Cuando Bethesda comenzó a coquetear con la posibilidad de un nuevo Fallout en la presente generación pocos podrían adivinar lo que nos encontraríamos hasta llegar a Fallout 76. El pasado mes de mayo, a través de una larga espera en Twitch, observábamos un directo que nos dejaba ver al carismático Vault Boy junto a un monitor de que rezaba ‘Please Stand By’ y mediante el cual la compañía anunció su nuevo proyecto. Fallout 76 era una realidad que finalmente hemos tenido la oportunidad de disfrutar gracias a una beta antes de su lanzamiento, una apuesta bastante arriesgada por parte de la compañía norteamericana donde, por primera vez en la saga, nos adentramos en un título perfectamente enfocado al multijugador en línea.
Desde que damos nuestros primeros pasos en Fallout 76 nos da la sensación de encontrarnos ante un Fallout 4 remozado, adecuado a la generación en la que nos encontramos en la actualidad, pero solventando y mejorando a la cuarta entrega de la saga que viera la luz hace ya tres años. Asimismo, desde ya os podemos asegurar que Fallout 76 no es Fallout 4 ni pretende serlo. Sin entrar en muchos detalles de la historia, el comienzo del juego sigue las mismas dinámicas que entregas anteriores dándonos la posibilidad de personalizar a nuestro protagonista bajo una gran cantidad de opciones.
Una vez estemos listos será el momento de abandonar el refugio 76 para comenzar a reconstruir el devastado mundo que nos rodea. Rápidamente comenzaremos a encontrarnos con otros jugadores y empezaremos a descubrir el verdadero carácter de multijugador en línea que nos propone esta nueva entrega de la serie Fallout. Cada vez que nos encontremos por el mundo con un jugador tendremos la posibilidad de instarle a que se una nuestra causa, que puede ser la misma o no. En cualquier caso, uno de los grandes puntos a favor y que más nos ha sorprendido de este Fallout 76 es el de darnos la sensación de que no recorreremos el yermo solos, sino que podremos ir realizando las misiones acompañados de los diversos jugadores que se unan a nuestro equipo.
Siguiendo con algunas comparaciones con Fallout 4 seguiremos un sistema de misiones bastante parecido, así como un sistema de evolución del personaje en el que tendremos las mismas opciones que en pasadas ediciones. Así pues, conforme vayamos superando objetivos iremos evolucionando significativamente y a nuestro antojo los atributos de nuestro jugador.
Como decimos Bethesda ha arriesgado con la formula dando un giro de 180 grados y manteniendo el éxito de la cuarta entrega, pero mejorando la idea de forma sustancial. Ahora el Yermo está más vivo que nunca, y eso se nota. No solo nos toparemos con los indeseables enemigos infestados por la radiación, sino que en cualquier parte del vasto mapeado podremos encontrarnos con otros jugadores a los que podremos unirnos o incluso enzarzarnos en alguna disputa.
Por otro lado, habrá que tener especial cuidado a la hora de recolectar objetos pues en el Yermo es posible morir a las primeras de cambio. Aun así, no debemos preocuparnos pues nuestras más preciadas posesiones solo desaparecerán si las llevamos encima, y para no perderlas nada mejor que dejarlas almacenadas en los cofres habilitados a tal efecto. Eso sí, siempre que perezcamos perderemos todo lo que llevemos encima. Por otro lado, al morir podremos elegir dónde queremos aparecer, o bien cerca de nuestro cadáver o en algún emplazamiento cercano a cambio de unas pocas chapas.
En lo que respecta a las posibilidades de crafteo el Yermo está lleno de todo tipo de cosas por descubrir, la cantidad de opciones es prácticamente ilimitada y podremos hacernos multitud de armas, atuendos y comida con la que sobrevivir a todas las inclemencias a las que nos someterá el mundo devastado. Por su parte, el sistema de construcción que nos encontramos es prácticamente el mismo sistema que ya pudimos disfrutar en Fallout 4 con algunas mejoras.
El mapeado de Fallout 76 es grande, prácticamente gigantesco y las posibilidades y opciones son infinitas. Tendremos cientos de lugares a los que ir y explorar junto a un acabado gráfico como solo Bethesda sabe conseguir. Todo luce de una forma escalofriantemente bella y las transiciones día y noche ayudan a mantener la esencia de un mundo vivo. Si bien es cierto que no nos libramos de ciertos bugs el juego se mueve bastante bien. Durante la beta se nos indicó que era muy posible que no todo funcionase a la perfección por lo que cabe destacar que algunos procesos de carga del mapeado sí que nos han tardado más de lo que nos gustaría.
Por otro lado, el movimiento del personaje nos sigue pareciendo un tanto tosco en tercera persona, aunque siempre tenemos la opción clásica de jugar en primera vista. En lo que respecta a los menús, nos han parecido un poco liosos al principio, pero como en todo es acostumbrarnos.
Las primeras sensaciones que nos deja Fallout 76 son francamente buenas y la idea de incrustar el multijugador en línea nos hace sentirnos como si estuviéramos en un Yermo vivo en cualquiera de los pasos que damos. Por el momento hemos tenido tan solo la oportunidad de disfrutar cuatro horas en la beta de Xbox One y nos queda mucho por descubrir y analizar, pero el juego en sus primeros pasos resulta divertido, entretenido y una gran opción tanto para los seguidores de la saga como para los que la descubran por primera vez.
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