Para poder empezar a hablar de Pokémon Escarlata y Púrpura me veo en la obligación moral de aclarar cuál ha sido mi postura frente a la saga desde que era pequeño. Supongo que muchos de vosotros y vosotras estaréis esperando que lance al aire todo tipo de halagos repletos de nostalgia por ser una de esas franquicias que te acompañan de la mano desde siempre. Pero nada más lejos de la realidad.
Yo era ese chaval que te miraba con una cara de aburrimiento descarada cuando empezabas a hablarle en el colegio de que si Pikachu había hecho no se qué en el último capítulo que echaron el fin de semana a las 7 de la mañana en la televisión. ''¿Por qué esta gente prefiere pegarse el madrugón para eso antes que dormir un rato más?'' Eso es lo único que pensaba.
Si mirabas a un grupo de gente jugando a los míticos Tazos, me podrías ver alejado de ellos comiéndome la bolsa de matutano (lo que había dentro, la bolsa como tal no) y regalando el que me tocase a otra persona que le pudiera dar mejor uso que yo. Pero llámalo cosas del destino o simples coincidencias, mi opinión de Pokémon cambió radicalmente cuando tuve que analizar en esta misma casa Espada y Escudo hace un par de años.
Casi 20 años más tarde de todo aquello tuve la oportunidad de jugar a un título de la saga de principio a fin y no solo eso, sino de compartir con otros compañeros periodistas esa experiencia que me perdí cuando tenía menos de 10 años. Por fin estuve dentro de ese grupo de chavales que compartían tazos en el patio del recreo.
Ahora en el momento presente estáis leyendo el texto de una persona que ha tenido que rendirse ante la evidencia: Pokémon es la hos*** y he tardado demasiado tiempo en darme cuenta de ello... pero nunca es tarde. Ahora he podido probar una versión preliminar de Escarlata y Púrpura y os voy a contar, desde mi humilde experiencia, qué me ha parecido.
Como entiendo a la perfección que quizás mi fuerte a la hora de hablaros de el juego no sea contaros todos los detalles específicos que pude ver en él, dado que habrá otros compañeros con mucha más experiencia que sepan a la perfección cuáles son relevantes y cuáles no (como Javi, que es un crack de Pokémon y hace tiempo contó cuál era su preocupación con Escarlata y Púrpura), lo cierto es que quería preparar estas impresiones desde las sensaciones que me dejó como nuevo fan de la saga.
Esto último es importante porque también he estado en el otro bando: he sido de los que han criticado el juego por haber mantenido siempre la misma fórmula jugable desde hace un par de décadas de años. Pues bien; ahora puedo decir con total seguridad que Game Freak ha querido callarnos la boca a aquellos que solo sabíamos decir eso sobre Pokémon. Os explico por qué a continuación:
Si antes os contaba que soy nuevo fan de Pokémon no era tanto por excusarme en cuanto a que tengo bastante menos experiencia con la saga que muchos de vosotros y vosotras, sino por poder explicar mejor una sensación que tuve mientras jugaba a aquella demo de Escarlata y Púrpura.
La cosa es que, al descubrir en Espada y Escudo la típica experiencia más condensada de un juego clásico de la saga, me encantó comprobar como el juego podía ser muy profundo y denso sin la necesidad de sus contenidos estuvieran muy desperdigados por ahí. Pues bien, esto es algo que me preocupa un poco con respecto a Escarlata y Púrpura en relación a aquellos que busquéis una experiencia Pokémon de toda la vida:
¿Es esto último que acabo de comentar malo per sé? Por supuesto que no. Quiero que eso quede claro; quiero que quede claro que mis sensaciones encontradas son fruto de que acabo de darme de bruces con la saga y quiero poder experimentar algo más parecido a lo que ofrece de forma clásica. Pero esto último no quita que Pokémon Escarlata y Púrpura no sea lo que muchos de vosotros siempre habéis querido. La saga se abre a un mundo inmenso donde todo se siente mucho menos artificial que antes. Parece que esta vez sí, Game Freak... esta vez sí.
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