Dudo mucho que conozcas 'Shogun', una miniserie estadounidense emitida a través de NBC en 1980 y que constó de 5 capítulos ambientados en el Japón feudal. Una superproducción televisiva como nunca se había hecho antes que contó con un reparto de lujo y una trama de lo más interesante. Sin embargo, esta adaptación de la novela escrita por James Clavell no es más que recordada por unos pocos nostálgicos. Menos mal que FX ha recuperado el proyecto, dotándole de una segunda vida y con una ambición técnica y narrativa que, al menos yo, no he visto desde 'Juego de Tronos'.
Ambientada en el Japón de 1600, en 'Shogun' seguimos los pasos de lord Yoshii Toranga, quien lucha por su vida mientras que sus enemigos en el Consejo de regentes se alían contra él cuando un misterioso barco europeo aparece abandonado cerca de un pueblo pesquero. Si esta sinopsis no te parece lo suficientemente interesante, estas son mis primeras impresiones tras devorar los dos primeros capítulos de 'Shogun'.
No he leído la obra original escrita por James Clavell, pero los dos primeros episodios de 'Shogun' son suficientes para constatar que estamos ante un drama histórico fascinante que se toma ciertas licencias para construir un mundo narrativamente complejo. Si series como 'Juego de Tronos' o 'House of Cards' te volaban la cabeza por sus intrigas políticas, 'Shogun' va un paso más allá y sustenta casi todo su atractivo en diálogos complejos y repletos de matices.
John Blackthorne y su aventura es increíble. Tengo que seguir profundizando en este personaje, pero se le avecina una trama difícil que le obligará a sacar su instinto de supervivencia y ponerlo al límite.
Yendo más allá de la trama, Shogun es un ejercicio a estudiar por su arrojo técnico. Es una miniserie visualmente bella, en la que cada plano está perfectamente medido. Se nota muchísimo el elevado presupuesto con el que han contado sus showrunners para trasladar la complejidad de la novela de James Clavell en formato miniserie. 10 capítulos de 1 hora de duración que superan lo visto en cuanto a estética a la serie con la que muchos le comparamos, 'Juego de Tronos'.
¿Lo más sorprendente de 'Shogun'? Que sea capaz de ser una serie íntima, en la que priman los diálogos y los silencios, al mismo tiempo que posee la ambición y la épica de las grandes superproducciones. Se vale para ello de una historia sólida, con muchos personajes y cierta actualización del texto original por lo que he leído, al mismo tiempo que se convierte en una de las mejores producciones televisivas de la historia a nivel técnico.
Necesitamos más series como 'Shogun', más proyectos valientes que recurren al pasado para actualizarlo a nuestros tiempos. Se agradece que Justin Marks y Rachel Kondo hayan apostado por la novela de James Clavell para aproximarla a un público más joven que probablemente desconocía su existencia y la de aquella miniserie de 1980 que tan olvidada ha quedado.
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