He pasado las últimas semanas regresando a las tinieblas de Darkest Dungeon II, esta vez con su nuevo DLC Inhuman Bondage. Como fan de la saga desde sus inicios, la ausencia del Abomination en el juego base fue una de esas pequeñas espinas que, aunque no arruinaban la experiencia, siempre estaban ahí. Por eso, cuando Red Hook Studios anunció su regreso, mis expectativas estaban por las nubes. ¿El resultado? Un nuevo contenido que no solo hace justicia al personaje original, sino que además viene acompañado de una actualización gratuita que revoluciona el juego.
La estrella del DLC es, sin duda, el Abomination. Red Hook ha conseguido que su regreso se sienta natural y fresco a la vez. A diferencia de otros personajes DLC que he visto en juegos similares, aquí hay un verdadero esfuerzo por integrar al personaje tanto mecánica como narrativamente. El proceso de desbloqueo de sus habilidades, que refleja su progresiva transformación de un débil alquimista a una bestia imparable, es simplemente brillante.
Lo que más me ha impresionado es cómo han mantenido la esencia del personaje mientras lo adaptan a las nuevas mecánicas de DD2. El equilibrio entre riesgo y recompensa sigue ahí: usar la forma bestial del Abomination sigue siendo tremendamente poderoso, pero el coste en cordura para el equipo te hace pensar dos veces antes de transformarte.
Las nuevas Catacumbas son quizás el aspecto más controvertido del DLC. Como veterano de la saga, no puedo evitar sentir que Red Hook podría haber hecho más con esta zona. Es bonita, está bien diseñada y los nuevos enemigos con efectos de "Slimed" son interesantes, pero su naturaleza compacta, similar a The Sluice, me deja con ganas de más.
Sin embargo, debo reconocer que esta decisión tiene sentido desde el punto de vista del diseño y me explico. Las Catacumbas funcionan como un perfecto interludio entre regiones mayores, ofreciendo un cambio de ritmo bienvenido sin sobrecargar las partidas y esto hace que todo se sienta bastante más homogéneo y entretenido.
La verdadera joya de este lanzamiento es, irónicamente, el contenido gratuito. El modo Kingdoms es prácticamente un juego nuevo dentro de DD2, añadiendo una capa de estrategia que recuerda a los juegos de mesa y realmente mola muchísimo. Es fascinante ver cómo transforma la experiencia base en algo completamente nuevo sin perder su esencia.
Este modo no solo da nueva vida al juego base, sino que también hace que el DLC brille aún más. Poder utilizar al Abomination en este nuevo contexto estratégico multiplica su valor y versatilidad.
Por 9,75€, Inhuman Bondage ofrece un paquete que, aunque no es perfecto, demuestra que Red Hook Studios entiende lo que hace grande a Darkest Dungeon. El regreso del Abomination está magistralmente ejecutado, las Catacumbas, aunque pequeñas, están bien diseñadas, y el modo Kingdoms gratuito eleva todo el conjunto a un nuevo nivel.
Para los fans de la saga, es una compra obligada. Para los nuevos jugadores, representa una excelente oportunidad para sumergirse en las profundidades de DD2 con más contenido que nunca. Y para mí, personalmente, es un recordatorio de por qué Red Hook Studios sigue siendo uno de los mejores estudios en entender qué hace especial a sus juegos. Puede que las Catacumbas no sean todo lo que podrían haber sido, pero cuando tu mayor crítica es "quiero más de esto", sabes que estás ante algo especial.
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