"Nooo, otra peli de La Purga", "La idea está quemadísima ya", "Ya no saben qué hacer", "Siempre es lo mismo". Estas frases las he leído mil veces, y lo cierto es que también las podría haber firmado yo porque es lo que pienso de la saga de "La Purga". Las películas me gustan, fundamentalmente por la idea, pues el hecho que plantea es delirante y siembra una expectación constante en toda la película, pero desde hace un par de entregas, Blumhouse ya no sabe que hacer con esta franquicia que planteaba temas muy parecidos, poco efectivos, y que provocaba que sus cintas fueran predecibles porque era una idea que pedía tierra ya.
Y lejos de que llegara ya esa merecida eutanasia, van y anuncian una quinta parte. Pero es que encima, Frank Grillo deja caer que aunque se haya anunciado que esta es la última entrega bueno, pues que igualse animan a hacer una sexta, y claro, uno ya se temía lo peor con esta "La Purga: Infinita", que daba la sensación de que cuyo título parecía una metáfora de la turra que nos va a tocar aguantar con tanta Purga, de manera infinita. Pero entonces, entro al cine y vienen Everardo Gout y James DeMonaco, los responsables creativos de la saga que repiten en esta quinta entrega, y me dan un sopapo de realidad del que aun me estoy recuperando.
Un sopapo fresco, original, entretenido y que reinventa por completo la saga. Y es que, "La Purga: Infinita" es la definición de lo que tiene que ser un final de una franquicia quemadísima como es "La Purga". ¿Qué la gente se queja de que la idea es siempre la misma? Tranquilo (Florentino Style) la retuerzo por completo. Es más, juego con esa misma premisa para reforzar un mensaje político-social que se había perdido en las últimas películas, y así con todo. Y es que, "La Purga: Infinita" es entretenida a más no poder, entiende la idea principal de la franquicia y la desarrolla como nunca para presentar una sociedad podrida, racista, individualista y armada hasta los dientes, vamos, lo que ha demostrado ser Estados Unidos con su apoyo a las políticas de Trump, y sobre todo, poniendo sobre la mesa un tema tan delicado como son los refugiados de guerra.
¿Y si sois vosotros, los privilegiados, los que tenéis que huir y los que necesitáis asilo porque vuestro país está en llamas? esto es lo que plantea de manera magistral "La Purga: Infinita", apoyándose en una sociedad que se ha ido al carajo después de que un movimiento ultraderechista haya decidido que la Purga es para siempre, y que no pararán hasta haber limpiado todo Estados Unidos. Ana de la Reguera está fantástica como la líder de este grupo que tendrá que ir hacia México para huir del caos que se vive en Estados Unidos, acompañada por un carismático Tenoch Huerta, Josh Lucas, Will Patton, Cassidy Freeman, Leven Rambin, Alejandro Edda que están a un gran nivel, representando a un grupo que hará lo posible por sobrevivir.
"La Purga: Infinita" es el broche perfecto para esta franquicia que ya se ha alargado demasiado. Por favor, Blumhouse, no hagáis más. No por nada, sino porque esta quinta entrega es un broche de oro para la franquicia, gracias a una historia que eleva la denuncia social de "La Purga" a otro nivel, planteando unos temas muy interesantes, aunque no todos desarrollados correctamente, y que nos deja a todos los que hemos disfrutado con esta franquicia con un gran sabor de boca. Everardo, sé que me estás leyendo, perdón por haber dudado, pero entierra ya esta saga que tanto nos ha dado y que ya se merece descansar
Más sobre La Purga: Infinita
Catapultada por el demoledor éxito en taquillas en 2018 de La primera purga: La noche de las bestias, la aterradora saga de Blumhouse se adentra en un nuevo e innovador territorio: los miembros de un movimiento clandestino, insatisfechos con la noche anual de anarquía y asesinatos, deciden apoderarse del país mediante una campaña infinita de caos y masacre. Nadie está a salvo.
Adela (Ana de la Reguera, Cowboys & Aliens) y su marido Juan (Tenoch Huerta, Días de gracia) viven en Texas, donde éste trabaja ayudando en un rancho de la adinerada familia de los Tucker. Juan tiene impresionado al patriarca, Caleb (Will Patton, La noche de Halloween), una admiración que despierta celos y un odio desmedido del hijo de este, Dylan (Josh Lucas, Le Mans '66).
A la mañana siguiente a la Purga, una banda de asesinos enmascarados ataca a los Tucker, incluidas la mujer de Dylan (Cassidy Freeman, de la serie de HBO Los Gemstone) y su hermana (Leven Rambin, Los juegos del hambre), obligando a las dos familias a hacer piña para defenderse mientras el país entero se sume en una espiral de caos y Estados Unidos comienza a desintegrarse
"La Purga: Infinita" es el broche perfecto para esta franquicia que ya se ha alargado demasiado. Por favor, Blumhouse, no hagáis más. No por nada, sino porque esta quinta entrega es un broche de oro para la franquicia, gracias a una historia que eleva la denuncia social de "La Purga" a otro nivel, planteando unos temas muy interesantes, aunque no todos desarrollados correctamente, y que nos deja a todos los que hemos disfrutado con esta franquicia con un gran sabor de boca.
La trama es la más auténtica de la franquicia
Entretenimiento y acción a raudales
El reparto, liderado por Ana de la Reguera, está muy bien
Es el broche de oro a una saga que ya ha dado lo que tenía que dar
La sutileza en el mensaje no es el punto fuerte de Everardo Gout
El guion atraviesa ciertos momentos ridículos para poder contar su historia