Análisis Watch Dogs: Legion
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Análisis Watch Dogs: Legion

DedSec se embarca en una nueva guerra frente al terrorismo tecnológico

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Portada de Watch Dogs: Legion
  • Plataformas: PC PS4 PS5 Xbox One Xbox Series X|S
  • Fecha de lanzamiento: 29/10/2020
  • Desarrollador: Ubisoft Toronto
  • Género: Acción-Aventura
  • Multijugador: Cooperativo

Cuando Isaac Asimov estableció la frase ''Un robot no hará daño a un ser humano ni, por inacción, permitirá que un ser humano sufra daño'' como la primera ley fundamental de la róbotica, demostró que los primitivos coletazos de la ciencia ficción futurista contaban con ciertos matices de ingenuidad.

Porque, antes de que un ser humano deba defenderse de una inteligencia artificial lo bastante avanzada como para suponer su extinción, está demostrado que primero debe preocuparse de sí mismo: de como la tecnología nos ha convertido en unos dioses que ni siquiera estaban preparados para entender su propia creación; algo que supone la piedra angular de la ambientación que ofrece Watch Dogs: Legion, la tercera entrega de la saga de hackers de Ubisoft.

De esta manera, en las siguientes líneas podréis ser testigos de un metafenómeno en el que podréis constatar cuáles son las principales luces y sombras de Watch Dogs: Legion gracias a la información que recibiréis en vuestros dispositivos y que yo he lanzado a la red neural de internet gracias a un ordenador.

Pero todo esto, al fin y al cabo, solo son datos; solo son dígitos y caracteres que vienen y van desde un par de máquinas sin las que ni tu ni yo podríamos vivir; demostrando que lo importante no es la tecnología en sí, sino cómo esta ha pasado a ser un órgano más de nuestro cuerpo que nos impide ver que lo verdaderamente importante se encuentra ahí fuera más allá de la pantalla o... ¿Quizás no?

No pasarán

Todo este discurso sobre las connotaciones que trae consigo la tecnología a nuestra forma de vida ha sido una manera de intentar conectar con la perspectiva que ofrece Watch Dogs: Legion sobre este mismo problema. Principalmente, porque esta tercera entrega de la saga nos pone frente a una DedSec que es puramente reivindicativa, pero con una dosis más diluida de gamberrismo que la de Watch Dogs 2 por la necesidad de hacer frente a algo mucho más grande. Como un adolescente que hace un par de pintadas en la pared entre risas para, al día siguiente, tener que confrontar al mismo apocalípsis.

Esta diferenciación de escalas en los dos bandos principales que se enfrentarán en Watch Dogs: Legion es importante a la hora de entender que estamos ante un conflicto bastante más serio; uno donde no hay un bien y un mal, sino un bien que a veces se ve en la necesidad de tirar hacia el mal y un mal que puede llegar a convertirse en el horror.

Watch Dogs: Legion
La trama de Watch Dogs: Legion nos hará enfrentarnos con todo tipo de entramados criminales

Prueba de esto último son los pasos iniciales que dan contexto a la aventura y a la trama: una nueva organización de terroristas informáticos ha hecho explotar un buen puñado de bombas por toda Londres y nos ha echado la culpa de ello; algo que supondrá una trama que quiere alejarse de la típica excusa argumental de limpiar nuestro nombre para transformarse en un cuadro donde aparecerán elementos mucho más llamativos e interesantes: una red de mercados negros, corrupciones, innovaciones tecnológicas que suprimen la libertad individual y un compendio de entramados criminales ante los que uno llega a sentirse aliviado de que no existan tal que así en la realidad.

Esta última parte es relevante porque despeja una de las principales dudas que teníamos al jugar a las primeras demos de Watch Dogs: Legion, las cuales consistían nos hicieron pararnos a pensar en si el sacrificio de un protagonista principal de cara a ofrecer un sistema de reclutamientos donde todo el mundo puede formar parte de DedSec iría en detrimento del argumento; algo que se ha resuelto con bastante soltura gracias a los villanos a los que tendremos que hacer frente y, sobre todo, al presentar una serie de situaciones que demuestran que, en ciertas ocasiones, DedSec atiende a la búsqueda del bien, pero que a su vez camufla otra filosofía subyacente a un mundo donde la tecnología es un sinónimo de opresión: la del sálvese quien pueda.

Watch Dogs Legion 7
El argumento del juego gana varios puntos gracias al carisma del futuro que plantea

No obstante, los principales antagonistas de la trama no resultan carismáticos por lo que son, sino por lo que hacen. Al igual que no son carismáticos por quienes son, sino por lo que todos ellos representan en conjunto. Algo así como un mosaico del horror que nos haría mirar con mucho más cuidado del que ya deberíamos tener sobre cómo gestionamos nuestros datos personales en las redes.

Esto último es importante por dos motivos: primero, porque Watch Dogs: Legion ofrece ciertos fragmentos de una trama que resulta verdaderamente impactante por alternar momentos relajados a otros realmente macabros y, en segundo lugar, porque esta cuenta con un potencial que el juego no ha querido aprovechar al contarnos más sobre aquellos personajes malvados que cargan con ella a sus espaldas; algo que deja patente una fricción de la que el juego sufre en el resto de sus apartados: presentar muy buenas ideas y quedarse a medio camino a la hora de explorarlas.

No obstante, el hecho de que Watch Dogs: Legion se olvide de la individualidad de un criminal concreto para centrarse en cómo su uso del poder y la tecnología son el villano real estructura un título donde las ganas de reivindicar los derechos humanos nace de forma natural en el jugador., lo cual se ve impulsado por cómo el juego despliega sus mecánicas a nivel jugable.

Watch Dogs: Legion
Watch Dogs: Legion nos transporta a una Londres oprimida por la tecnología

Por ejemplo, la ciudad de Londres está dividida en distintos distritos que se encuentran oprimidos por alguna de estas organizaciones criminales e irán perdiendo poder conforme realicemos ciertos encargos secundarios dentro de ellos; desde fotografiar pruebas que los incriminen hasta infiltrarnos en una de sus bases para sabotear un servidor de datos. Pero lo realmente importante de todo esto reside, una vez más, en esas ganas de Watch Dogs: Legion de transmitirte que su trama no es cosa de una ni de dos personas, sino de la lucha de las masas.

Es por ello que la recompensa principal que obtendremos al liberar un barrio será un nuevo agente para DedSec, lo cual nos viene como anillo al dedo para comenzar a hablar de uno de esos sistemas que, como decíamos antes, resulta tan rompedor que al propio juego le queda grande en ciertas ocasiones: los reclutamientos.

Todos somos DedSec

Lo habréis podido comprobar en uno de los muchos tráilers que Ubisoft ha ido lanzando sobre el juego en las últimas semanas, pero uno de los puntos centrales de la jugabilidad de Watch Dogs: Legion reside, esencialmente, en que podremos jugar como cualquier personaje que nos encontremos por las calles de la ciudad.

El procedimiento para que se unan a nosotros es simple, tanto que aquí es donde empieza a notarse que la DedSec de Watch Dogs: Legion no entiende de héroes, sino de recursos humanos con los que poder llevar a cabo sus planes. De esta manera, si hemos visto a alguien que nos llama la atención para que se una a nosotros bastará con que hablemos con él (o investiguemos sus datos personales con nuestro teléfono si no cuenta al principio con mucha simpatía por nuestra causa) y hagamos una pequeña misión para que se anime a unirse a la causa.

Watch Dogs: Legion
En el juego podremos reclutar a cualquier persona que veamos por la calle

Reclutar en Watch Dogs: Legion pasa a ser entonces una manera de pasar el rato y de alargar el tiempo de juego o de sumar activos a nuestra organizacón, pero no de exponer al jugador a tramas secundarias que sean relevantes o a que logre empatizar con sus soldados de campo, dado que, una vez más y como ya ocurría con los villanos del juego, no comenzaremos a sentirnos apegados a ellos por quienes son, sino por lo que son capaces de hacer.

En este sentido, Watch Dogs: Legion vuelve a caer en ese quiero y no me atrevo de presentar ideas realmente llamativas y no explotar todo el potencial que suponen en lo jugable. Principalmente porque, aunque cada personaje cuenta con unas habilidades únicas y ofrezca una forma de afrontar las misiones más o menos distinta, nos daremos cuenta de que las ventajas de cada uno resultan limitadas y hace que se encuadre en un grupo de personajes concreto: el que es capaz de usar drones, el que es hábil cuerpo a cuerpo, el que pude infiltrarse con facilidad o el que usa todo tipo de armas tecnológicas.

Parte de esta sensación agridulce viene, además, no solo de que los patrones de habilidades lleguen a repetirse, sino a que el juego presenta algunas condiciones de personaje que podrían suponer un factor realmente diferenciador de cada uno y no se atreve a llegar con esto todo lo lejos que podría. Hablamos de pequeños giros en el set de skills de un ciudadano como, por ejemplo, que cuente con un hipo espontáneo que haga ruido y que provoque que los enemigos lo detecten con facilidad en momentos aleatorios de una infiltración.

Habilidades que habrían generado situaciones en las que aparecería una diversión añadida al tener que aprender a lidiar con ellas, pero que no llegan superar la barrera de lo anecdótico, convirtiéndose así, una vez más, en una puerta que Watch Dogs: Legion abre, pero que no se atreve del todo a cruzar.

Un smartphone para dominarlos a todos

Parándonos ya en lo jugable, en ese conjunto de acciones que iremos encadenando mientras tenemos el mando en la mano, es preciso decir que, si bien es cierto que Watch Dogs: Legion presenta nuevas ideas en el gameplay básico de la saga, sus intenciones se centran en hacer que su fórmula principal sea más efectiva que nunca.

Y, si decimos esto, es porque no encontraremos en Watch Dogs: Legion grandes innovaciones de hackeo en las habilidades de nuestros personajes (más allá de algún caso puntual como poder piratear un dron de carga al que podremos subirnos y sobrevolar Londres), pero sí observaremos que todo aquello que ofrecían sus anteriores entregas está más trabajado y pulido.

Ahora hackear una clave de acceso para pasar por una puerta es mucho más intuitivo y sencillo que antes, al igual que lo es distraer a los enemigos para acabar con ellos de manera sigilosa, lo cual generará una sensación en el jugador que ya aparecía en los orígenes de la saga y que ahora es más potente que nunca: que este cuente con una gran sensación de poder y control sobre lo que ocurre dentro de una base enemiga.

Watch Dogs Legion 1
Contaremos con muchas herramientas diferentes a la hora de infiltrarnos en una base enemiga

Además, ha sido realmente esperanzador ir comprobando como Watch Dogs: Legion busca diferenciarse de otros juegos de mundo abierto de Ubisoft al animarnos a través de todas sus mecánicas y sistemas a afrontar las misiones de manera no letal. Y es que, aunque bien sea cierto que la posibilidad de arrasar con todo ser vivo que encontremos dentro de una base enemiga siga siendo una opción más que viable, la verdadera satisfacción aparece cuando hemos conseguido cumplir nuestro objetivo como un buen soldado fantasma; como uno que entra y sale sin que nadie sepa que ha pasado por allí.

Parte de esto último pasa por el hecho de que Watch Dogs: Legion es sumamente consciente de que debe potenciar aún más las mecánicas que lo diferencian de otro tipo de propuestas; porque sabe que infiltrarse con un dron araña para abrir una puerta que nos corta el paso ha de ser más satisfactorio que disparar a todo el mundo a diestro y siniestro; porque sabe que eliminar a un enemigo haciendo que un coche sin conductor se lo lleve por delante es más impactante que el mero acto de dispararle con una pistola convencional.

Watch Dog: Legion
Las mecánicas de hackeo vuelven a conformarse como las protagonistas de su jugabilidad

Una guía turística rápida de Londres para el criminal informático

Además de realizar encargos para liberar distritos o reclutar adeptos a nuestra causa, la Londres de Watch Dogs: Legion ofrece una serie de actividades con las que pasar el rato entre misión y misión: desde jugar a los dardos hasta beber cerveza hasta que nuestro hígado diga basta. No obstante, estas actividades se presentan en el juego como una simple curiosidad si lo comparamos con aquellas acciones que deberemos llevar a cabo tanto en las misiones principales de la trama, como en aquellas que nos otorguen los personajes que han ido apareciendo en ella. Y, en este sentido, hemos de decir que la cantidad de ambas es sorprendentemente abundante.

No obstante Ubisoft vuelve a caer aquí en una de las filosofías de diseño que generan más división de opiniones actualmente: más es mejor. Porque, si bien es cierto que cada capítulo de la trama tendrá un buen puñado de quests y cada villano requerirá de muchas acciones para ser derrocado, lo cierto es que la variedad de las situaciones que nos plantean se antoja algo escasa en algunos tramos de Watch Dogs: Legion: porque ya sea un servidor, un portátil del que extraer datos o un rehén a liberar, la mayor parte de las misiones se resumirán en entrar en una base enemiga, llevar a cabo una acción en ella y salir pitando de allí.

Watch Dogs: Legion
La recreación de Londres del juego es espectacular

Conclusiones

Si tuviera que destacar un elemento concreto de Watch Dogs: Legion que definiera a la perfección su propuesta es que, según las sensaciones que tuve al completar el juego, nos encontramos ante el hecho de que este ha hecho que la franquicia dé un paso más hacia la dirección correcta. Y, si decimos esto, es porque esta tercera entrega de la saga sabe ensalzar aún más sus principales bondades y deshacerse de aquellos otros elementos que interferían de forma negativa en su diseño.

Watch Dogs: Legion se conforma como una obra que todo fan de la franquicia podrá disfrutar; sobre todo, porque ofrece una jugabilidad más efectiva y menos dispersa que sus predecesores. Algo que, por otro lado, hará que aquellos que sean recién llegados a la misma se encuentren con un título que cuenta con grandes intenciones de acoger a nuevos usuarios por diversos motivos; desde la increíble representación de la ciudad de Londres hasta sus mecánicas de hackeo, pasando por un sistema de reclutamientos que podría convertirse en algo mucho más grande en el futuro.

Al final del día, Watch Dogs: Legion es una prueba más por parte de Ubisoft de que una franquicia de videojuegos puede mejorar con el tiempo si se toman las decisiones adecuadas; demostrando que a veces la intuición humana, en este caso la de un equipo de desarrollo, puede ser más efectiva que cualquier cálculo hecho con un ordenador.


Watch Dogs: Legion

Analizado en PlayStation 4

VideoGame
8.3
Puntuación Areajugones:
Notable
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Watch Dogs: Legion es la demostración de que una franquicia puede reencaminarse hacia la dirección correcta si se toman las decisiones adecuadas. Esta tercera entrega de la saga de hackers de Ubisoft ha sabido destacar aún más las virtudes de sus antecesores y deshacerse de aquellos elementos que interferían de forma negativa en su diseño. Todo ello para dar lugar a una obra de mundo abierto cuya representación de Londres conseguirá atraparte por su ambientación y por una jugabilidad más ajustada que nunca en la franquicia.

Gráficos

Argumento

Jugabilidad

Duración

  • La sensación de infiltración y sigilo es mejor que nunca
  • La trama presenta algunos momentos realmente impactantes
  • Los sistemas de mejora de los personajes resultan accesibles y variados
  • La recreación de Londres es impecable
  • La posibilidad de reclutar a cualquier personaje que veamos por la calle
  • El sistema de reclutamiento impide que empaticemos de verdad con un personaje
  • La variedad de algunas misiones resulta algo escasa
  • La inteligencia artificial de los enemigos resulta pobre en algunas situaciones
Duración: 30-50 horas
Jugadores: 1 jugador
Idiomas: Voces y textos en español

Política de puntuación

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Ubisoft Watch Dogs: Legion

Redactado por:

Crecí rodeado de naturaleza y campos de trigo, pero con la cabeza llena de historias sobre dragones y planetas lejanos. Después me hice psicólogo para poder fascinarme con las historias de los demás.