No me gusta decir que una película española es mejor o peor por parecer española, pero el caso de Nowhere es único porque hasta su nombre nos confunde. Lo que desde fuera puede parecer un largometraje de supervivencia de Hollywood de los muchos que ya se han rodado, por dentro, tiene el alma de una película española al más estilo Enterrado (Buried), obra por cierto con la que guarda muchas similitudes.
Nowhere es una de las películas españolas más interesantes de los últimos años en Netflix, probablemente desde el estreno de El Hoyo allá por el año 2019. Y tengo muchas ganas de explicaros por qué tendríais que verla antes de que pase mucho más tiempo: el factor sorpresa ayuda a disfrutar aún más de este largometraje, que se asienta sobre todo en la brutal interpretación de su estrella protagonista, Anna Castillo.
Mia es una mujer que se encuentra embarazada que, junto a su marido, huye de un país totalitario escondida en un contenedor marítimo. Tras ser separados de forma forzosa, deberá luchar por su supervivencia cuando una violenta tormenta la arroja al mar. Sola y a la deriva en mitad del océano, Mía se enfrentará a todo para salvar al vida de su hija y reencontrarse con su pareja.
Casi la totalidad de la película la protagoniza Anna Castillo, con la aparición momentánea del personaje que interpreta Tamar Novas. Sin embargo, es un largometraje de pocos personajes y localizaciones, por lo que se comprende que su reparto sea tan escueto. A ellos dos le acompañan de forma testimonial Tony Corvillo, Mariam Torres, Irina Bravo, Victoria Teijeiro, lucía Soria y Mary Ruiz.
Lo mejor de Nowhere es sin duda su protagonista: Anna Castillo devora la pantalla con sus miradas, con sus silencios y con sus llantos. Es una actriz todoterreno, pero aquí lo demuestra con creces con el papel más complejo de su carrera. Tamar Novas también brilla, pero no aparece tanto en pantalla como su compañera.
También destacaría el buen trabajo técnico que Unax Mendía, como director de fotografía, y Albert Pintó, como director, han realizado para teletransportarnos a una distopía ambientada en pleno océano en las entrañas de un contenedor marino. Como ya hiciera Buried (Enterrado) en 2010, la angustia es más que evidente en el espectador, quien se ahoga a medida que Anna Castillo sufre como madre embarazada.
No te voy a engañar: no todo es perfecto en Nowhere. Si bien la interpretación de Anna Castillo y de Tamar Novas son potentes y el apartado técnico también, el interés por la protagonista decae en el último tercio de película, con unas secuencias que repiten recursos narrativos y visuales que hemos visto a lo largo de todo el metraje. Además, si no eres mucho de casualidades, probablemente Nowhere no sea tu tipo de película.
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