Crítica 1x10 de La casa del dragón: Una conclusión redonda para una de las mejores series del año

A diferencia de las temporadas de Juego de Tronos, que solían guardar sus momentos más intensos y espectaculares hasta el noveno episodio, La casa del dragón los ha reservado para el décimo. Y es que si el anterior capítulo os ha parecido algo lento o transitorio os puedo asegurar que este no os va a decepcionar. El episodio gira en torno a Daemon y Rhaenyra, el bando de los negros, junto a quienes vuelven los dragones y la acción. 

A diferencia de los verdes, la reina y su esposo han recibido las noticias de la muerte del rey mucho después de la coronación de Aegon II. Es por ello por lo que no disponen del tiempo que han tenido Alicent y los suyos para preparar sus tropas y asegurar sus aliados. Así, la trama se centra en el frenesí diplomático y estratégico al que se enfrenta la joven reina, quien intenta mantener la compostura mientras lucha por el trono de hierro.

Rhaenyra y Daemon se vuelven a comer la pantalla

Tanto la reina legítima como su esposo y tío son los personajes más poderosos e importantes del bando de los negros. En este episodio los encontramos algo divididos debido a que tienen diferentes opiniones sobre cómo recuperar el trono. Mientras que Rhaenyra busca la diplomacia y quiere evitar muertes innecesarias, Daemon opina que el mejor curso de acción es usar sus dragones para destruir a la oposición.

La actitud de Daemon en este episodio y los sentimientos velados que muestra en ciertas escenas me han encantado. En un primer momento, puede parecer que no le importa Rhaenyra, que está cegado por su ira y simplemente quiere destruir a todos los que se le opongan. Pero si nos fijamos en su reacción cuando Ser Erryk trae la corona de su hermano, podemos observar que más que la ira, lo que mueve a Daemon es una amarga tristeza. 

Esto es algo que se ha ido revelando poco a poco con las miradas de pena y compasión que el príncipe le dedicaba a su moribundo hermano. Y es que, si bien Daemon era una fuerza caótica que le complicaba el reinado a Viserys, queda claro que lo único que buscaba era tener su respeto y admiración. El príncipe quiere la muerte de Alicent y los suyos no solo por usurpar el trono, sino también porque cree que traicionaron a su hermano y conspiraron para matarlo. Con todo esto, es capaz de reprimir su naturaleza impulsiva con tal de ser fiel a la mujer que ama: Rhaenyra.

Los dragones tienen más protagonismo que nunca

Una de las conversaciones más importantes para el resto de la serie tiene lugar en el consejo de guerra que ocurre tras el aborto de Rhaenyra. Allí, Daemon señala que, a pesar de no ser superiores en tropas, disponen de más dragones que sus enemigos. Y es que, los poderosos reptiles alados son una fuerza tan temible que pueden cambiar el curso de batallas e incluso guerras.

• A pesar de tener más dragones, Rhaenyra señala que muchos no han estado en ninguna guerra. ❌
• Esta falta de experiencia hace que los más pequeños sean menos útiles y más vulnerables. ❎
• Así, queda claro que Aemond y Daemon son las armas más poderosas de cada bando. ⚡
• Mientras el tuerto dispone de la dragona más grande de los Siete Reinos, Daemon tiene más experiencia y un dragón sanguinario. ❗

Todo lo anterior queda bastante claro en la conclusión del capítulo, donde vemos lo que es capaz de hacer un dragón como Vhagar cuando se enfrenta a un espécimen joven. A pesar de que son muy importantes, dudo que los veamos en acción al principio de la siguiente temporada, ya que luchar con dragones tiene consecuencias muy perjudiciales. 

Los Targaryen también pagan sus deudas

El final de este capítulo es de lo mejorcito que he visto hasta la fecha. Cuando Lucerys acude a negociar con uno de los señores que no ha declarado su lealtad a ninguno de los bandos, se encuentra con que Aemond ha ido allí con el mismo propósito. Esta situación hace que los dos príncipes se enfrenten verbalmente y termina con una petición escalofriante. 

Aemond le exige a Lucerys que se saque un ojo y se lo entregue como pago por la herida que le infligió cuando eran niños. Tras amenazarlo un par de veces, ambos montan y comienza una frenética persecución por los cielos. Esta secuencia recuerda al final de Cómo Entrenar a Tu Dragón, durante el cual la madre de dragones persigue a Hipo y Desdentado entre las nubes. 

Mientras Lucerys vuela sobre su pequeño dragón, vemos la enorme sombra de Vhagar entre las nubes, mientras la risa alocada de Aemond resuena sobre los truenos y la lluvia. Poco a poco se vuelve evidente que el hijo de Rhaenyra no tiene ninguna oportunidad y que Daemon tenía razón al afirmar que los reptiles alados pueden aniquilar a sus enemigos en un abrir y cerrar de ojos. 

Aemond obtiene su venganza contra el hijo bastardo al que tanto odia con una acción que también funciona como declaración de guerra. Ahora que el bando de Alicent ha matado a uno de los hijos de Rhaenyra es inevitable que la nueva reina les devuelva el golpe. La danza de los dragones ya ha comenzado y se ha cobrado su primera víctima.

Un final de película

A pesar de que la muerte de Lucerys habría sido una conclusión bastante potente por sí sola, La casa del dragón va un paso más allá. En su secuencia final vemos la reacción de Rhaenyra cuando recibe las noticias de la muerte de su segundo hijo. Su expresión al girarse para mirar a la cámara lo dice todo, una dura y fría máscara que esconde el dolor y la ira de una orgullosa reina traicionada.

Gracias a la atención al detalle de La casa del dragón, sus guionistas logran dar profundidad a los personajes y crear momentos de amarga ironía que nos dejan devastados. Su conclusión está marcada por Lucerys, quien decide afrontar por fin su destino, solo para que todos sus miedos se cumplan. Al final ha resultado que el asustadizo príncipe tenía razón.

El cierre de la primera temporada me ha parecido muy acertado y aunque termina con un cliffhanger no me ha dejado con esa sensación de vacío que dan muchas otras series. Opino que han logrado cerrar casi todos los arcos de personaje y las subtramas que pusieron en marcha desde el primer episodio. Estoy seguro de que la ficción televisiva se ha ganado un sitio al lado de las mejores temporadas de Juego de Tronos y tengo muchas ganas de ver cómo continúa.