Desde hace muchos años, Pixar nos tiene acostumbrados a hablarnos sobre aspectos de nuestra vida particularmente personales y emotivos. El poder de la amistad, de la familia, la importancia de ser uno mismo... En sus últimas entregas, el estudio se ha centrado en historias de crecimiento y madurez. Y con ese propósito, entre polémicas sobre llegadas y salidas de los cines, "Red" aterriza directamente en Disney Plus el próximo viernes 11 de marzo. La cinta, la número 25 del estudio, podrá verse únicamente en la plataforma de streaming sin ningún tipo de coste adicional.
La historia de "Red" sigue la vida de la joven Mei, una niña canadiense de 13 años de ascendencia china. Mei es la típica hija perfecta que siempre busca la aprobación de su madre. Es muy madura para su edad, es educada, saca muy buenas notas, ayuda con las tareas de la casa y en el templo que cuidan sus padres, no se mete en líos y (supuestamente) no sigue las modas pasajeras y "ordinarias" que van y vienen por el instituto. Aunque no es muy popular, tiene a su grupo de amigas con las que sueña con poder ir al concierto de la banda adolescente 4Town. Sin embargo, un día Mei se despertará convertida en un enorme panda rojo, animal con el que su familia guarda un vínculo muy especial. Una transformación que tendrá que aprender a controlar gestionando sus emociones.
Identificación y mirada femenina
Lo que pretende contar "Red" es algo por lo que todo el mundo ha pasado: las dificultades de crecer. Pero la película viene acompañada de una mirada femenina muy necesaria. Hasta ahora, en Pixar solo 3 películas habían tenido una mujer como la protagonista principal: "Brave", "Del Revés" y "Buscando a Dory". "Red" se une a la lista y lo hace sin complejos. Si va a tratar la madurez y el paso de niña a adolescente por parte de Mei, lo va a hacer hasta el final. Las chicas de su edad se tienen que poder identificar con todo lo que le está ocurriendo. Por eso, le van a empezar a gustar ciertos chicos, va a estar insegura con su cuerpo, va a sufrir cambios muy bruscos en su estado de ánimo e incluso se juega con chistes y comparativas sobre la regla. El realismo mágico y la cultura china sirven como herramienta para darle contexto, humor y dramatismo al conjunto.
De primeras esto choca mucho, pero lo hace en el mejor de los sentidos. Los de Mei son unos comportamientos y actitudes muy atípicos en el cine pese a ser algo cotidiano en la vida real. Aquí, que los departamentos principales en la producción de "Red" estuvieran liderados por mujeres les ha permitido ser valientes en ese aspecto y la cinta gana enteros gracias a ello. Para crear referentes, hay que estar apegado al público al que te quieres dirigir, a lo que les pasa y les preocupa. Con Mei lo consiguen de lleno. Brillante.
Mei, voz generacional
"Red" está ubicada en Toronto en los primeros años de la década de los 2000. Y eso último es otra de las cosas que más llama la atención. Hasta ahora, el estudio no le había dado particular importancia al momento temporal en el que se desarrollan sus películas. El grueso estaba en su historia, siempre universal. Pero es que con esta cinta lo que busca no es solo contar algo con lo que todos nos podamos sentir identificados, especialmente las niñas. Busca retratar a una generación muy concreta. A esa gente de veintipico/treintaipico años que creció en aquella época, con las modas de ropa y peinado del momento, la explosión de las bandas de pop/rock adolescente (la banda sonora es adictiva) y los tamagotchis.
Es un retrato genial de unos años que ya quedan lejos pero que los que lo vivimos recordamos con cariño (¿no lo hace todo el mundo?). Así, los cambios que experimenta Mei en "Red" son los mismos que los de cualquier chica de su edad en cualquier momento de la historia, pero todos sus conflictos y contradicciones se expresan a través de fenómenos muy concretos ligados a esos años. Si se enfada con su madre es porque ir al concierto de 4Town es la mejor experiencia que vivirá nunca, si va a intentar ganar dinero se va a poner a vender pins y pegatinas... Todo es muy universal y a la vez muy concreto. Y le da un carisma genial a un personaje que lo es todo en la película. Los secundarios están genial, pero Mei es uno de los personajes mejor desarrollados y más completos que ha hecho nunca Pixar.
Y ese espíritu generacional se manifiesta además en el propio apartado técnico de la película. Pixar es la compañía que mejor desarrolla su estética visual, llegando a detalles impensables. En "Red" lo hacen también (el panda rojo es una delicia, dan ganas de abrazarlo todo el rato), pero además conjuga ese estilo clásico de sus películas con uno muy particular, el anime. Tiene sentido, en aquellos años en los que internet aún no estaba tan desarrollado y globalizado como ahora, las series de anime y los cómics manga empezaron a llegar como churros desde Asia al resto del mundo. Y encima, Mei -como la directora- es a la vez occidental y oriental, por lo que es una combinación que habla mucho del propio personaje. El resultado es espectacular, mostrando un dinamismo y unas expresiones que hasta ahora no se habían visto en Pixar.
¿Cumplir las expectativas?
Aun con todo esto, el filme adolece de algunos problemas. El más evidente es que la de Mei, pese a todo lo original de su propuesta tanto artística como narrativamente, no deja de ser una historia muy convencional sobre hacerse mayor. Es uno de los temas más repetidos en el cine familiar y, aunque es bastante buena y sólida, "Red" tampoco es lo mejor que se ha hecho. Al acabar, la sensación es la de haber visto un coming-of-age muy simpático, con unos personajes geniales y divertidos, pero nada más. Y da rabia, porque sabes que en realidad lo que has visto está bien y te ha gustado. Pero esperabas más.
Quizá parte de la culpa de esa sensación la tiene la propia firma de Pixar. Desde sus primeras películas, el estudio se ha convertido en el más puntero e importante en el terreno de la animación. Y cuando todas tus historias aspiran a la máxima excelencia y a trascender en el imaginario colectivo para siempre, sacar una con ambiciones más "terrenales" hace que sea vista como algo menor. Pese a que esté muy bien hecha, como es el caso de "Red". No es justo juzgarla comparándola con joyas como "Del Revés" o "Soul", pero en cierta manera es inevitable. Tiene su clímax emotivo marca de la casa, pero es mucho menos potente que en otras ocasiones. Y tampoco descubre la rueda con una verdad universal sobre la naturaleza humana. Sus límites están mucho más reducidos.
Conclusión
En resumen, "Red" es una buena película de madurez. Una historia divertida, valiente y empoderada sobre la llegada de la pubertad, con una protagonista maravillosa y un estilo visual impresionante que entremezcla el anime con la animación occidental 3D. Cumple con su doble objetivo de retratar una edad y un momento generacional muy concretos. El regusto es agridulce porque no va más allá, como suele ser tradición en Pixar. Pero si se hace el esfuerzo de valorarla simplemente por lo que es y no por la herencia que arrastra, se descubrirá una historia muy bonita, con la que es fácil identificarse y que merece la pena.
Sobre la llegada de la pubertad, con una protagonista maravillosa y un estilo visual impresionante que entremezcla el anime con la animación occidental 3D. Cumple con su doble objetivo de retratar una edad y un momento generacional muy concretos. El regusto es agridulce porque no va más allá, como suele ser tradición en Pixar. Pero si se hace el esfuerzo de valorarla simplemente por lo que es y no por la herencia que arrastra, se descubrirá una historia muy bonita, con la que es fácil identificarse y que merece la pena.