Dragon Ball Daima tiene muchos errores, pero hay uno muy grave

Cuando hablamos de narrativa, hay una regla fundamental que todos los autores conocen: El arma de Chéjov. Esta famosa máxima sugiere que, si introduces un elemento en una historia, este debe cumplir un propósito. Si en el primer acto cuelgas una pistola en la pared, en algún momento debe dispararse. Pero, ¿qué pasa cuando un elemento tan prometedor nunca cumple su función?

En Dragon Ball Daima, este dilema se presenta a través de los Apegabichos, un insecto proveniente del Reino de los Demonios que, según nos prometen, es un método único de fusión. Sin embargo, después de ser introducido con gran misterio y expectativa, estos Apegabichos nunca se utilizan, dejándonos con la sensación de haber visto una pistola colgada en la pared que nunca disparó.

La Promesa de la Fusión

Los Apegabichos son insectos pequeños que, al ser consumidos por dos usuarios distintos, permiten que estos se fusionen de manera instantánea, uniéndose físicamente y energéticamente en una sola entidad. Este método tiene una clara similitud con los poderosos pendientes Pottara, sugiriendo una fusión no solo física, sino también energética y espiritual. Sin embargo, el misterio crece aún más cuando vemos en el cartel de compra del insecto que podría haber una opción para que hasta tres guerreros se unan. Esto sugiere que la fusión podría ser más compleja de lo que imaginábamos inicialmente.

Este detalle visual refuerza la idea de que el Apegabicho se asemeja más a los pendientes Pottara que a la famosa danza de la fusión, ya que no requiere movimientos sincronizados, sino que actúa como un catalizador instantáneo para la unión de guerreros. Este enfoque podría haber añadido una capa fresca y emocionante a la saga, presentando una fusión rápida y poderosa.

El Arma de Chéjov no tiene balas

A pesar de lo prometedor que resultaba este insecto, la gran pregunta sigue siendo: ¿por qué nunca se ha usado la fusión esperada? Los Apegabichos fueron introducidos con mucho énfasis, pero al final no han sido empleados en la historia. Y aquí es donde entra en juego la famosa regla de El arma de Chéjov. Si algo se presenta con tanta relevancia, debe tener un propósito dentro de la narrativa. Si en el primer acto introduces un objeto, debe cumplirse en algún punto. Los Apegabichos fueron presentados como una vía para una fusión espectacular, pero al no usarlos, se convierte en un elemento que no tiene sentido dentro de la trama. Este vacío narrativo deja una sensación de frustración, como si nos hubieran mostrado algo que nunca llegó a cumplir su función.

La ausencia de los Apegabichos en las fusiones genera una sensación de decepción, sobre todo porque este elemento no solo creó expectativas, sino que parecía ser una pieza clave de la historia. Al final, esa “pistola” que nos mostraron en la pared simplemente nunca disparó. La regla de El arma de Chéjov subraya que los elementos en una historia deben tener propósito, y el no aprovechar esta oportunidad para profundizar en los Apegabichos genera una ruptura en la narrativa.

• ¿Qué Pasó con la Fusión Esperada?

La ausencia de esta fusión es un misterio en sí misma. ¿Será que los Apegabichos fueron dejados de lado intencionalmente para usarlos en una próxima entrega? Tal vez Akira Toriyama junto a los guionistas planeaban reservarlos para futuros contenidos o para una segunda temporada. Sin embargo, la falta de resolución deja al público con un vacío. Nos preguntamos si la intención era simplemente crear un misterio o si realmente pensaron usarlo en la historia, pero lo descartaron por alguna razón.

La escena post-créditos: ¿Habrá más aventuras en el Mundo Demoniaco?

Lo cierto es que los Apegabichos representan un claro ejemplo de cómo un concepto con mucho potencial puede quedarse sin explotar. Esta fusión, que parecía un recurso novedoso y emocionante, no se utilizó y terminó siendo una promesa no cumplida. En el universo de Dragon Ball, donde las fusiones han sido un tema clave, este recurso podría haber ofrecido una nueva forma de explorar la conexión entre personajes. Pero, por ahora, nos quedamos con la sensación de que los Apegabichos son una “pistola” que nunca disparó, y que el verdadero potencial de esta fusión sigue pendiente de ser revelado.

Sin embargo, en la escena post-créditos del episodio, se introduce un nuevo elemento que podría reavivar las esperanzas de que los Apegabichos jueguen un papel más relevante en el futuro. En la tienda de bichos, se muestra un bote con dos "Tercer Ojo" más, abriendo la puerta a una posible expansión de la trama dentro del Mundo Demoniaco. El Tercer Ojo fue, de hecho, el elemento conductor de la trama principal de Dragon Ball Daima, siendo el villano quien consiguió este poder al colocarse el Tercer Ojo en su frente, obteniendo una fuerza devastadora. Esta nueva pista sugiere que podría haber más "Tercer Ojo" por ahí, lo que deja abierta la posibilidad de futuras temporadas donde los Apegabichos, y quizás otras formas de fusión, podrían tomar un papel protagonista. Así que, aunque los Apegabichos no hayan cumplido su promesa en esta entrega, las piezas están sobre la mesa para una continuación que podría revelarnos más secretos del Reino de los Demonios.

Quizá en futuras entregas de la serie o en otros contenidos relacionados con Dragon Ball, los Apegabichos finalmente cumplan con lo que nos prometieron. Hasta entonces, solo nos queda esperar a que, algún día, esta interesante idea vuelva a tomar forma y se haga justicia al potencial que tiene.