Somos muchas las personas que van al cine a vivir una experiencia única, un momento de gloria y paz en el que conectar con nuevas aventuras, personajes maravillosos y situaciones más o menos surrealistas. Pero son más las personas que se sientan en una butaca para divertirse, ver un gran espectáculo y comerse un bol de palomitas gigante con el refresco de turno
Esto que acabo de describir es un debate que viene de largo, una conversación que los cinéfilos nos encargamos de lanzar cada cierto tiempo al hablar de la 'magia del cine'. Pero he de deciros que estos trucos están llegando a su fin: la pandemia, la crisis económica y el cambio de paradigma ha provocado que el público adulto se mantenga alejado de las salas, y el más joven solo vea sus sagas preferidas.
¿Por qué estoy tan pesimista? Venimos de unos últimos meses en los que solo han triunfado películas de superhéroes, sagas consolidadas o adaptaciones de videojuegos (Spider-Man: No way Home, Uncharted, Venom: Habrá Matanza o Fast and Furious 9 son algunos ejemplos). En cambio, Spencer, CODA: Los sonidos del silencio, West Side Story o Última noche en el Soho han fracasado sin escrúpulos.
¿Cambio de paradigma? ¿Muerte del cine de autor? Vamos a debatir, chicos, y descubre por qué el cine de autor es tan necesario como vuestros 'blockbusters' favoritos.
Francis Ford Coppola, Stanley Kubrick, y más recientemente, Pablo Larrain o Edward Wright, son tan solo algunos de los directores que aportan su perspectiva sobre lo que es el cine. En algunos casos, pretenden imponerla, en otros, mantenerla en una burbuja compatible con el cine más comercial. ¿El problema? La pandemia ha dejado al descubierto que el cine de autor, al menos ahora, no interesa.
Pensad en el cine como una industria: no solo deben comer los actores, también deben ganar dinero directores, productores, técnicos... También distribuidores y exhibidores, y en esta última categoría entran en juego las salas de cine. Si llevas dos años lanzando películas sin nula vocación comercial y con bajas expectativas de taquilla, por muy buenas que sean y por muchos premios que ganen, acabarás priorizando aquellos proyectos que te dan la oportunidad de aumentar tus ingresos. Por eso Uncharted, The Batman, y ahora Morbius o Sonic 2: La película aglutinan el mayor número de salas y sesiones posible.
Me vais a mandar un sicario más de uno, pero los culpables de que el cine haya muerto son los que se autodenominan cinéfilos. Si, aquellos que disfrutan del cine en la gran pantalla, pero deciden esperar a verla en una plataforma de streaming para evitar un contagio en la sala. Y mientras tanto, cada fin de semana salen a tomarse unas cervezas en bares con mesas próximas a desconocidos. ¿Es el cine un lugar peligroso? ¿De verdad?
Pero también aquellos cinéfilos que se pasan la vida criticando todo lo que llega a los cines, sin darse cuenta de que su voz en prensa y redes sociales empujan a los espectadores a otros proyectos comerciales que si tienen un boca a boca positivo por parte del fandom.
Es el momento de hacerse notar, cinéfilo que me estás leyendo. Si los éxitos son de películas 'blockbusters' es porque el fandom se reúne en cada estreno como si fuera un acontecimiento. El problema es que dentro de cinco años, la situación será ir al cine para ver 'blockbusters', y quedarse en casa (con suerte) para ver lo último de Almodóvar en Netflix o Amazon. Y sabéis que lo peor es que esta magia del cine de ir a ver lo último de Kubrick o Coppola, al menos por vuestra parte, ha desaparecido por completo.
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