me recuerda en cierta medida al formato de Destiny 2, en donde hay una campaña (nada despreciable) que sirve como introducción y después, una vez comienza el videojuego como tal, todo el contenido está disponible para quienes se atrevan a ir a por él. Semana a semana las cosas cambian y, antes de que te des cuenta, llevas cientos de horas jugadas. Y lo cierto es que este formato, por lo que hemos visto hasta el momento, encaja a la perfección. Tal vez el único pero que podemos poner en este aspecto lo encontramos en nuestro avatar, que es lo que mostramos cara al mundo y cuya personalización física deja bastante que desear, dejándonos escoger únicamente entre unos pocos modelos ya creados. La ropa y algunos complementos sí podemos desbloquearla y cambiarla, pero el aspecto físico es algo con lo que nos gustaría haber trasteado más.
Volviendo al formato de la obra, buena parte de la culpa del éxito del mismo lo tiene la cantidad de contenido con la que Forza Horizon 4 llega al mercado. Entre los diferentes tipos de carreras, los objetivos más callejeros, los eventos especiales y todas las posibilidades que ofrece el enorme mapeado, tenemos contenido para jugar y jugar sin llegar a cansarnos durante decenas de horas. Habrá que ver cómo maneja Playground Games el hecho de tener que hacer volver semana a semana a la comunidad a medida que avanza el tiempo, pero por ahora el resultado es simplemente sobresaliente.
Entrando en el apartado técnico de Forza Horizon 4 nos encontramos una de las mejores sorpresas del año, y es que a nivel gráfico la obra de Playground Games es lo mejor que hemos visto en todo el año y, probablemente, en toda nuestra vida. El nivel de realismo que alcanza el apartado visual del videojuego es para dejarnos sin aliento desde el primer minuto. Hemos podido disfrutar de la obra tanto en Xbox One como en PC y en ambas versiones el resultado sorprende para bien, no solo por la calidad visual, sino por el estupendo rendimiento.
Incluso en PCs relativamente más modestos es posible jugar con muchas garantías a Forza Horizon 4. Pero es cuando llegamos a máquinas que pueden moverlo en alto, o incluso la versión de Xbox, cuando realmente desatamos a la bestia. El popping es prácticamente inexistente (y aún trato de entender cómo), el framerate completamente estable y los efectos de luz y partículas que provocan el agua y hielo son para coger el modo foto y pasar horas en él. El enorme mundo abierto se fusiona con uno de los títulos punteros a nivel técnico y una dirección artística encomiable para dar como resultado una auténtica joya para la vista.
Por su parte, el apartado sonoro no se queda en absoluto atrás. Los efectos de los motores, como ya comentábamos más arriba, cambian dependiendo del vehículo y lejos de resultar molestos consiguen hacer las delicias de cualquier amante del motor con su rugido característico. Pero es la banda sonora la que más brilla. Forza Horizon 4 mantiene la excusa del festival musical Horizon para ponernos a correr, y lo cierto es que lo fusiona a la perfección con el gameplay. No solo hay una cantidad digna de mención de temas actuales y clásicos, sino que el juego maneja los niveles de audio a la perfección para enfatizar ciertos momentos, como el inicio de las carreras, y hace que ponerse al volante sea toda una delicia.
Otro detalle a remarcar es la buena IA con la que cuenta el juego. Los corredores rivales manejados por ordenador son bastante estables, reaccionan de forma lógica a nuestros movimientos y, en general, cumplen muy bien su función. Además, esta IA cuenta con unos cuantos niveles de dificultad que permiten adaptar el juego a las habilidades de cualquiera; y no solo eso, sino que el propio videojuego va recomendándote cambios en la dificultad cuando en las últimas carreras has ganado o perdido por mucho.
Hace falta rascar mucho para encontrar algún pequeño detalle negativo en Forza Horizon 4, pero nosotros lo hemos hecho. Sé que es ser muy exquisito y una de las concesiones que hay que hacer en este enorme mundo abierto arcade es el de entender que las colisiones han de ser bastante irreales (porque nadie en su sano juicio iría a 300 km/h con un Bugatti por el medio de una pradera llena de árboles y rocas). Pero, aún con eso, echo en falta que el coche reaccione diferente dependiendo del material con el que impactes, ya que no deja de ser raro que chocar con un simple palito o con un muro de piedra tengan el mismo impacto en la velocidad de nuestro vehículo.
Forza Horizon 4 nos deja claras sus intenciones desde el primer momento en el que nos ponemos al volante y sentimos toda la potencia y peso del coche que manejamos en nuestro mando. Playground Games ha conseguido superarse y, si en los últimos años daba en el clavo con Forza Horizon 3 y Forza Motorsport 7, la entrega de este año es la culminación de todo ese trabajo, de todo ese refinamiento que, aunque llega sin demasiadas novedades jugables, es simplemente perfecto en la gran mayoría de sus apartados.
Hace falta rascar mucho y rebuscar debajo de las piedras para encontrar algún punto negativo a Forza Horizon 4. Pero lo mejor de todo es que, por la forma en la que se ha configurado la obra, adoptando esa máxima del "videojuego como servicio", no echaremos unas cuantas horas y lo dejaremos aparcado, sino que podremos seguir disfrutando de todo lo que ofrece durante meses. Y no me cabe la duda de que, por la calidad de la obra, seremos miles, si no millones, los que volveremos semana a semana.
Forza Horizon 4 es una auténtica obra maestra del género de la conducción. Estamos ante uno de los juegos del género más redondos y logrados que hayamos visto, en todos sus aspectos. Desde la absoluta realidad de la sensación que da ponerse al volante de cualquier vehículo hasta los locos desafíos de lanzar un Bugatti por un barranco para ver cómo de lejos llegamos, todo en la obra de Playground Games ha sido creado con un cuidado y un mimo que hacen del videojuego un imprescindible para cualquier tipo de jugador. Forza Horizon 4 es el mejor juego de conducción del año, de la década y, probablemente, de lo que va de siglo.