Lo ocurrido con el primer Knack es lo ocurrido con tantos otros videojuegos: un título más que aceptable que, por su incomunicación con el público, acaba pasando de puntillas por un mercado saturado del mismo contenido y, sin embargo, sin queja alguna sobre éste. Lo ocurrido con Knack es que el público no supo ver varias cosas: en primer lugar, nos topamos con un entendimiento nulo a la hora de ver que el título estaba dirigido a un sector más joven de jugones; la segunda barrera que nos impidió disfrutar de Knack como era merecido estaba ligado con la primera, dado que su dificultad distaba mucho de suponer un reto.
Es por eso por lo que, llegados a este punto merece la pena ser claro y conciso: si Knack te supuso una decepción, este Knack 2 tira por la misma praxis. Es algo que a título personal agradezco, no me gustaría ver como un título que funcionaba tan bien como producto de entretenimiento se echara a perder por las críticas de aquellos que claman siempre el mismo título una y otra vez. Dicho esto, veamos qué supone este Knack 2, dado que, a pesar de estar muy parejo en ideas al primero, trae alguna que otra sorpresa agradable.
Los primeros minutos con Knack 2 bastan para comprobar que, a pesar de ser uno de los puntos más criticables del título, la falta de personalidad sigue vigente en sus personajes. Cuando nos ponemos manos a la obra y encarnamos a Knack en su nueva aventura, seguimos viendo ese defecto, pero, a pesar de ello, nos encontramos con la misma diversión que supone encarnar a un héroe que, cuanto más grande se hace, más gusto nos causa al arrollar con nuestros enemigos como si fueran simples piedras en el camino. Y es que esa es la parte más divertida de Knack 2, la que se encuentra más allá de un elemento que no siempre hay que tener como máximo exponente de un videojuego, puesto que en este caso particularmente, lo importante está en jugarlo y tomarse la historia como una mera excusa para seguir destrozando y arrasando a través de sus escenarios.
Knack 2 nos pone en situación con una guerra que cada vez se torna más peligrosa entre los humanos y los altos goblin, que están despertando a unas máquinas que utilizaron hace una buena suma de años para sembrar el caos. Como parte de esta aventura, recorreremos los escenarios para ir descubriendo quién está detrás de estos perversos planes y poner fin a su maquiavélico plan de destrucción a raudales.
Como ya comento anteriormente, la historia sigue siendo igual de insulsa, falta de carisma y carente de unos personajes siquiera recordables más allá de la diversión que supone jugar con el peso pesado del grupo. Pero ahí entra en juego el comprender que la historia, una vez más, es sustituida por cerca de siete horas y media de diversión y caos a raudales.
Para entrar en concepto a quien no tuviera la oportunidad de conocer qué es Knack, podríamos resumirlo en que es un gólem creado a partir de reliquias. De esta manera, uno de los mayores atractivos que nos podemos encontrar en el personaje es ir aumentando su tamaño con la recolección de dichas reliquias y crear en pantalla un gólem de 7 metros liquidando goblins y máquinas por doquier. De esta manera, sigue vigente la apuesta de Japan Studio por crear un personaje que resulte divertido ver en movimiento tanto en su forma de gólem gigante como en la de una miniatura de apenas 75 centímetros.
La diferencia es clara: mientras que al Knack gigante lo utilizaremos para dar mamporros como si no hubiera un mañana, al pequeño lo utilizaremos en tareas simples como colarnos por pequeños conductos, encontrar secretos esparcidos durante el nivel y que nos otorgan bonificaciones e incluso vivir con él pequeños tramos más ligados a los títulos de plataformas clásicos. Siguiendo las mecánicas que utilizábamos en el primer título, nosotros seremos los que decidamos cuando manejar una forma u otra. Bien es cierto que, a pesar de que en algunos momentos casi inexistentes no pensemos en utilizar una forma u otra, no resulta complicado el saber en qué momento exacto utilizar cada una. Aun así, como en su primera parte, Knack no termina aquí su particular despliegue de características.
En Knack 2 volvemos a encontrarnos con las reliquias especiales. Cuando Knack recoja una de estas reliquias especiales, adquirirá un poder especial que puede ir desde elementos más enfocados a la acción como el soltar un hálito congelado, hasta ser utilizado para no ser detectado por alarmas o barreras de seguridad con unas reliquias de invisibilidad. Esta praxis, aunque no es novedosa en la saga, da la sensación de que se ejecuta con algo más de cordura que en la primera entrega donde, por momentos, podíamos atisbar que se nos presentaban dichas secciones únicamente como una excusa donde utilizar dichos poderes. Sí es cierto que, lamentablemente, algunos poderes como el hálito de hielo se utilizan de forma casi ínfima en todo el transcurso de la historia, pero aun así sigue siendo una herramienta curiosa cuánto menos, pero sin pasarse de eso en algunas ocasiones, de ser simplemente anecdótica.
Algo que mató a más de una persona las ganas de terminar el primer Knack, fue su control y es que, el título de Japan Studios no supo ejecutar correctamente este apartado. Por suerte para todos, en esta segunda entrega se han podido redimir y han logrado una jugabilidad exquisita, aunque con matices. Si bien el título goza de un control exquisito de Knack en todas sus facetas, la cámara fija vuelve a estar a la orden del día para atormentar a los jugadores. No molesta continuamente, pero hay en algunas secciones en las que estaremos combatiendo contra muchos rivales en un campo algo amplio y no podremos disfrutar de la libertad de ver a todos los enemigos, por lo que alguna mala pasada y muerte injusta nos puede otorgar. Sin lugar a duda es un punto negativo que merma la experiencia positiva creada a partir del control de nuestro personaje. Una pena, verdaderamente, pero tampoco supone un auténtico calvario por el que pasar a lo largo de todo el título, solo en momentos puntuales.
Por otra parte, Knack 2 nos ofrece diversos movimientos con los que combatir a nuestros enemigos. Con diferentes habilidades que iremos consiguiendo a lo largo del título, podremos ir mejorando nuestra destreza con las mismas a través del típico tablero de habilidades que tantos otros títulos nos han presentado. Consiguiendo energía que encontraremos esparcida por el mapa, iremos haciéndonos con puntos de habilidad que acabarán por ser claves para hacer a Knack más y más fuerte mientras combatimos a los goblins.
Si nos ponemos técnicos, Knack 2 supone una experiencia de lo más gratificante. Los escenarios fueron una de las virtudes de su primera entrega y, con bastante distancia, esta segunda entrega da lugar a escenarios recreados de una forma más atractiva si cabe. No es un despliegue de calidad gráfica encomiable, ni mucho menos, pero a pesar de todo entra por los ojos debido a su mimo y buen gusto a plagar cada escenario de un toque distintivo especial. Emplazamientos como una montaña nevada, un museo o el excelente mapa de una excavación, harán que no nos podamos quejar de su despliegue artístico.
Si además de esos escenarios añadimos la lucha de un ser monstruoso contra máquinas, goblins y algún que otro tipo de enemigo más, el título queda cuanto menos vistoso. Es de aplaudir que se consigan 60 FPS estables en todo momento y que, bajo ningún concepto, el título de algún bajón de frames.
Puede que sus dos mayores defectos en este campo puedan ser el doblaje al castellano —aunque aquí podríamos considerar que son gustos personales— y lo mucho que se calienta la consola a la hora de ponernos a jugar.
Knack 2 se vuelve a presentar con un estilo de juego muy similar al que presentó en su primera entrega, sea para bien o para mal. Con un control ampliamente mejorado pero penado por su cámara fija en algunas ocasiones, Knack 2 es un título que resulta entretenido y divertido de completar ya sea solo o en un modo cooperativo que funciona a las mil maravillas.
Sigue siendo un título que se enfoca mucho en los más pequeños de la casa pero que, si se juega en la máxima dificultad, puede llegar a suponer un reto para los jugadores más habituados a otros tipos de género. De lo que no hay duda es que nos ofrecerá una buena dosis de entretenimiento a lo largo de sus 7 horas de juego. Hay que romper más lanzas a favor de este tipo de juegos, pues, aunque no lo parezca, también nos hacen mucha falta.