La historia del anime es una mucho más extenas de lo que la mayoría de personas creen, sobre todo considerando que para muchos en Occidente el primer anime de todos los tiempos fue ni más ni menos que "Astro Boy". Y sí, no está mal en pensar en dicha obra de Osamu Tezuka como 'el padre' del anime a nivel internacional, pero la realidad es que la historia original del sector empieza varias décadas antes. De eso quiero hablar hoy, del considerado como primer anime de la historia o, como mínimo, lo que se sabe de ello.
En efecto, el anime es algo que como industria ha ganado popularidad en estas últimas décadas más recientes. Específicamente, plataformas en streaming tales que Crunchyroll o Netflix han ayudado a la producción y distribución constante de shows de forma simultánea en todo el mundo, lo que lógicamente ha ayudado a crear fenómenos de un calibre que parecía inimaginable antaño. Pero todo esto se encuentra realmente lejos de los verdaderos orígenes del sector.
Para encontrar el primer indicio de lo que potencialmente podría ser el primer anime en toda la historia, nos hemos de remontar hasta el año 1907. Es en ese entonces que se ubica lo conocido como 'Katsudō Shashin', una pequeña producción en la que se puede ver a un chico vestido de marinero mientras escribe una serie de carácteres japoneses y, en última instancia, realiza una pequeña reverencia en dirección a la 'cámara'.
No obstante, 'Katsudō Shashin' ha representado siempre un problema por una razón bien clara: no hay un registro claro que consolide su validez como una muestra real de animación japonesa. No solo eso, sino que la gran mayoría de 'primeras producciones' reales de las que se tienen datos contrastables remiten a los años 1916 y 1917. Por lo tanto, desde su descubrimiento en 2005 se considera también la posibilidad de que se tratara de una pieza de animación que hubiera llegado a Japón desde Occidente, motivo por el que no se le da credibilidad al 100% como el primer anime de la historia.
Que 'Katsudō Shashin' se trate realmente de una producción no japonesa pese al contenido mostrado no es descabellado ya que, antes de que Japón empezara a trabajar en su propia animación, lo que se popularizó durante una serie de años fueron producciones europeas provenientes de regiones como Francia o Alemania. La inspiración por dichas producciones es lo que llevó a personas como Junichi Kouchi y Seitaro Kitayama, conocidos como los verdaderos padres del anime, a empezar a probar suerte por su cuenta con la animación.
Es así que avanzamos unos años y nos encontramos con una pequeña producción de nombre 'Namakura Gatana', traducida al inglés como 'The Dull Sword'. Esta producción data del 30 de junio de 1917, y a todos los efectos es el que se considera como el primer anime de la historia, por lo menos a la hora de conocer su existencia y de que se haya logrado mantener hasta el día de hoy a diferencia de muchas producciones que se han perdido con el paso del tiempo. De hecho, este es un anime que remite al mencionado Junichi Kouchi, una de las primeras personalidades más importantes para la historia del anime.
'Namakura Gatana' es un pequeño cortometraje de poco más de 4 minutos de duración que, esencialmente, muestra a un samurái poco hábil abriéndose camino en distintos escenarios. En una primera ocasión lo vemos intentando envainar su espada sin demasiado éxito, en una segunda aparece caminando en solitario con su espada desenvainándose por arte de magia, en una tercera ocasión se le ve buscando asaltar a un hombre que lo manda volando de una coz, y para finalizar ve cómo un aventurero le humilla en un duelo y acaba pasando literalmente por encima de él. Hay que decir que 'Namakura Gatana' no es el único título que se atribuye a esta producción, con otros como 'Dekobō Shingachō: Meian no Shippai' también en consideración y en este caso ubicándolo en febrero de 1917.
Precisamente, el hecho de que se pueda rastrear a 'Namakura Gatana' como una producción que potencialmente habría visto la luz tan temprano como en febrero de 1917, hace que 'Imokawa Mukuzo Genkanban no Maki' no sea el considerado como primer anime de la historia. A nombre de Ōten Shimokawa, otro de los grandes pioneros del anime de Japón, se cuenta con registros de la existencia de esta obra que la ubican en abril de 1917. Desafortunadamente, a diferencia de 'Namakura Gatana' no hay material físico existente mediante el que poder echar un vistazo a este trabajo.
Visto todo este discurso, se entiende que hay dos lecturas posibles en lo relativo a 'el primer anime de la historia': la lectura arriesgada, que pasa por un 'Katsudō Shashin' que por fecha definitivamente lo es, pero que con la duda de su origen hace que sea difícil apostar todo por ello. Y la lectura conservadora, que se apoya en las producciones de 1917 como lo más claros candidatos a ser considerados como primeros animes de la historia, en particular con una 'Namakura Gatana' que apunta a ser la producción más obvia.
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