El asentamiento de los indies como un sector sólido dentro del mundo del videojuego nos ha garantizado obras más que sobresalientes en múltiples géneros. Sin embargo, puede que no haya un enfoque mecánico que más haya disfrutado de su auge que los metroidvania, ese conjunto de producciones que, tomando como referencia las filosofías originales de Metroid y Castlevania, se ha convertido en uno de los más populares de la actualidad. Así, hemos disfrutado de entregas del calibre de Hollow Knight, Dead Cells, Salt and Sanctuary, Dust: An Elysian Tail, Guacamelee!, ambas entregas de Ori, The Messenger, Sundered... Y la lista no hace más que seguir; un hecho a tener en cuenta de cara a comprender las bases que sustentan la interesantísima propuesta de Aeterna Noctis.
En este sentido, resulta palpable que el equipo español de Aeternum Game Studios ha estudiado profundamente a los iconos del subgénero, lo suficiente como para que, a pesar de la visibilidad de sus musas, el juego cuente con la innovación y personalidad necesarias como para distinguirse. Así, pues, hemos tenido la oportunidad de catar uno de los niveles del título en aras de brindar una valoración sobre el mismo y, tal y como podrán confirmar a lo largo del escrito, las conclusiones son positivas: el viaje del Rey de la Oscuridad es uno que se perfila a considerarse imprescindible para quienes hayan disfrutado de cualquieras de las producciones citadas con anterioridad. Por lo tanto, los invitamos a leer nuestras primeras impresiones de Aeterna Noctis, uno de los metroidvanias más prometedores de la actualidad.
Retomando lo anteriormente afirmado, Aeterna Noctis cuenta con una marcada inspiración que nos da la oportunidad de delimitar rápida y eficazmente qué pretende ofrecer al jugador. El trabajo de estudios como Team Cherry y Thunder Lotus Games se presentan, a prori, como los que más similitudes poseen en relación a la obra, resaltando en el proceso una serie de claves comunes que arman el exoesqueleto de su propuesta general. Mundo interconectado, énfasis en la libertad de movimiento, árbol de habilidades basado en puntos obtenidos tras vencer enemigos, dificultad estimable, gran cuidado audiovisual, singularidad artística, relevancia en la verticalidad, vida regenerable a través del combate, jefes finales por patrones, áreas secretas, exigentes secciones de plataformas... Las simetrías del producto con sus congéneres exitosos nunca son ocultadas sino que, en cambio, son exponenciadas a través de aproximaciones propias y distintivas.
He ahí, primordialmente, el atractivo del título: su capacidad de seguir la estela de los clásicos del género sin incurrir en la monotonía de la copia. A pesar de que el párrafo previo pueda pecar de reduccionista, es de especial utilidad para sintetizar cómo funciona Aeterna Noctis sin desmenuzarlo al punto de arruinar lo llamativo de ir descubriendo paulatinamente la manera en que los engranajes se conectan para dar forma a la plenitud de su estructura. Porque, en efecto, podríamos discutir la destacable variedad de enemigos, la desafiante conformación de los mapas y el uso religioso de la noción 'fácil de entender, difícil de dominar', mas hacerlo restaría valor, como buen juego de acción y aventuras que es, al concepto de descubrimiento que ostenta. Lo que sí deben saber, aun así, es que tanto las características enlistadas sobre este parágrafo como las que se encuentran dentro de él son ejecutadas con una respetable autoridad; lo que Aeterna Noctis propone, lo suele proponer con excelencia.
Asimismo, es imperativo señalar que se trata de una travesía notablemente compleja porque, desde plataformas con rompecabezas, encuentros multitudinarios con enemigos diversos, disposición simultánea de varias armas físicas y un orbe que arroja tanto flechas como marcas que nos permiten teletransportarnos a cortas distancias, Aeterna Noctis se hace complicado de perfeccionar. Ello, no obstante, es una realidad plenamente positiva pues, además del propio regocijo que representa superar sus retos, asimismo se trata de una obra que se hace más y más divertida a medida que logramos domar su jugabilidad y encadenar una serie de combinaciones, tanto de ataques como de desplazamientos, que nos llevan a explotar al límite las capacidades de nuestro avatar. Es decir, combina la satisfacción de los sistemas teóricos de progresión -más daño, más puntos de vida, más arsenal- con la satisfacción de los sistemas prácticos de progresión -mejor manejo de las mecánicas del juego-.
Paralelamente, también se torna indispensable destacar el trabajo visual tras la producción pues, en todo sentido, Aeterna Noctis es una iteración con un sentido estético fenomenal. Salvo los personajes, que por los momentos cuentan con un mejorable acabado, Aeternum Game Studios ha desarrollado una propuesta diversa y preciosa en términos artísticos, destacando elementos como los jefes finales y las zonas gracias a su compenetración y a su calidad individual. Aunque solo tuvimos acceso a un único nivel, es tangible asumir que este es una perfecta referencia de qué se puede esperar del resto de la epopeya; una inferencia que, además, nos sentimos cómodos de realizar gracias a que lo apreciado en los tráileres del juego pueden disipar cualquier duda en torno a lo grandioso de su ambientación.
Claro está, Aeterna Noctis es un videojuego que dista de ser impoluto, pero ello se debe más a molestias corregibles que a inconvenientes con la raíz de su diseño; la experiencia no se ve arruinada por sus presencias, y es de asumir que su lanzamiento final no las tendrá. El hecho de que las principales críticas que podamos esgrimir respecto a esta versión de prueba sean relativas nimiedades como la extenuante repetición del grito de nuestro protagonista al morir -se fallece mucho y se renace instantáneamente en un punto de control- o la difícil labor de diferenciar plataformas y amenazas del fondo debido a su eventual simbiosis visual es, de cierta forma, un halago para una obra que, en la práctica mayoría de los casos, solo merece adjetivos positivos. Esperamos, eso sí, que mejoren aún más los controles pues, como ha demostrado Hollow Knight, son imprescindibles para que un metroidvania se acerque a la perfección.
Con un profundo conocimiento del funcionamiento del género y una aproximación particular que resalta por una calidad visual sobresaliente y un entramado mecánico desafiante y satisfactorio, no tememos en describir a Aeterna Noctis como un potencial representante destacado de su estirpe. Aeternum Game Studios nos convida a un prometedor metroidvania que se perfila a volverse una recomendación automática para los seguidores de travesías de esta índole, por lo que nuestras más que agradables sensaciones nos llevan a exhortar inevitablemente el seguimiento de su estreno. Uno que, recordamos en aras de concluir, se dará para PC, Nintendo Switch y consolas de Xbox y PlayStation este mismo año.
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