Donald Trump está a un paso de volver a ganar la presidencia de los Estados Unidos de América, de hecho estamos esperando al recuento final de votos, pero todo parece indicar que el magnate volverá a ocupar la Casa Blanca más pronto que tarde. Todos conocemos las excentricidades de Donald Trump, un tío que cuando habla parece más un luchador de la WWE que no lo que romantizamos como el que debe ser el presidente del país más poderoso del mundo, pero ya sabemos cómo se las gastan los americanos...
Donald Trump es un personaje que, gustará o no gustará, pero dispone de un carisma un tanto especial y es conocido por hacer multitud de excentricidades, pero entre ellas está la de contar con una trama en la WWE, el famoso programa de lucha libre propiedad de Vince McMahon; por si aún no os suena, es la 'fábrica de famosos recauchutados de esteroides' como Hulk Hogan, John Cena o Dwayne Johnson.
Como bien sabréis, y si no lo sabéis os lo digo yo, todo lo que pasa en la WWE está guionizado, es decir, en realidad los luchadores están obedeciendo a un papel y ya saben qué pasará en cada combate, lo que no le resta espectacularidad al que antaño fuere uno de los mejores espectáculos a nivel mundial.
De todas las personas que han pasado por el cuadrilátero de la WWE (recordemos que no se puede llamar WWF por una demanda precisamente de la World Wildlife Fund) es, sin lugar a dudas, Donald Trump. El señor Vince MacMahon y Donald Trump son dos tipos que se parecen bastante, y cuya opinión de "si es bueno para el negocio, hazlo", la comparten al 100%, es por eso que un día Vince llamó a Donald para que tuviera su propio papel en el ring, aunque el magnate no luchó porque Mr. McMahon lo hubiera destrozado dado que los estados de forma de los dos personajes eran, y son, muy diferentes. Lo que hicieron es un cameo que titularon como "La batalla de los millonarios", donde apadrinaban a Umaga y a Bobby Lashley, y apostando a que el ganador raparía la cabeza del perdedor.
El propio Donald Trump quiso tener un poco más de representación y propuso a los guionistas que él le pegaría por la espalda a McMahon mientras los luchadores profesionales estaban en pleno combate. Tal como estaba previsto en el guión, el ganador fue Lashley, y él y Trump le afeitaron la cabeza a McMachon, la cara visible y el propietario del negocio de la WWE. Además, en 2013 Donald Trump pasó a estar en el Museo de la Fama de la World Wrestling Federation.
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