Puede que hayas hecho scroll hasta ver la nota y te hayas sentido decepcionado al ver un 50/100 en el correspondiente recuadro. Aún así, te animo a que veas Blonde en Netflix lo más pronto posible, porque es el ejemplo perfecto de película divisiva, y puede que yo no lleve la razón. Pero tengo claro que Blonde brilla por Ana de Armas, aunque Ana de Armas no brille por Blonde. Y me explico.
¿Sabes ese cuñado que intenta no ser 'un cuñado', y lo es aún más? Eso le ocurre a Andrew Dominik con Blonde: intenta situar el foco de la película en la mirada misógina de todos los hombres que han rodeado a Marilyn Monroe, y acaba siendo aún más misógino. Planos y secuencias innecesarias (esa violación de John F. Kennedy, ese vómito a cámara, ese reguero de sangre, esa conversación con su bebé...) que inciden en tres ideas: la cosificación de Marilyn Monroe, las consecuencias de no tener figura paterna y su posible enfermedad mental.
La cosificación de Marilyn Monroe
Que Marilyn Monroe era una actriz cosificada, de eso no cabe duda: las películas en las que participaba se encargaban de ellos con planos enfocados en su físico y en su belleza. Puede que algunos proyectos destacasen por encima de otros, pero directores y productores querían contar con ella por su figura. ¿Sabes qué es lo peor? En casi tres horas de película, Andrew Dominik pasa por encima sobre la compleja relación de Marilyn Monroe con la industria cinematográfica. Se centra más en enseñarnos a una mujer rota y descompuesta, que busca con urgencia una figura paterna a la que sostenerse.
Mi mayor problema con Blonde no es que sea un drama más que un biopic (solo por el hecho de estar basado en una biografía ficcionada, ya dice mucho del proyecto). Es más, me resulta interesante construir la vida de Marilyn y darle forma para mostrarnos el relato de un juguete roto. Lo que me ha ocurrido al sentarme frente a la pantalla y ver Blonde es recibir enormes dosis de pornografía emocional, tanto a nivel narrativo como visual: imágenes explícitas de una Ana de Armas redonda, interpretando a una Marilyn destruida desde el minuto uno. Y entonces te preguntas si Andrew Dominic ha aprovechado la leyenda en torno a la intérprete para crear su particular Pornhub Emotional.
Ana de Armas se come a Marilyn Monroe: el personaje es una caricatura emocional de la mítica actriz
Las consecuencias de no tener figura paterna
Daddy es una palabra que escuchamos en Blonde en decenas de ocasiones, y pocas veces hace referencia a su verdadero padre, cuya identidad acabó siendo demostrada en abril de 2022. Daddy es el método utilizado por un guion blando, soso e insustancial para hacer referencia a un trastorno provocado por la ausencia de figura paterna. Es más, tengo la sensación de que Andrew Dominik ha utilizado esta excusa para acusar a Marilyn Monroe de ser la única responsable de su caída, por mucho que se atreva a representar la presunta violación de John F. Kennedy a la joven.
Por otro lado, no hay figura paterna, pero el libreto no se aventura a explorar más allá de su afectación a título personal: el director y guionista solo quiere que el espectador comprenda que ha sido valiente por dar nombres y apellidos, por mostrar una imagen del progenitor, y por mostrar las consecuencias de esta carencia en la vida de Marilyn Monroe.
Ana de Armas está redonda
Una explotación de la figura de Marilyn Monroe dolorosamente emocional
Y una película pornográfica emocionalmente hablando como esta no puede terminar sin una versión distorsionada de Marilyn Monroe: no hablo ya de la falta de valentía por NO profundizar en el conocido rumor de la muerte de la intérprete a manos de un Kennedy. Es que Dominik decide que Marilyn es una actriz desquiciada, al borde de la enfermedad mental como lo fue su madre en el pasado. Una enajenación incomprensible que solo sirve como excusa de su declive, y de su muerte. Porque sí, señores, tanta valentía en explotar emocionalmente a esta figura, desnudándola en cuerpo y alma, para acabar volviendo en los últimos minutos a la versión oficial. ¿Valentía? No lo creo.
Un intenso drama que se pasa de frenada: se centra tanto en hundir la vida de Marilyn Monroe, en señalar como culpables a los hombres que la rodeaban, que la película acaba siendo misógina con la mítica intérprete. Solo se salva por una Ana de Armas que se merece todo premio que reciba
Ana de Armas
La BSO es brillante
El punto de vista es absolutamente misógino, por mucho que se pretenda denunciar la situación
El apartado técnico puede ser brillante, pero es prácticamente incomprensible el cambio de formatos continuos al que se somete el espectador
Un biopic demasiado fragmentado: se escogen los momentos que le interesan al guionista y director
Netflix, HBO Max, Prime Video, Disney Plus y Filmin, mis plataformas de streaming favoritas. Harry Potter, Marvel, DC, James Bond y Fast & Furious, mis películas comerciales preferidas. La vida es bella, mi película favorita. Así soy yo, y así seguiré.
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