Los tiempos cambian. Vivimos en una época donde la publicidad está muy controlada, donde el marketing y la publicidad intenta llamar la atención pero sin estar vinculado demasiado a colectivos o sexo. Algunas voces dicen que nos hemos vuelto la generación de cristal, que no toleramos ya según que comportamientos y yo personalmente no voy a entrar en nada relativo a si esto era mejor entonces o es mejor ahora, ese no es mi trabajo. Pero sí me resulta interesante mostraros los cambios de las compañías con los años.
Es llamativo como por ejemplo ahora mismo Nintendo tiene una imagen de marca purista, muy respetuosa con su público y que jamás levantaría ampolla en nadie con ningún tipo de comunicación sexista o irrespetuosa. Pues veréis que las cosas han cambiado mucho.
Seguramente estos anuncios impresos de la época os choquen mucho con el concepto que tenemos actualmente de Nintendo. La promoción de Game Boy, por ejemplo, fue increíblemente potente, ya que fueron la primera portátil de la historia, y no dudaron un momento en destacar las virtudes de poder llevarte la consola a la calle y poder usarla cuanto tú quieras.
Con la llegada de Nintendo 64 quisieron hacer una comparativa de las sensaciones de la vibración del mando de la consola con las sensaciones de tocar unos abdominales. ¿Qué pasaría si viéramos esto ahora mismo?
Fue a partir del lanzamiento de GameCube cuando la marca empezó a centrar sus esfuerzos en construir una imagen de marca mucho más familiar, cercana y para todos los públicos.
PlayStation quizás siempre ha sido la compañía de videojuegos que ha tenido un toque más gamberro a nivel de marketing. No obstante mientras que en la década de los 90 se contuvieron mucho más y sus campañas eran algo más clásicas, en los años 2000 entendieron que su público era un tarjet joven y quisieron vincularse con este con campañas agresivas donde entran drogas, looks arriesgados y ese toque bizarro. Posiblemente el anuncio de la PSP en color blanco hoy en día le costaría el puesto a todo ese departamento.
Sony se creía en los 2000 con el poder de hacer cualquier cosa, así lo demostraban sus campañas de publicidad y así se vio con PS3, consola con la que fracasaron tras un exceso de confianza proviniente del éxito de sus anteriores máquinas.
Nadie se quiso perder la fiesta y la mayoría de marcas, guiadas por un sentimiento común, empezaron a hacer campañas de lo más atrevidas, no había problema en sexualizar a mujeres u hombres, lo importante era generar un impacto en la persona que veía la publicidad.
Hoy en día las marcas se alejan cada vez más de ese tipo de publicidad tan enfocada a la persona y se centran casi exclusivamente en remarcar las virtudes de su producto más que en generar un impacto en la persona. PlayStation y Xbox se centran por ejemplo en promocionar su catálogo de juegos o servicios como PS Plus y Xbox Game Pass, mientras que Nintendo opta por destacar mucho las oportunidades de Switch como consola para disfrutar en familia o amigos.
En 20 años ha habido una evolución brutal y muchas veces en la publicidad como en las modas, todo responde a ciclos. ¿Volveremos en un tiempo a una publicidad más agresiva?
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