'Gladiator' es una de las mejores películas de todos los tiempos, una de las mejores obras de Ridley Scott y un largometraje cumbre en el cine histórico y épico. Sin embargo, ahora sabemos que también fue un rodaje caótico y repleto de tensión, especialmente por los malos rollos que había detrás de las cámaras entre dos de sus protagonistas.
Durante el rodaje de 'Gladiator', una película protagonizada por Russell Crowe y Joaquin Phoenix, el contraste y las diferencias entre ambos actores se hizo más que evidente. Crowe, ya consolidado y convertido en una de las grandes estrellas del set, afrontaba el rodaje con determinación y disciplina. Sin embargo, Phoenix se encontraba en un momento mucho más vulnerable de su carrera y se acabó viendo superado por la magnitud del proyecto, una superproducción que exigía un gran esfuerzo para llegar a buen puerto.
Fue esta diferencia de actitudes la que acabó derivando en uno de los episodios más comentados del cine moderno, y del que tristemente pocos tienen noticias.
Todo lo que sabemos hoy en día se ha ido contando años después. Y el conflicto más fuerte tuvo lugar durante el rodaje de una escena clave en la que Joaquin Phoenix, caracterizado como el emperador Cómodo, se acercó a Ridley Scott y le confesó: "no puedo hacerlo". Unas palabras pronunciadas frente a buena parte del equipo técnico que acabó generando un enorme desconcierto y mucha, mucha tensión. Especialmente en un Russell Crowe que, sorprendido por la situación, reaccionó quizás de la peor forma posible: "terriblemente poco profesional", dijo acerca de la actitud de su compañero de reparto.
Para Crowe, quien ya había demostrado su capacidad para liderar grandes producciones como 'Gladiator', la inseguridad de Phoenix resultaba incomprensible en un rodaje de tal envergadura. El actor australiano entendía que la presión formaba parte del trabajo de actor y que el compromiso se debía mantener incluso en los momentos más difíciles. Unas palabras que reflejaron no solo un choque de personalidades, también una marcada diferencia generacional y profesional entre ambos.
Sin embargo, Ridley Scott era muy consciente de lo frágil que era Joaquin Phoenix y por ello decidió apostar por un enfoque muy diferente. El director explicó en varias ocasiones que el actor se sentía intimidado por los enormes decorados, los cientos de extras y la atención constante de las cámaras. Para ayudarlo, Scott recurrió a una estrategia para nada habitual en una película como 'Gladiator': grabarlo durante horas sin película en la cámara, para que pudiera relajarse y ganase confianza sin la presión de que cada cámara quedara registrado.
Como puedes imaginar, si conoces un poco a Joaquin Phoenix sabes que antes o después hablaría de lo ocurrido en el set de rodaje de 'Gladiator'. Y sí, reconoció que esta grabación fue una de las más intimidantes de toda su carrera. Y achacó la culpa al tamaño del set y a la responsabilidad de dar vida al villano de una superproducción que probablemente acabaría pasando a la historia por su envergadura. ¿Estaba realmente preparado para este reto? Esta es la pregunta que continuamente se hacía el actor.
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